Celebridad

Al ver porno no hay un filtro adulto que marque lo que es una sexualidad sana


Foto de archivo

Los datos respecto a la edad a la que los jóvenes comienzan a iniciarse en el mundo del porno son alarmantes. Cada vez se ha ido avanzando más hasta que, en la actualidad, la edad en la que los menores comienzan a consumir pornografía en España se sitúa entre los nueve y los once años.

 

Muchos de estos niños entran sin que sus familias tengan conocimiento, y lo peor de todo, sin que ellos lo busquen. Sólo hace falta alguna ventana emergente en la esquina para que les pique la curiosidad. El gran problema es que lo que se ve en el porno poco tiene que ver con lo que acaban siendo las relaciones sexuales, puesto que las mujeres aparecen mayoritariamente como un sujeto pasivo y sobre el que dominar y ejercer violencia.

 

Esto acaba llevando a que estos comportamientos violentos en el sexo se vayan interiorizando y acaben reproduciéndose en las relaciones venideras y, desgraciadamente, que acabe resultando en un flujo continuo de noticias sobre agresiones sexuales y violaciones.

 

Para tratar toda esta problemática, CatalunyaPress ha entrevistado al doctor Just Roca Duran, de la Sociedad Catalana de Sexología, de la Academia de Ciencias Médicas de Catalunya.

 

  • ¿Por qué los jóvenes consumen en la actualidad tanto porno?

 

Porque lo tienen a su alcance, porque es muy fácil entrar en las páginas de porno. Algunos pueden entrar sin filtro. La mayoría hace la pregunta de si tienes más de 18 años, y una criatura sólo tiene que decir que sí para poder acceder a ella. A partir de ahí, ya están a su alcance.

 

Desde que existe Internet, hay muchas facilidades para entrar. Aunque se pongan filtros en el ordenador, si no existe un control directo, es muy difícil controlarlo porque es muy fácil entrar. Las páginas a veces saltan con pantallas emergentes en algo que estén visitando de forma inocente. Por ejemplo, estás mirando el cuerpo humano y puede salirte una señora provocativa o una pareja manteniendo sexo. Sólo tiene que clicar en el enlace y ya está.

 

 

Yo creo que la sociedad, por lo general, es inconsciente sobre el tema y su alcance. Se ha descuidado la educación sexo afectiva en las escuelas y en casa con los padres. Para dar información sobre la sexualidad, hace falta alguien que tenga la capacidad de contextualizar lo que quizás un día vean aunque sea de forma accidental. Antes, los niños hablaban entre ellos o directamente con sus padres y así se le podían explicar las cosas para que aprendieran sobre el tema.

 

Ahora, lo que tienen al alcance es para desaprender, en el sentido de que lo que ven son unos modelos que muestran violencia, abuso, etc. Si esto lo ven muchas veces, puede dar la percepción de que eso es lo normal. Por tanto, cuando tienen alguna relación sexual, éste es su modelo a seguir. En caso de las “manadas”, por ejemplo, piensan que la chica aceptará cualquier práctica, y si se niega por ejemplo a hacer una felación o alguna otra cosa, entonces tendrá problemas.

 

El problema no es que existan las páginas, sino que tienen un acceso muy directo y, por otra parte, la falta de preocupación del entorno familiar y educativo.

 

  • La gente ve películas de asesinatos y no se le ocurre matar a alguien. ¿Por qué sí que sucede esto con el sexo?

 

Cuando se ve una película donde hay asesinatos, se puede contextualizar lo visto, en el sentido de que ellos saben que no se puede ir matando a gente por la calle tranquilamente, porque hay una ley y también porque les han dicho que no está bien. Por otro lado, con el sexo, al quedar callado y se habla con el grupito de niños y niñas que tienen alrededor, no hay un filtro adulto que marque lo que debería ser una sexualidad libre pero sana.

 

  • ¿Inculcar alguna asignatura de educación sexual en las escuelas podría ayudar?

 

Que yo sepa, se ha puesto educación sexual afectiva en las escuelas de forma transversal. Es decir, en ciencias naturales puede explicarse el fenómeno reproductivo además de todo lo que se incluye dentro de la sexualidad, por ejemplo. En cuestión de sexualidad, cabe preguntar al alumno qué quiere saber, y en base a ello, debe reconducirse.

 

Ya se ha hablado de poner una asignatura de educación sexual, pero ¿se aprueba o se suspende en sexo? ¿Cómo se evalúa? A veces ponen a expertos que explican Infecciones de Transmisión Sexual como el sida u otras, pero ésta no es la principal preocupación de los jóvenes. Lo que les preocupa es saber cómo tener una pareja, cómo hacer el coito, etcètera, son otras las preocupaciones y hay que atenderlas.

 

  • Si el porno es algo que los adolescentes ven en la intimidad, ¿cómo pueden saber los padres que sus hijos están teniendo ese consumo? ¿Cómo ayudar si no se sabe que hay un problema?

 

Es difícil saberlo. De entrada, la primera ayuda es haber sido claro y escueto desde pequeños. Es decir, no haber escondido la sexualidad y explicar lo que sepan, lo que conlleva también que ellos deben educarse para poder resolver todas las dudas correctamente. Hay que hacerles entender que no debe hacerse lo que la otra persona no quiere, y que las escenas que están viendo no son la realidad de lo que se encontrarán en una relación sexual.

 

El problema es que los padres han dejado a un lado esta función educativa porque piensan que se hará en la escuela, y en la escuela, los profesores tienen mentalidades muy diferentes. Hay maestros que tienen una concepción moral del sexo y quizás no quieren hablar del tema, o dan una respuesta inadecuada desde el punto de vista informativo y educativo. Hay que dar a entender que es una ficción que está hecha para que a quien le guste se excite, pero no está hecho para reproducirlo.

 

  • ¿Cómo ha influido el aumento de visualización del porno con la aparición de “manadas” que comentan violaciones?

 

Ha influido mucho. Hay páginas en las que se muestran “bukakes”, que es una práctica donde una chica queda rodeada de diferentes hombres y tienen sexo directo, eyaculaciones sobre la mujer, etc. La concepción que tienen al ver esto es que la mujer lo disfruta, que no digo que no puedan haber mujeres que lo disfrutan, pero son ellas las que deben elegirlo, no ellos que lo elijan por ella. Esto es lo que hay que entender. Si se ponen tres o más adultos y todos están de acuerdo, entonces perfecto, pero también deben tener la libertad de decir cuándo alguna práctica no les gusta y que no lo hagan para recibir presiones.



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Antea Morbioli

Hola soy Antea Morbioli Periodista con 2 años de experiencia en diferentes medios. Ha cubierto noticias de entretenimiento, películas, programas de televisión, celebridades, deportes, así como todo tipo de eventos culturales para MarcaHora.xyz desde 2023.

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