La historia de James Harden con los Sixers parece estar llegando a sus últimos capítulos, pero para nada se esperaba un final igual. Durante la pasada madrugada, en un evento comercial en China, el todavía jugador de Philadelphia ha dejado claro que no volverá a jugar en la franquicia en una declaración nunca vista en la NBA: “Daryl Morey es un mentiroso y nunca volveré a jugar en una organización en la que él forme parte”, aseguraba delante de prensa y aficionados. Y por si no había quedado claro, insistió: “Lo repito. Daryl Morey es un mentiroso y nunca volveré a jugar en una organización en la que él forme parte”.
James Harden: “Daryl Morey is a liar and I will never be a part of an organization that he’s a part of. Let me say that again: Daryl Morey is a liar and I will never be a part of an organization that he’s a part of.” pic.twitter.com/AmHJ0WwbF2
— Shams Charania (@ShamsCharania) August 14, 2023
Todo esto llega apenas 48 horas después de que se filtrara la información de que Philadelphia había decidido dejar de negociar por Harden. El base, tras ejercer su opción de jugador el 31 de junio y extender su contrato un año más, pidió a la franquicia salir, y en específico, ser movido a Los Angeles Clippers. Como Damian Lillard hizo apenas días más tarde, no solo exigió una salida sino también su destino. En un principio, franquicia y jugador habían aceptado la situación y los Sixers empezaron a negociar con el equipo de Los Angeles en busca de una solución, pero pasado algo más de un mes, las conversaciones se estancaron.
La misma noche, Sam Amick, periodista de The Athletic, apuntaba que la decisión de Philadelphia no iba de la mano con el plan de Harden. Los Sixers querían a su jugador en el training camp y confiaban en volver a competir la pareja que forma con Joel Embiid. La llegada de Nick Nurse le da aire nuevo a un proyecto que en las últimas temporadas ha caído en semifinales de conferencia ante Miami primero y Boston este año, pero Harden no quiere volver a jugar para los Sixers. Según Amick, el base todavía no ha decidido si se presentaría o no al training camp, que inicia a principios de octubre. Y no sería la primera vez que Harden cumple con su amenaza.
En 2020, todavía como jugador de los Rockets, James Harden también pidió salir y para tener la sartén por el mango, no solo se presentó tarde al primer entrenamiento de la franquicia, también lo hizo subido de peso. A los tres meses, Houston traspasó al base rumbo a Brooklyn en lo que han sido 26 meses de locura para Harden. El 13 de enero de 2021 era enviado a los Nets, de donde saldría apenas 13 meses más tarde hacia Philadelphia, principalmente para reunirse con Daryl Morey. Ahora, apenas un año después de haber firmado una extensión con los Sixers, amenaza de no volver a jugar en Pensilvania.
Y es que esa extensión es parte del motivo por el que Harden y Morey han roto su relación. En julio de 2022 el jugador aceptó una renovación a la baja para dejar espacio suficiente para firmar a PJ Tucker y Danuel House, excompañeros de Harden en Houston. El acuerdo, bajo la mesa por supuesto, era que ese dinero iba a ser recompensado en una futura renovación, pero cuando llegó la agencia libre o el momento de renovar, esa oferta nunca llegó. Harden, con la presión encima, tuvo que aceptar su opción de jugador y actuar entonces. El principal problema para el jugador es que, teniendo solo un año de contrato en vigor, la normativa NBA favorece más al equipo que al jugador.
En el convenio colectivo entre asociación y propietarios existe una cláusula para jugadores que están en la última temporada de su contrato y deciden no presentarse a los partidos y/o entrenamientos. En caso de no hacerlo por 30 días o más, dicho jugador no será designado agente libre y no podrá negociar o firmar un contrato con otro equipo, en la NBA o cualquier otra liga, sin la aprobación del equipo original, en este caso los Sixers. Es una cláusula que nunca se ha aplicado en la NBA, pero ante un jugador como Harden, que ha pedido tres veces el traspaso en 40 meses y quien ha dicho públicamente que el presidente de operaciones de su franquicia es un mentiroso, quizás es una buena primera vez.
