“Por desgracia, qué razón tiene Romain Bardet cuando dice que ciclistas como Chaba Jiménez ahora serían vistos … – Diario del Triatlon

Los tiempos cambian y la evolución no siempre es a mejor. La tecnología nos hace la vida mejor pero también nos esclaviza y nos hace dependientes, nos hace perder autonomía y nos hace perder la creatividad y la espontaneidad a la que nos llevaba la ausencia de esos recursos.

El ciclismo, por ejemplo, es uno de los deportes donde más ha impactado la tecnología. Uno de los ciclistas que han experimentado el drástico cambio de una época o otra radicalmente diferente dominada por las máquinas es Romain Bardet. La estrella francesa analizó en una entrevista reciente esta disrupción y su conclusión es que nos encaminamos hacia una perfección que acabará provocando aburrimiento al ser todo demasiado previsible.

“Somos datos, datos y más datos”

Para Bardet “en el ciclismo todo son datos, datos y más datos. Estamos en un ciclismo sin alma en el que todo está controlado en exceso, ya no hay hueco para los ciclistas rebeldes que te levantaban del sofá”.

El ciclista francés pone el ejemplo de Thibaut Pinot, un ciclista rebelde, que iba por libre y nunca se caracterizó por la regularidad: “Esos ciclista ya no tienen hueco, solo se puede atacar si el potenciómetro te da permiso. El director no te va a dejar arrancar si el dato te dice que puedes explotar. Así nunca habrá sorpresas”.

Bardet se acuerda de Pinot pero en España todos nos acordamos de un ciclista como Chaba Jiménez, un enamorado dela épica, capaz de exhibirse o explotar con la misma facilidad, un ciclismo que enamoraba por inesperado.

“Ahora se valora al ciclista que no rechista al potenciómetro”

A tenor del análisis del ciclista francés en la actualidad un ciclista indisciplinado y alocado como Chaba Jiménez no recibiría ni una oferta. Se valora al ciclista cuadriculado, obsesionado con el potenciómetro, sin iniciativa, casi robots, algo a lo que jamás se acercó el genio del ciclismo español al que amabas por su carácter volcánico, sin reglas ni normas.

El ciclismo a partir de ahora va a cerrarle la puerta a ese tipo de aventureros que disfrutaban como Chaba con golpes de efecto que podían llevarle a la gloria o tirarle a la lona sin remisión. Ese ciclismo no era tan perfecto pero te enganchaba porque amenazaba con tormenta. Ahora, sin esos ‘locos maravillosos’ que echa de menos Bardet como mucho sopla una brisa ligera en las carreras, todo se decide con ataques a baja escala en la montaña y nadie espera que aparezcan esos ciclistas que nunca especulaban.

Por desgracia Bardet  tiene mucha razón y los ciclistas que llegan al pelotón profesional tienen formateado su cerebro para ser soldados que no cuestionen una orden y no rechisten al potenciómetro. El Chaba sería visto ahora como un paquete sin futurop y no como un héroe del pueblo como se ganó a pulso hace dos décadas.