París, Francia.
Tres veces campeones planetarios y vencedores en dos cuartos de final de espectacular intensidad, Nueva Zelanda y Sudáfrica parten como favoritos en semifinales del Mundial de rugby, el viernes y el sábado, ante Argentina e Inglaterra, en el Stade de France, en las afueras de París.
Los All Blacks, que parecían no llegar en el mejor momento, recuperaron su mejor versión ante Irlanda, número 1 mundial y gran favorita al título, a la que batieron 28-24.
- El viernes abrirán el baile ante Argentina, protagonista de una gran remontada en Marsella ante Gales (29-17), en un partido que empezó perdiendo 10-0.
Para buscar la victoria más importante de su historia, en su tercera presencia en semifinales del Mundial (derrotas en 2007 y 2015), Argentina intentará rememorar sus dos triunfos ante los All Blacks, en 2020 y 2022. Pero el balance es de 33 derrotas en 36 partidos.
“Todo el mundo espera una final entre Nueva Zelanda y Sudáfrica. La historia no está a nuestro favor, pero nosotros debemos invertir esta tendencia”, señaló el técnico de Argentina, Michael Cheika.
Un día después en el mismo escenario los Springboks, vigentes campeones del mundo, parten como favoritos ante Inglaterra, en una repetición de la final de la última edición, que ganaron 32-12.
“Sería estúpido considerar a los Boks como los favoritos, sabemos las cualidades de Inglaterra, sobre todo en la Copa del Mundo”, señaló el capitán sudafricano Siya Kolisi.
En cuartos de final ante Francia (29-28) Sudáfrica completó un partido estratégico perfecto, explotando las debilidades de los Bleus en el primer periodo y dominando el final del partido gracias a los cambios de sus entrenadores, que han decidido continuar con el mismo XV para enfrentar a Inglaterra.
“La rivalidad entre nosotros es muy antigua, muy anterior a mi época. Es siempre especial jugar contra ellos, en Twickenham o en otro lado, siempre es difícil batirlos. Es un gran partido frente a un gran equipo”, añadió el emblemático Kolisi.
Único representante del hemisferio norte en la última ronda, Inglaterra llega tras los temblores que le provocó el empate de Fiyi a diez minutos del final (24-24) un partido que acabó resolviendo gracias al acierto de su capitán Owen Farrell, autor de un drop decisivo.
- El orgullo y el apoyo de miles de ingleses en el Stade de France son sus argumentos para dar la sorpresa.
