Patricia Pérez, jefa de prensa de la Selección femenina de fútbol, aseguró el pasado viernes 15 de septiembre ante el responsable de Compliance de la RFEF, Javier Puyol Montero, que se sintió presionada en su declaración ante el departamento de Integridad, liderado por Miguel García Caba. La principal razón que alegó es, según adelantó Relevo hace unos días, y hoy ha publicado El Confidencial, que lo hizo bajo la presión de la presencia de sus superiores. Entre ellos se encontraban el entonces presidente Luis Rubiales; su padre Luis Manuel Rubiales -sin ningún cargo federativo-; dos de sus superiores en el departamento de comunicación, Enrique Yunta y Pablo García Cuervo; el director de Relaciones Institucionales y adjunto al gabinete del presidente, Antonio Gómez Reino;, el jefe de gabinete de presidencia, Chema Timón;, el secretario general Andreu Camps; y el mencionado Miguel García Caba.
En declaraciones a Relevo, Andreu Camps aseguró que no estuvo presente en la declaración de Pérez ante el departamento de Integridad y Antonio Gómez Reino manifestó que nunca se ha reunido ni tratado este tema con ella y, mucho menos, presionado para que realizase ningún tipo de comunicado.
La segunda explicación que dio la jefa de prensa de la Selección femenina es que su discurso, que duró más de tres horas, fue recogido en una declaración de seis puntos, en los que se incluían varias preguntas en cada uno de ellos sin quedar clara a cuál de las cuestiones se refería cada respuesta incluida, y que además fue guionizado sin tener mucho margen de modificación por su parte.
Patricia Pérez mantiene que Jenni Hermoso aprobó el comunicado que la RFEF mandó en su nombre, tal y como le pidieron los presentes en su declaración, pero sin embargo señala a Pablo García Cuervo como la persona que lo escribió, difundió y se lo enseñó a Jenni Hermoso. Según ha podido confirmar Relevo fue la propia Patricia Pérez, a petición del departamento de Comunicación, quien se lo enseñó a la jugadora. Lo hizo tras invitarla a bajar del bus, justo a la llegada al aeropuerto de Australia. Le pidió que saliera sólo ella, mientras el resto de futbolistas y staff permanecía arriba. Ya abajo, fue cuando se lo mostró. Ante la situación, Jenni Hermoso preguntó si era “obligatorio”. Patricia Pérez respondió que “sí” y entonces la jugadora, en un acto de desaire tras la presión recibida respondió “haced lo que queráis” y subió de nuevo, contrariada, al autobús. También estaba presente su superior, Pablo García Cuervo, quien bajó de una furgoneta que seguía al bus, le entregó a Patricia Pérez el móvil para que le enseñara el texto preparado a la jugadora y, posteriormente, a pesar de lo que Hermoso respondió, lo distribuyó a los medios.
“El presi y yo tenemos una gran relación, su comportamiento con todas nosotras ha sido de 10 y fue un gesto natural de cariño y agradecimiento. No se puede dar más vueltas a un gesto de amistad y gratitud, hemos ganado un Mundial y no vamos a desviarnos de lo importante”, fueron las palabras que la RFEF difundió como pronunciadas por Jenni Hermoso.
El testimonio de Patricia Pérez fue usado por el departamento de Integridad de la Federación para realizar un informe interno favorable a Luis Rubiales. Según el documento, Pérez consideró el beso “algo anecdótico“, y sobre las declaraciones de la jugadora dijo que “viendo que la prensa preguntaba por el beso, se le propone desde el Departamento de Comunicación sacar unas frases al respecto, y una vez aprobadas por su parte, se remiten a los medios“. El informe de la RFEF recoge que, junto a Jenni Hermoso y Patricia Pérez, en el momento en el que le muestran las palabras que iban a difundir, estarían presentes también Ana Álvarez, directora de fútbol femenino de la RFEF, y Pablo García Cuervo, director de comunicación. Ambos, aunque no declararon ante Integridad según fuentes federativas, confirmarían el O.K. de Hermoso. Sin embargo, como ha podido confirmar Relevo, tanto jugadoras como staff desde el autobús habrían presenciado cómo fueron solamente la jugadora y Patricia Pérez las que bajaron cuando paró el bus para abordar este asunto tras la decisión del departamento de Comunicación.
Jenni Hermoso fue contundente en su primer comunicado sobre este asunto: “A pesar de mi decisión, tengo que manifestar que he estado bajo una continua presión para salir al paso con alguna declaración que pudiera justificar el acto del Sr. Rubiales. No solo eso, sino que, de diferentes maneras y a través de diferentes personas, la RFEF ha presionado a mi entorno (familia, amigos, compañeras, etc) para que diera un testimonio que poco o nada tenía que ver con mis sensaciones. No me corresponde a mi evaluar prácticas de comunicación e integridad, pero sí estoy segura de que como Selección Nacional Campeona del Mundo no nos merecemos una cultura tan manipuladora, hostil y controladora“.
Presiones que están incluidas, entre otras, en la querella presentada por la Fiscalía y que ahora el Juzgado Central de Instrucción 1 de la Audiencia Nacional tendrá que valorar. Todo apunta a que serán los testigos los que esclarecerán lo ocurrido.
