El inicio de una nueva temporada de NBA es inminente. Tras una temporada donde los Nuggets se posicionaron como el verdadero rival a batir en el Oeste, un nuevo superequipo emerge con talento y experiencia suficientes para destronar a los Jokic, Murray y compañía.
Phoenix Suns ha conseguido reunir en su plantel a tres anotadores del más alto nivel como son Kevin Durant, Devin Booker y, el último en llegar, Bradley Beal. El escolta (30 años y 1,93 m) aterrizó este verano procedente de Washington Wizards en un movimiento que supone toda una declaración de intenciones por parte de la franquicia de Arizona.
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Ahora, a escasas horas del arranque de la temporada regular, Beal ha confesado en una charla con ESPN que los Suns no fueron su prioridad: “Mi favorito inicial era Miami”, confesó el escolta con respecto a su estrategia en el mercado de hace unos meses.
El punto de discordia entre Miami y Beal
Según Beal, la franquicia de Florida mostró cierto desinterés en las negociaciones, lo que le hizo dudar de si realmente era la mejor opción en este momento de su carrera. Sin embargo, desde los Heat aseguran que el punto discordante entre ejecutiva y el entorno del jugador era la cláusula de no traspaso, a la que el escolta no estaba dispuesto a renunciar. Beal extendió su contrato con Washington en julio de 2020 por cinco años (el último opción de jugador) y 251 millones de dólares, un acuerdo por el que le quedan por percibir unos 200 millones hasta 2027.
“De la nada llegó un Dark Horse como Phoenix. Su agresividad me acabó convenciendo”, dijo el de St. Louis acerca de su decisión final. El concepto Dark Horse en el deporte se refiere a un equipo o atleta que viene de tapado, con el potencial y el crecimiento para escalar hasta lo más alto.
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