La historia detrás de las diez historias más leídas de Relevo en su … – Relevo

Entrar cada día a la redacción de Relevo es un viaje con más de 50 caminos que nunca sabes al 100% dónde te van a llevar. A veces pasan desapercibidos y otras llegan y despiertan la reacción de pequeñas comunidades. Los hay, incluso, que están sirviendo para cambiar cosas, para mandar un mensaje inequívoco y emocionar a más de un millón de personas.

Hoy, un año después del nacimiento de Relevo.com, queremos enseñaros, de las casi 20.000 noticias que han salido a la luz, algunas de las que más se han leído. No es para sacar pecho ni mostrar una lista al uso; queremos contaros algo más: detrás de cada historia (incluidas las que no están en esta lista, que son muchísimas) hay un grupo de periodistas que ha trabajado duro para conseguir publicarlas, que se ha movido, que ha viajado, que ha empatizado con un deportista, que ha preguntado, que ha escuchado y ha repreguntado; que ha investigado para entender qué es importante, qué puede ser interesado y qué no. Esto es un reconocimiento para todos ellos. Sin ellos Relevo no carbura.

“Sé decirte qué pasó ese día pero no te lo podría ordenar”

“Nata, voy a publicar, ¿vale?” Son las 12:55 y, dos días después de que España ganara el Mundial de fútbol femenino, Relevo publica una de las noticias de 2023: el ex presidente de la RFEF, Luis Rubiales, presionó a Jenni Hermoso para que lo defendiera tras su beso no consentido en la celebración de la final y, además, las declaraciones que se atribuían a la propia Jenni en un comunicado no le pertenecían, sino que estaban escritas por el departamento de comunicación de la RFEF. Ella nunca se había pronunciado en ese sentido. Por aquel entonces pocos imaginaban que la institución que manda en el fútbol español iba camino del caos total.

Natalia Torrente llevaba con la mosca detrás de la oreja más de 24 horas: “Sabíamos que había un título mundial, un beso y un mal comportamiento; detecté cosas irregulares y me puse a trabajar”. La noche antes de publicar la noticia, Natalia se acostó a las 4 de la mañana. Se había enterado de todo durante la celebración del título mundial. Intuía que el vuelo de vuelta en la expedición había sido movido y se encontró con un avispero. Ató al menos tres fuentes y soltó la bomba. Todo lo que pasó después fue para ella un cóctel explosivo de reacciones: “Sé decirte qué pasó ese día pero no te lo podría ordenar”.

Las televisiones y las radios empezaron a llamar a la redacción de Relevo para poder hablar con Natalia, que estaba escribiendo ya una segunda historia, pero a día de hoy no se acuerda de cuál. Mes y medio después, Natalia Torrente ha aparecido decenas de veces en los medios como consecuencia de su noticia, Rubiales es historia en la RFEF y todo lo que ocurrió, ya investigado por un proceso judicial, no ha hecho otra cosa que confirmar de principio a fin lo publicado.

“Estoy en duodécimo de Rubiales”

Se dice que detrás de la tormenta siempre llega la calma, pero este verano en vez de calma apareció una galerna de nombre Rubiales. En el calendario siempre quedará marcada esa asamblea del “No voy a dimitir” que dejó desencajados a propios y extraños… pero no a todos. Un día antes, las redacciones de casi todos los medios de comunicación, incluidos los públicos y oficiales, anunciaron que el entonces presidente de la RFEF había decidido irse, acorralado por su comportamiento tras la final del Mundial. Alfredo Matilla, sin embargo, no las tenía todas consigo. Tras el estupor de lo vivido en la Asamblea donde Rubiales se agarró al cargo, él y Sergio Fernández publicaron una guía completa explicando cómo el ex presidente, apoyado en sus asesores, diseñó una estrategia para engañarlos a todos, incluyendo a los periodistas y a los suyos dentro de la propia Federación… todo para ganar tiempo.

