Slow Fit o lo contrario al HIIT: el entrenamiento pausado y de bajo impacto (pero efectivo) – El Mundo
La respuesta a la alta intensidad consiste en “ponerse en forma suavemente”, a un ritmo tranquilo pero exigente y con más control corporal
No hay duda de que el High Intensity Interval Training (HIIT) es una de las tendencias fitness en los últimos años debido a sus beneficios físicos y mentales en un corto espacio de tiempo. Pero sucede que, ante el ritmo vertiginoso del día a día, muchas personas buscan en la actividad física su momento de encontrar el equilibrio.
Para dar respuesta a esta demanda surge Slow Fit, que brinda fuerza, resistencia, flexibilidad y equilibrio sin necesidad de ejecutarse a una alta intensidad.
Literalmente, significa “ponerse en forma suavemente”, explica Jean-Luc Riehm (Colmar, Alsacia, Francia, 21 de junio de 1980), director y formador del instituto internacional de Qi Gong y formador en Feel Good In Companies, compañía encargada de desarrollar esta actividad en espacios únicos, como La Bobadilla, a Royal Hideaway Hotel (Loja, Granada).
FÍSICO Y MENTAL
“Los huéspedes agradecen mucho este entrenamiento por ser, además de un descubrimiento, un aprendizaje, un instante para compartir y una apertura de consciencia según los casos”, desvela el instructor, que aclara: “Suavemente no implica que no haya esfuerzo; ir despacio requiere de más control, más precisión, más enfoque e involucra a grupos musculares que no suelen ser entrenados o solicitados en actividades de alto impacto”.
En una sesión de Slow Fit hay un trabajo físico profundo que unifica lo interno y lo externo, prosigue. “Sus beneficios principales se traducen en un mayor control corporal, una mejor coordinación, un aumento del nivel de energía y un equilibrio físico y mental, que repercute en la mejoría de nuestro nivel de salud”. Está especialmente indicado en caso de rehabilitación, cuenta: “Su práctica regular previene de enfermedades al mantenernos activos y centrados”. Se trata de buscar el máximo rendimiento mediante la ejecución de posturas de taichi, yoga, Chi kung o artes marciales, todo ello combinado con técnicas de control de la respiración.
MEJOR EN UN ENTORNO NATURAL
Para fomentar la armonía, el trabajo se realiza en la naturaleza. Es una de las tendencias post Covid que llegaron para quedarse, detecta Riehm. “Senderismo, bicicleta, barranquismo, running, vía ferrata, trekking… Más personas están sensibilizadas a la hora de participar en actividades deportivas a través de asesoramiento profesional. Además, los patrones trendy de la sociedad priman el físico y la estética y hacen también exista un interés por estar, sentirse bien y ser productivo”.
Esto es positivo porque lleva a cuidarse, detalla, pero por otro lado, “puede derivar en comportamientos obsesivos y pérdida de la noción del equilibrio interno y externo, tanto físico como mental”. De ahí que, ante la posibilidad de acceder a una multitud de actividades físicas (clásicas e hibridadas), las personas demanden también un espacio de autocuidado incluso en sus vacaciones o escapadas. “Los tiempos de ocio se valoran mucho y, especialmente con la edad, la longevidad, el bienestar y la salud son grandes preocupaciones. Todos queremos estar bien, vivir muchos años y, por lo tanto, notamos un aumento del nivel de consciencia. Y estás modalidades más lentas permiten aumentar la concentración”.
TURISMO DE BIENESTAR
Su secreto está en la relajación, que nos lleva a más tranquilidad y claridad mental. “En vacaciones o escapadas que rompan con la monotonía se busca huir o romper con todo y es importante descansar de forma activa. Un complemento ideal es disfrutar plenamente del entorno y de uno mismo con una actividad que reponga también tus niveles de energía. Esta es la clave del equilibrio”.
Lo mejor para este licenciado en INEF es aprender de diferentes horizontes e historias personales que realizan esta modalidad de slow travel (viajes más tranquilos con un enfoque de bienestar). Lo menos bueno, darse cuenta de que la salud nos interesa cuando la perdemos. “Deberíamos cambiar el chip y apuntar hacia la prevención. Sin salud no se puede disfrutar. Es la mayor riqueza no tangible y deberíamos darle mas protagonismo tanto a nivel externo como interno”, reflexiona. Pensaremos en la próxima escapada para ponerlo en práctica.
