Se celebra el Día de Muertos, una de las fiestas más importantes para los mexicanos y te contamos algunos relatos de los clubes de la Liga MX.
EL DUENDE QUE ESPANTA A TODOS EN EL ‘NEMESIO DÍEZ’
Las historias de terror, fantasmas, brujas o duendes, no sólo se limitan a relatos urbanos de nuestros antepasados o de hoy en día. El futbol mexicano no se salva de tener narraciones escalofriantes que al contarlas ponen la piel erizada.
Una de ellas, es la que se cuenta en el estadio Nemesio Díez, la casa de los Diablos Rojos del Toluca, que ya de por si con el mote, hace que el cuerpo reaccione espeluznantemente.
El exjugador de los Diablos, Erbín Trejo, contó a ESPN en 2014 sobre un duende que se le apareció en los dormitorios de la casa club del inmueble, justo debajo de las tribunas de Sombra Preferente y VIP.
“Estaba en casa club, en mi cuarto, y de repente vi pasar de reojo algo en la puerta; yo estaba sentado en la cama y me quede pasmado, me llamo la atención”, instantes después, “pasó de regreso; era una cosa chiquita, vestido medio raro y con pantalones cortos, así como describe la gente, a un duende me tocó ver”.
Trejo aceptó que hasta antes de lo ocurrido “era una persona escéptica”, pero “dejé de serlo luego de lo que vi aquella noche, decía que esas cosas no existían y ahora creo”.
EL ‘BRUJO AL QUE EL LEÓN LE VENDIÓ SU DESCENSO Y DURARON 10 AÑOS AHÍ
Corría el año del 2001, ya casi el 2002, el León vivía una profunda crisis, agonizaba, se batía entre la vida y la muerte. Estaba destinado a descender. Sólo un milagro o un hechizo lo salvarían, así que personal del Club León viajó a la ciudad vecina, San Francisco del Rincón, conocida por la gran cantidad de personas que se dedicaban a la brujería, ahí encontraron a Chihuín, el ‘Brujo Mayor’, y lo llevaron al Nou Camp.
La tarea del ‘Brujo Mayor’ era salir antes de cada partido con un ramo de Pirul a hechizar las porterías para que sólo cayeran goles del León, para así sumar triunfos y salvar la categoría. Pero no fue suficiente. León descendió.
De inmediato se creó la leyenda de que el León no había descendido deportivamente, sino que el ‘Brujo Mayor’ invirtió el hechizo en contra de la Fiera para acabar con ella. Junto con ese mito se decía que Chihuín, antes de irse a la ciudad de donde venía, San Francisco del Rincón, dejó un gato negro enterrado en la puerta cinco, destinando así al equipo a vivir diez años en el abismo de la Primera División “A”.
Pasaban los años, los torneos, la Primera División “A” cambió de nombre a Liga de Ascenso, León cambiaba de dueños, de directivos, de jugadores, de técnicos. Armaba equipazos, pero no volvía al máximo circuito. Pasaron exactamente diez años para que el León volviera a la Primera División.
LA NIÑA QUE SE APARECE EN LA NORIA
En las instalaciones del Cruz Azul en La Noria, a cuyo costado se ubica el Panteón Xilotepec, hay una historia que circula entre la gente de seguridad del lugar, que pone los pelos de punta a cualquiera.
Se trata de una niña vestida de blanco, que se aparece en la casa de entrenamiento de los cementeros a altas horas de la noche y que algunos de los guardias que suele hacer sus rondines alrededor de las canchas han visto.
“Se aparece una niña por las noches, hasta le han tomado fotografías, por ahí las tienen algunos. Alguien las tendrá, los choferes del camión de Cruz Azul”, señaló a ESPN un policía que resguarda la sede de prácticas de los cruzazulinos.
El policía manifestó que la niña suele verse dentro del autobús oficial del Cruz Azul, “junto a la ventana. Nosotros ya estamos acostumbrados a ver muchas cosas ‘raras’ aquí”.
INSTALACIONES DEL AMÉRICA, SEDE DE APARICIONES Y SUCESOS PARANORMALES
En 2014, Marcelino Rivero, utilero del América, narró algunas experiencias paranormales que le han tocado vivir en las instalaciones de Coapa.
El famoso “Pecho”, quien falleció en 2019, estaba al cargo de la vestimenta de los jugadores, cosa que podía llevarle innumerables horas, incluso, en altas horas de la noche. Como pasó en una ocasión que según relata que llegaba de un viaje con el equipo, poco después de las doce de la madrugada.
“De eso hace como diez años, fue un día que llegábamos de un partido. Eran como las doce y media de la noche, ya se habían ido los masajistas y me quedé yo solo. Había una puertita de madera en medio del vestidor, yo estaba en los lavabos lavando los zapatos, y oí que se abrió y se cerró. Me asomé y no era nada. Dije: ‘no, yo no me espanto’, y seguí lavando los zapatos con jabón y cepillo. De momento sentí como cuando se para alguien a tu lado; como estaba enfrente del espejo, vi el espejo y como de película, ya ves que siempre traigo el pelo largo, pues que se me empieza a erizar todo el cabello. Supuestamente yo no tenía miedo, pero empecé a temblar, entonces me acordé que me decían en mi pueblo (Chiconautla, Ecatepec) que cuando pasa eso hay que platicar con el ente, o lo que sea”, reveló.
Por otro lado, “Pecho” manifestó que durante su larga estancia en el conjunto de Coapa algunas veces se tenía que quedar a dormir en las instalaciones y vivió experiencias de miedo.
“Un día me tuve que quedar en una habitación de la Casa Club donde decían que espantaban y dos veces se “se subió el muerto”, como dicen. También los guardias de seguridad me han comentado que han visto a una niña de blanco en medio de la ‘Cancha 1’, donde entrena el primer equipo. De hecho, dicen que antes había aquí un (perro) rottweiler y que cuando los de seguridad lo soltaban se iba a ladrar en medio de la cancha”.
LA FAMOSA MALDICIÓN DEL ESTADIO LA CORREGIDORA DE QUERÉTARO
Cuenta una vieja leyenda que el estadio La Corregidora fue construido sobre un panteón de la ciudad, cosa que explica la mala suerte que los equipos que han jugado ahí han tenido en el máximo circuito.
La historia explica que la maldición del llamado Coloso del Cementerio yace en que las almas de los muertos no descansan y toman venganza descendiendo a los equipos que juegan sobre el césped del estadio mundialista. Corría el año 2007, cuando Jesús Galindo Zárate, entonces presidente de la Segunda División, explicó la teoría.
Él detallaba que en 1980, cuando los Atletas Campesinos ascendieron, su propietario exigió al gobernador Rafael Camacho Guzmán la construcción de un estadio, pues, de lo contrario, se llevaría la franquicia a otra ciudad. A pesar de la amenaza de Camacho, el gobernador se negó a iniciar la construcción, por lo que el equipo fue vendido. Meses después sí se construyó para el mundial del 86′, pero sobre un panteón.