“La gente se pensó que fue un cambio de mentalidad, pero estoy en duodécimo de Rubiales”, explica Matilla, mientras reconoce que, “con el tiempo supimos que hubo hasta cuatro escenarios distintos” en manos de Rubiales. En Relevo hubo debate sobre si sacar la noticia de la dimisión un día antes de la asamblea. Un montón de medios lo firmaban, pero nadie en la Federación cogía el teléfono de Relevo. Las relaciones eran muy tensas después de la noticia de Natalia Torrente. “Nos atrevimos cuando dos fuentes estatales, TVE y EFE, lo confirmaron”. Al día siguiente, todos a rebobinar.

“Me acordé mucho de la portada de El País con Chávez”, recuerda Matilla, siempre insistente en la redacción junto con Hugo Cerezo de que aquí, o se cita o se confirma, y si no, no se publica. Matilla se dio cuenta de que algo gordo se estaba cocinando en la comisión de presidentes previa a la Asamblea, donde cayeron los vicepresidentes en bloque, pero supo que no dimitía cuando empezó su discurso en tono bajo: “Yo a Rubiales le he visto señalar y gritar delante de mis narices (le conoce desde los tiempos en los que presidía la AFE); eso estaba estudiado para llegar al clímax.” Y el clímax llegó.

“Salva y yo nos miramos y pensamos: ‘Nos secuestran’”

Se puede decir sin temor a equivocarse que la historia de Spasic fue la primera de la web de Relevo en llegar con fuerza a su audiencia. Entonces solo teníamos cuatro días de vida. A su principal artífice, Sergio Gómez, hay que presentarle, porque tiene tal sensibilidad para plasmar una historia, para describirla, que cada una de ellas da para un libro. La de Spasic no es una excepción. El ex jugador del Real Madrid, responsable de un gol maldito en propia puerta durante un Clásico de 1991, entró en un ciclo que le trajo “muchos problemas” y, más de 30 años después, aprovechó el altavoz de Relevo para pedir ayuda desde Serbia en una situación límite, cansado de buscarse en Google y encontrar su nombre en las listas de los peores fichajes de la historia.

Sergio llevaba tres años intentando sin éxito que Spasic hablara. Una llamada de cumpleaños por aquí, una felicitación de Navidad por allí… Todo cambió en verano de 2022. Spasic estaba al borde del colapso y quería una entrevista por teléfono. Sergio le dije que no, que a Serbia. Y a Serbia se fue, junto a Salvador Fenoll y su cámara, para vivir una odisea.

“Aterrizamos y nos estaban esperando dos hombres enormes. Salva y yo nos miramos y pensamos: ‘nos secuestran’. No sabían español y de inglés muy poco. Hablábamos a base de señas. Nos metieron en un parking y con la cabeza hicieron gestos de que entráramos en un coche. Íbamos (el coche) a toda velocidad sin cinturón de seguridad por los arcenes, llovia a mares…”, recuerda Sergio.

La cita estaba prevista en su casa, pero acabó al fondo de una cafetería. Gómez detectó al momento una vergüenza implícita en su mirada. Al principio estaba tenso, “no arrancaba”, pero hubo un punto de inflexión: “De repente dijo que lo había pasado muy mal, y ahí se enganchó. Se nota que quería mandar un SOS, porque cuando le llevabas al fútbol, él volvía a su vida”.

Cuando acabó, Spasic era otra persona: “Nos dio un abrazo, nos preguntó si estábamos casados, nos invitó a comer, nos regaló camisetas de Serbia... Hubo un momento que la mirada le cristalizó. Estaba muy contento”. Desde la entrevista, la vida le sonríe un poco más. El relato llegó al Real Madrid, y nos consta que ahora desde el club le ayudan.

“Joder, yo recuerdo que le daban muchos calambres”

Se puede decir que Roland Garros ha sido un momento clave en el primer año de Relevo. Por allí, en París, estuvo este año Nacho Encabo, nuestro gran puntal del tenis, después de avanzar en exclusiva que Rafa Nadal se iba a perder el torneo un día antes de anunciar que su temporada se había acabado por lesión.

