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“Israel está feliz con nuestras peleas” – La Vanguardia


Ramala no debía ser la capital del Estado de Palestina pero viene a serlo porque aquí se erige la Mukata –sede de la Autoridad Nacional Palestina– y reside un señor presidente, Mahmud Abas, que nació hace 87 años, cuando estas tierras estaban bajo mandato británico y al que cada vez más palestinos querrían jubilar. De la misma forma que Salam Soran no pensaba ayer a la una del mediodía bajar tan pronto la persiana en la calle Radio de Ramala y la tuvo que bajar.

Una mujer cubierta de negro, velo incluido, pasea una gran fotografía plastificada de un niño con la cabeza ensangrentada y el texto: “No abandonéis a Gaza”. Los hombres que la siguen y gritan con ella –y gritan mucho– miran a los comerciantes. No hace falta decir más.


Un sacerdote ortodoxo palestino en una manifestación contra Israel la semana pasada en Ramallah

JAAFAR ASHTIYEH / AFP

–Habrá que cerrar. No estoy muy a favor, sería más inteligente que si han perdido a un hijo en Gaza o les han destruido la casa nos pidieran una ayuda.

El piquete logra en menos de media hora otros cierres, incluso el de la franquicia Popeye’s, “pollo de Luisiana”, la zapatería Milano o un Kentucky Fried Chicken. Nadie quiere parecer insolidario con el infortunio de los palestinos de la franja de Gaza, a 80 kilómetros de distancia

Y, sin embargo, Cisjordania es y respira diferente: aquí manda la vieja guardia palestina, los últimos de la OLP y Al Fatah, que renunciaron a la violencia tras décadas empleándola.

“Necesitamos con urgencia renovar el liderazgo”, un dardo frecuente al presidente Abbas, 87 años

A Ramala se llega en menos de hora y media por carretera desde Tel Aviv, dos mundos. Tiene un atractivo turístico pero no dos: el museo Yasir Arafat, donde reposa el único líder palestino que, a trancas y a barrancas, logró unificar un pueblo muy propenso a pelearse. “Israel está encantado con nuestras peleas”, señala Salam Soran, el comerciante, 56 años.

Pese a la manifestación, Ramala vive tranquila si la comparamos con Gaza. Allí, en las elecciones del 2006, los electores dieron la sorpresa –y quebraron el guión occidental dispuesto para Palestina–: venció Hamas, una escisión de la OLP fundada en 1987, aseguran las malas lenguas que con el beneplácito de Israel, encantada de la división. Algo así como EE.UU.cuando creó un monstruo –los talibanes de Al Qaeda– para expulsar a os soviéticos de Afganistán.

Los dirigentes de Hamas expulsaron y no con buenas maneras a los dirigentes de Al Fatah de Gaza en el 2007, que se trasladaron a Ramala, una de las pocas ciudades de esta tierra sin una historia milenaria. Y, desde entonces, Palestina es como China: está la República Popular y está Taiwán.

La matanza de civiles perpetrada por Hamas el 7 de octubre fue condenada por el presidente Abas, una figura cada vez más residual, como la de todo moderado estos años. “Ha sido muy blando con Israel. Necesitamos urgentemente una renovación del liderazgo palestino”, estima Jaled, 48 años, un funcionario –como uno de cada tres habitantes de Ramala– que disfruta con el pollo de Luisiana, de la misma forma que al periodista le ha pasado cerca un patinete eléctrico.

“Queremos vivir en paz. Y que Israel nos trate como a seres humanos. Necesitamos sangre nueva, ni Hamas ni Abas pueden traernos un futuro y las reformas que necesitamos”, señala Salam Soran.

Un piquete exige solidaridad con Gaza y las tiendas de Ramala cierran, pero esto no es Gaza

Cisjordania ha registrados erupciones –más de 70 muertos en las protestas por los ataques a Gaza– pero no ha ardido, y menos Ramala, “narcotizada” por los sueldos que genera la capitalidad, aunque este mes ha sido anunciado un recorte…del 50% de las nóminas públicas.

Ayer sólo hubo un visitante al museo Yasir Arafat, adosado a la Mukata, donde Mahmud Abas es incapaz de articular una voz única del pueblo palestino. Tampoco es una novedad y basta recorrer las salas donde se reflejan –con palabras heroicas– algunas de las decisiones equivocadas del líder palestino. “Claro que lo envenenaron. Arafat se resistía a un acuerdo con Israel sin Jerusalén y con asentamientos judíos en Cisjordania”, dice Jaled, un viejo militante de Al Fatah, jubilado. ¿Y quien lo envenenó hasta morir en París en el 2004? “La camarilla de Abas con ayuda de Isreal”. Tierra de complots esta.

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Marc Valldeperez

Soy el administrador de marcahora.xyz y también un redactor deportivo. Apasionado por el deporte y su historia. Fanático de todas las disciplinas, especialmente el fútbol, el boxeo y las MMA. Encargado de escribir previas de muchos deportes, como boxeo, fútbol, NBA, deportes de motor y otros.

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