Uno de los grandes actores mexicanos que dejó huella con su leado en el cine mexicano es, indudablemente, Joaquín Pardavé. Murió en 1955, pero es recordado por su trabajo escénico, también por una leyenda macabra que lo persigue después de su muerte.
Tras la muerte de Joaquín Pardavé, México entero se consternó con la noticia, pues era uno de los actores más admirados del cine mexicano en la Época de Oro, también por lo que se dijo respecto a su fallecimiento.
De Joaquín Pardavé, originario de Pénjamo, Méixco y quien tenía 54 años de edad al morir, siempre se comentó que lo enterraron con vida, pues por una negligencia médica lo dieron por muerto.
Sobre el actor se sabe que padecía catalepsia, enfermedad que, según el diccionario de la Real Academia Española, se describe como “el estado biológico en el que una persona yace inmóvil, en aparente muerte y sin signos vitales”.
Joaquín Pardavé fue declarado muerto. Luego, cuando se leyó su testamento, faltaba un documento y también se dijo que lo habían sepultado con él dentro de su saco.
Acto seguido, la familia de Pardavé habría procedido a exhumar el cadáver y lo encontraron con su cara arañada, cuerpo boca abajo, no como lo habían sepultado, por lo que todos creyeron que ‘lo habían enterrado vivo’ y murió en la tumba a causa de asfixia.
La familia de Joaquín Pardavé en su momento desmintió todo y dijo que su muerte se debió a causa de un derrame cerebral, diagnóstico confirmado por su médico, se informa en la biografía del gran actor.
Sin embargo, todo esto ha trascendido con el paso de los años y la gente siempre comenta que ‘a Joquín Pardavé lo enterraron vivo’.
Joaquín Pardavé actuó en decenas de películas de la Época de Oro del cine mexicano, entre ellas ‘Tierra brava’, ‘Mi candidato’, ‘Jalisco nunca pierde’ y ‘El jefe máximo’.
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