Con esas, la esperanza nacional mudó hacia Carlos Alcaraz y al partido de semifinales frente a Djokovic, donde saltó la historia del torneo: el murciano, que llegaba como favorito, vio cómo un dolor en su pierna le deshabilitó por completo. Primero nos enteramos de que eran calambres, pero la situación entró en terreno aún más desconocido cuando supimos que fueron por culpa de los nervios. Al día siguiente, Encabo se sacó de la manga una entrevista con Alberto Berasategui, el tenista español que más calambres ha sufrido en su carrera, para tratar de explicar por qué a un chaval de 20 años le pueden dejar fuera de juego y cómo un deportista puede llegar a soportar 40 inyecciones en la espalda con tal de aplacar el dolor.

“Esto surge porque yo estaba en Cope comentando el partido y Tomás Carbonell soltó: ‘Joder, yo recuerdo cómo a Berasategui le daban muchos calambres‘. Ahí se me encendió la bombilla”. Al día siguiente ya había hablado con él. Encabo aún recuerda los métodos heterodoxos explicados por Berasategui y echa la vista atrás: “Un médico ahora no es un médico en los 90; ahí hacías lo que habías visto o escuchado”.

“Mi compañera de piso flipaba con algunas llamadas”

Nada se sabe de Víctor Valdés. Empezamos el relato igual que June Lavín comenzó a narrar su reportaje, porque el paradero del que fuera portero del mejor Barça de la historia es una incógnita para todos, e hizo falta trabajo para pintar un retrato que, como dice el subtítulo, empezó con luces y acabó con sombras.

Fueron un total de 15 testimonios de hasta tres equipos entrenados por Valdés para entender su bagaje en los banquillos una vez colgados los guantes. La pista del reportaje empezó gracias a un vídeo de Tiktok, donde un futbolista se refería a una anécdota que el propio Valdés le había contado sobre Ibrahimovic. “‘Persigue la anécdota’, me dijeron en mesa. Le llamé y de la anécdota no me dijo nada, pero me empezó a soltar barbaridades”.

Tirando del hilo, June recuerda casi todas las llamadas, algunas desde su casa. “Yo ponía el altavoz para poder grabar las conversaciones y mi compañera de piso flipaba“. La mayoría de las reacciones al reportaje fueron buenísimas, aunque a un integrante del cuerpo técnico del Moratalaz que solo tenía palabras bonitas para Valdés no le hizo mucha gracia: “‘Joder, cómo le hacéis esto”, me dijo. ‘Pues dame su teléfono’, le contesté. ‘No va a querer hablar con vosotros’, me replicó”.

“Oye, eso que has dicho de Alexia tienes que volvérmelo a contar”

Hay que reconocer que escribir sobre este vídeo empuja al carraspeo. Hablamos del tumor cerebral superado por Virginia Torrecilla y de su relación tan especial con Alexia Putellas. Virginia se pasó por Relevo para recordar los momentos más duros de la enfermedad, de la que ya había hablado muchas veces, pero nunca como en este mes de febrero, donde recordó una llamada a su amiga, agotada de tanta quimio y con los ánimos por los suelos. 

“Fue heavy. Toda la entrevista estuve con los pelos de punta, porque a pesar de que ya había hablado mucho, nos propusimos que lo narrase de forma diferente, más sentida”, recuerda Sandra Riquelme. Lo curioso es que Virginia no desarrolló el contenido de la llamada a Alexia del tirón, sino que lo mencionó por encima, pero Sandra se quedó con la copla y, cuando terminó la entrevista le dijo: “Oye, eso que has dicho de Alexia tienes que volvérmelo a contar”.

La historia de la llamada fue un spinoff de todo un relato que dejó a Sandra impresionada: “Hasta ese momento, nunca había sentido de verdad el miedo que (Virginia) había pasado“. Es, de hecho, la segunda vez que Riquelme insiste en cómo de marcada le dejó escuchar en palabras de Torrecilla que aún tiene miedo a dar a un balón de cabeza por culpa del tumor.

