En mi última visita a Ámsterdam hice una peregrinación a los orígenes de Cruyff, el barrio donde se levantaba el viejo campo de De Meer, la casa del Ajax durante seis décadas, entre 1936 y 1996. Año en que se inauguró el modernísimo Amsterdam Arena, con capacidad para 70.000 espectadores, todos a cubierto, gracias a su techo retráctil. En la actualidad y tras el fallecimiento de Johan, se cambió el nombre para pasar a llamarse Cruyff Arena.
En los terrenos del vetusto De Meer, sobre cuyo césped impartieron magisterio futbolístico cracks de la talla del mismo Cruyff, Van Basten, Neeskens y Bergkamp, entre otros muchos, el ayuntamiento de la ciudad decidió dedicar su nueva urbanización a lo que representa este Ajax, ganador de cuatro copas de Europa, ahora que pasa por horas bajas, hundido en el fondo de la clasificación de la Eredivisie. El conjunto de bloques de viviendas construidas se une entre sí a través de pequeñas calles que han sido bautizadas con el nombre de históricos estadios de fútbol.
Así, en la confluencia de las calles Anfield y Wembley, en la fachada exterior de uno de los edificios, se descubre un enorme mural de 7,6 por 11 metros de Cruyff vestido con el color naranja de la selección neerlandesa con el mítico dorsal 14 que lució durante el Mundial del 74. Donde a pesar de que Holanda cayó en la final contra la RFA de Beckenbauer su fútbol fue más admirado que el de los campeones.
La obra pertenece al artista brasileño Paulo Consentino, fue patrocinada por la empresa AzkoNobel y en la misma se observa al astro neerlandés dando indicaciones, algo muy habitual, a sus compañeros. La firma de pinturas no guarda ninguna relación con las Bruguer que fueron anunciadas por el mismo Johan en su etapa de futbolista del Barça y posteriormente por su esposa Danny.
Otro detalle que llama la atención es que algunas calles se ven cruzadas por pequeños canales, tan típicos del urbanismo de la ciudades neerlandesas. En este caso llevan el nombre de ilustres jugadores del Ajax. Curiosamente los dedicados a los dos Johan exbarcelonistas, Cruyff y Neeskens, surcan sus aguas paralelamente. En los Países Bajos se guarda un respeto reverencial sobre la figura de Johan Cruyff. Prueba de ello es que, a pesar de los éxitos de Max Verstappen, tricampeón mundial de F-1, las encuestas de máxima popularidad mundial neerlandesa continúan encabezadas por el ex técnico del Dream Team.
Porque no tan solo se ve venerado por su legado como futbolista y entrenador, sino porque la gran obra social de la Cruyff Foundation, que está a punto de alcanzar los 25 años desde su creación, está más que reconocida. Esto sería lo que más llenaría de satisfacción a su impulsor.
