Un Valencia Basket al más puro estilo de la Naranja Mecánica | Relevo

El Valencia Basket sonríe. Su inicio de temporada no es para menos. A la estela del invicto Real Madrid con 4 triunfos en cinco partidos en Euroliga al igual que en la Liga Endesa con un 6-1, ha demostrado que podía evitar los recurrentes picos de sierra de rendimiento que se han repetido tradicionalmente siempre que ha alternado las dos competiciones más exigentes de Europa. Con la Fonteta como fortín, donde ya han caído Maccabi, Mónaco, Fenerbahçe o Barça, ya han sido capaces de ganar en pistas complicadas como la del Lenovo Tenerife, el Unicaja o la guarida del Zalgiris.

Las estadísticas son reveladoras del cambio entre una temporada y otra: son la tercera mejor defensa de la ACB (sexta peor en la temporada 2022-23) y la segunda mejor de la Euroliga (peor del pasado curso); equipo que menos puntos encaja en la competición doméstica (76,57) y segunda que menos recibe en la Euroliga con 70,8.

Pero hay más. En la Liga Endesa es el que deja en peor porcentaje a su rival con un 41,8 %, el que mejor ‘destruye’ el juego del rival dejándole en menor número de asistencias con 16,1, el segundo que mejor cierra su pintura y segundo al que menos puntos le anotan tras pérdida de balón.

En Europa es el equipo que deja en el cuarto peor porcentaje en tiros de campo con un 42,8 % a los oponentes, el segundo que mejor defiende la línea de 6,75 metros llevando a sus rivales a sólo un 28,5 %, el cuarto que mejor defiende la pintura, el quinto al que menos asistencias le dan y al segundo que menos castigan los rebotes ofensivos en segundas oportunidades. Casi nada.

Pero todo empieza con la construcción de la plantilla. La primera piedra fue la renovación de Chris Jones allá por el mes de marzo. Uno de los bases, mercado escaso, más determinantes de Europa que ha vuelto a demostrar su capacidad en el clutch time y su instinto asesino para ganar los partidos. Ya lo hemos visto metiendo la canasta ganadora ante el Fenerbahçe en la Fonteta o sacando los tiros libres del triunfo ante el Barça en el mismo escenario.

Una de las claves ha sido el denominador común del físico en los fichajes, que ha ido ganando espacio en la plantilla. La llegada de jugadores como Semi Ojeleye, un todoterreno entre los puestos de alero y ala-pívot; Damien Inglis, un cuatro distinto con juego desde la media distancia y en el poste bajo; o un pívot aéreo como Boubacar Touré, de momento máximo taponador de la ACB, ha elevado el listón del equipo de Álex Mumbrú a nivel de músculo.

De ahí parte todo: muchos jugadores capaces de defender en muchas posiciones, versatilidad como si fuera la Naranja Mecánica de la Holanda, ahora Países Bajos, de fútbol de los 70, lo que les da capacidad de recuperar balones (segundos mejores ‘ladrones’ de la ACB con 11,57 por choque).

Lo que sucede, conviene

Así reza un proverbio budista. Los ciclos en el deporte tienen un principio y un final y muchas veces incluso cerrarlos puede ser doloroso pero necesario. Bojan Dubljevic lo ha sido todo en el Valencia Basket.

Tras 11 años en el club taronja, el capitán montenegrino decía adiós siendo el jugador extranjero con más partidos (629) y temporadas disputadas (11), y el segundo histórico con más minutos a sus espaldas, además de máximo anotador, con 7349 puntos, Y reboteador de la historia del club (3474) con dos Eurocup ganados (2014 y 2019) y MVP del playoff final de la Liga Endesa en 2017 en la que fueron campeones de la única Liga ACB que han logrado.

Para sustituirle ha llegado un Brandon Davies con ganas de reivindicarse tras una temporada gris en Milán en la que acabó jugando sólo un único partido de los siete partidos de la final. Un auténtico martillo pilón desde la media distancia, con 4,7 canastas de dos por choque en ACB, en situaciones de recibir y tirar desde el poste medio o en Pick And Pop.

Pero no es lo único. En segundo lugar, Jared Harper aceptaba la oferta del club una vez incluido en el tanteo y se acababa quedando. En su segunda temporada en Europa, se ha convertido en un auténtico revulsivo desde el banquillo: 11,5 puntos en 19:14 minutos en los cuatro partidos que ha disputado. Ello se suma a otros jugadores que quieren aprovechar su primera oportunidad en la competición (Robertson o Reuvers), demostrando ilusión y motivación, o decir aquí estoy yo.

Y por último, la derrota en la primera jornada de la ACB ante el Bàsquet Girona en casa fue un aviso a navegantes que les ha servido para crecer. “Tenemos mucha gente que no ha estado antes en la ACB y no sabe de la dificultad que entraña pero supongo que después del partido contra el Girona todos lo tendrán claro”, decía Mumbrú tras el traspiés inaugural. Desde entonces, 10 triunfos en 11 partidos entre ambas competiciones.

La gestión de la rotación

Uno de los grandes éxitos del equipo corresponde a su entrenador Álex Mumbrú. En su segundo año en el Valencia ha dado con la tecla y todos los jugadores tienen su rol en la rotación del equipo, haciendo del esfuerzo coral su principal bastión.

Ya lo decía Víctor Claver en una entrevista en La Voz de Galicia: “Mumbrú también ha encontrado una forma de trabajar un poco diferente para que todo el mundo se sienta importante, movemos bien el balón y jugamos como equipo. Se está notando y está dando resultados”.

Desde los 11 minutos y seis segundos jugados por Jaime Pradilla a los 25:37 de Chris Jones, más valorado del equipo con 13,4 en la Euroliga, doce jugadores pasan por la pista sumando seis al menos siete créditos de valoración. Es el equipo que menos depende de su cinco de inicio con 35,80 puntos y segundo con más aportación desde el banquillo con 40,60 tantos. Casi nada.

El mismo patrón se repite en Liga Endesa, teniendo doce jugadores participación activa en la rotación: juegan entre los 12 minutos y 14 segundos de Pradilla a los 23:23 del más usado, el líder y máximo anotador con 13,6 puntos por partido Chris Jones. Es el equipo con menos aportación de su quinteto titular y hasta siete jugadores suman 7,6 créditos de valoración o más. Y es que todo el equipo no sólo defiende, sino que también ataca como aquella Holanda de la Copa del Mundo de fútbol de 1974.

Si las lesiones, donde ya han tenido algún contratiempo como el de Hermansson y la consiguiente llegada de Jovic, o algunos problemas menores como los de Harper y Ojeleye pero han recuperado a Xabi López-Arostegui, les respetan, seguirán soñando.