Mención aparte merece la foto de aquella Supercopa de España que Sandra utilizó para ilustrar la historia, una de las razones que explican por qué, hasta la fecha, estamos ante el contenido más visto en la web de Relevo. “Fui a por ella, es una de las fotos más bonitas de la historia del fútbol”. La imagen del abrazo corresponde al partido en que Virginia Torrecilla jugó sus primeros minutos oficiales tras superar el cáncer. Todas las futbolistas acabaron manteando a Virginia, cuyo dorsal en la Selección había cogido Alexia Putellas mientras la primera estuvo de baja.

“Tú eres Amorós, el que habló con Asier”

El último encabezado representa muy bien el impacto que esta historia ha tenido en el atletismo. Su receptor es José M. Amorós, que vivió un momento de fama súbita mientras cubría desde la grada los últimos mundiales de Budapest, a raíz de la entrevista en la que Asier Martínez, campeón de Europa y bronce mundial en 110m vallas el verano pasado, verbalizó el calvario físico y mental con el que ha tenido que lidiar en los últimos meses hasta el punto de odiar su disciplina (“He intentado negar que yo era atleta”, nos llegó a decir). Afortunadamente, Asier va saliendo del pozo tras deshacerse de malas compañías.

La pista sobre Asier empezó hace unos meses. “El desapareció, empezó a no competir, y hablando con gente del atletismo nos contaban que tenía problemas con su entorno. Estuvimos dos meses detrás de la entrevista, la última semana fue muy intensa y vino porque le coincidía una cita médica”, detalla Amorós mientras recuerda el mensaje que lo precipitó todo, justo la noche anterior al encuentro: “Ok, voy mañana“. A las 10 AM se presentó en la redacción de Relevo.

Amorós también explica cómo fue el proceso de conseguir que se abriera. “El creía que iba a ser una entrevista diferente, pero le dije: ‘Vamos a hablar de ti, de cómo estás'”. Fue entonces cuando todo fue hacia adelante: “Nos dio las gracias, se sintió desahogado, parecía que nos había elegido para soltarlo todo”. Lo que más recuerda Amorós es la cantidad de atletas que compartieron la entrevista, síntoma de que estamos hablando, probablemente, de un deporte con mucho poso aún bajo la alfombra.

“Es seguramente el reportaje más especial que haré en mi vida”

Manuel Amor era de los pocos que a principio de año aún le seguía la pista a Dani Benítez, futbolista que entre 2011 y 2014 brilló con su Granada en la élite del fútbol, hasta que un positivo por cocaína destrozó su carrera en el peor momento, cuando los focos le apuntaban y hasta Guardiola le encumbraba.

Lo que no imaginaban ni Manu ni Michèle es que una cita para hablar 10 años después terminaría en un relato tan crudo, tan honesto y tan liberador como el que se produjo en el mes de febrero: palabras sobre su nula relación con su padre, sobre las fiestas, los coches a 280 km/h, el alcohol y las drogas que le empujaron al pozo, sobre la soledad y la falta de hambre que le llevaron a querer quitarse de en medio y sobre el día que hizo clic y comenzó una nueva vida, una mucho mejor.

Manu conoce bien a Dani porque había jugado en el Racing de Ferrol, su equipo del alma, tras cumplir sanción: “Detecté que la gente se había olvidado de él”. El encuentro con Dani se dividió en dos partes: una primera, por la mañana, en el polígono industrial de las afueras de Granada donde trabaja; una segunda, por la tarde, tras pasear por el cementerio donde Dani iba antes de cada partido para recordar a su madre. El Dani de la primera parte no era el Dani de la segunda: “Pensé que iba a hablar, pero no pensé que tanto; creamos el ambiente perfecto”, asegura Manu, a la vez que reconoce cómo, en un primer momento, no fue consciente de la magnitud de las palabras del futbolista (aún juega en tercera RFEF), e insiste una y otra vez en lo amable y generoso que fue con los dos durante todo el día en el que estuvieron juntos: “Es seguramente el reportaje más bonito que haré en mi vida”.

