Jalisco /
En el México de trastornos de salud mental que padece un 30 por ciento de la población (INSRFR), no están exentos algunos políticos e interesados en el tema de sufrir afectaciones, como nos hemos dado cuenta en los que quieren contender en las elecciones del 24 , en las reuniones del Congreso, en análisis de los medios y conversaciones en las redes. Pareciera que su afán es recordarnos el 10 de octubre, conmemoración de dicho problema a nivel mundial (OMS)
Lo más preocupante de estos padecimientos, que se estima se dan en adultos de 18 a 65 años, es que solo el 3 por ciento acude a consulta y tratamiento, mientras el resto de las personas viven las consecuencias que afectan su entorno social, y cultural que influyen en cómo piensan, sienten y actúan. Esto quiere decir que estamos rodeados de una parte de individuos que no tienen un bienestar emocional, psicológico y social, que pueden ser políticos que nos gobiernan o que son candidatos para hacerlo.
En la historia de la humanidad contamos con suficientes ejemplos de lideres que han tomado decisiones bajo el influjo de sus trastornos mentales y que han perjudicado negativamente a millones de personas, porque han sido artífices de guerras, invasiones, quiebras económicas, odios por raza, religión y discriminación para dividir a los pueblos y naciones.
En nuestro país las principales enfermedades mentales que se dan de mayor a menor incidencia y que pueden manifestarse alguna veces o con frecuencia son: ansiedad, que se refiere a la preocupación y miedos excesivos continuos ante situaciones cotidianas, que se pueden derivar en otras como obsesiones, agorafobia y claustrofobia. Le sigue la depresión, que es una afección asociada a los cambios de humor y perdida de interés.
La tercera en presentarse es la angustia, que es la sensación de agobio al grado de pánico, estar irritable y enfadado. La cuarta es el estrés, que es el estado de preocupación o tensión mental generados por una situación difícil. Todas las anteriores pueden derivar en afectaciones graves como la esquizofrenia, las adicciones y el suicidio.
Por eso todos los mexicanos tenemos derecho a vivir con bienestar, en el que cada ciudadano pueda desarrollar su potencial, afrontar las tensiones de la vida, poder trabajar de forma productiva y aportar algo a su comunidad. Es importante que se establezcan políticas públicas eficaces y masivas, así como prácticas basadas en valores, para disminuir la pobreza y la violencia, factores determinantes que influyen en la salud mental
Dentro de los lineamientos de los sistemas democráticos establecer métodos que identifiquen a los políticos que tengan trastornos mentales para no permitirles ser elegidos dentro de los partidos, ni que aparezcan en una boleta para ser votados. Puede ser que estos parámetros queden establecidos como leyes.
Cuidado con los políticos de hoy y mañana que no cuentan con salud mental y en general para todos los que tenemos cercanos. No tienen porque sufrir y nosotros pagar las malas consecuencias de sus actos.