“Cobraba más que el futbolista mejor pagado del mundo”

Allá por principios del mes de mayo, Cristina Bea se pasó por la redacción de Relevo para darle vueltas a una idea, un reto: conseguir publicar algo nuevo y original sobre José María García aprovechando el estreno de un documental sobre su vida en Movistar +. El resultado, semanas después, fue un viaje, a modo de trilogía, al García más puro, al que ejercía el poder de un hombre que, a finales de los 80, tenía un sueldo que rondaba los 1.000 millones de pesetas al año (imagina lo que pueden suponer seis millones de euros en 1987).

“Es que cobraba más que el futbolista mejor pagado del mundo”, puntualiza Cristina, remarcando cómo, en esta ocasión, no quisimos centrarnos solo en lo malo, en lo polémico, sino también en su lado más noble. “Parece mentira que, a pesar de haber hablado tanto sobre él, todavía hay cosas que nos sorprenden”.

¿Cambió esta tarea la imagen que tenía Cristina de García? ¿Cómo le definiría en una frase tras tener tantas conversaciones con ex compañeros de trabajo? “La clave, para mí, la tiene Ismael Medina, con el que he hablado mucho y me dijo que García es un jefe tremendamente exigente, una persona vehemente que te llevaba al límite, pero el mejor jefe que había tenido nunca“.

Leyendo los textos, pregunté a Cristina sobre dos aromas presentes de manera más o menos recurrente: el primero, el de la nostalgia por un periodismo que ya no existe, aunque con asterisco. “Ellos se exprimían al máximo y había un síndrome de Estocolmo, pero para lo bueno y lo malo; hablamos de artimañas que hoy resultarían vergonzantes”. El segundo, el de una herida sin cicatrizar en la retirada de García de las ondas sin avisar a sus ex compañeros. “Julio Pulido es el que mejor lo escenifica”, recuerda.

“Lo vomité todo y me salió sin tener que mirar ni un dato”

Mayca Jiménez estaba tomando algo en un bar de Madrid días antes de coger un vuelo a Nueva Zelanda directa al mundial de fútbol femenino en el que España haría historia, cuando alguien le dijo: “La que me gusta mucho es Mapi León (…) ahh, ¿pero que no va al Mundial? ¿Pero entonces sigue el problema con ‘Las 15’? ¿Pero Irene Paredes no mandó el mail? Ahh, pero si las apoya, ¿por qué no ha vuelto?”

Lo que acabas de leer lo han tenido que escuchar Mayca y Sandra una y otra vez desde el mes de septiembre de 2022 hasta que finalizó el Mundial, casi un año después. Eso explica, también, el éxito de esta historia: una cronología completa de todo lo que pasó con las 15 desde que explotó un conflicto entre Jorge Vilda y las jugadoras de la selección.

“Nos dimos cuenta de que era la consulta más repetida fuera del fútbol femenino durante meses“. Mayca, por consejo de Isabel Pérez, SEO editorial de Relevo (que la miraba con esa empatía de ‘Siento hacerte pasar por este trago, pero es que es lo que quiere saber la gente’), se puso manos a la obra. No le costó nada: “Recuerdo que lo vomité todo y me salió sin tener que mirar ni un dato”. Lo tenía tan estructurado en su cabeza que terminó un texto de 25 párrafos en un abrir y cerrar de ojos.

La ‘pesadilla’ de Mayca no terminó en Nueva Zelanda. Allí, lo que preguntaban en España, también lo hacían los periodistas del resto del mundo, algo más vírgenes con el conflicto: “Nos mirábamos en plan: ufff, otra vez”, recuerda con guasa Mayca. Al final, todo queda en una anécdota de las buenas.

Empezó
en
las
redacciones
de
El
Comercio
o
Público
y
en
Yahoo
fue
poco
a
poco
entendiendo
mejor
las
audiencias.
Si
le
ves
escribir,
probablemente
sea
de
tenis.