En los últimos años, sobre todo después de la pandemia mundial del coronavirus, se habla cada vez más de la salud mental. Según el informe “La situación de la salud mental en España”, elaborado en 2022 por la Confederación de Salud Mental España, los españoles damos una importancia de 4,5 sobre 5 en nuestro bienestar general a la salud mental. En el mismo informe se pone de manifiesto que cuatro de cada diez personas en España (42,1%) han sufrido una depresión a lo largo de su vida, que se incrementa hasta el 47,6% en el caso de los que han experimentado ataques de ansiedad o pánico y un 36,9%, ansiedad prolongada en el tiempo. En cuanto a las terapias, el estudio revela que el 57,1% de los tratamientos se basa en la prescripción de fármacos, seguido por la psicoterapia (47,6%) y la participación en programas sociales de apoyo (27,4%). En este último y más reducido porcentaje de tratamientos es donde se encuadra el trabajo de esta organización australiana.
Conducir contra la depresión
En Australia funciona desde hace años una organización benéfica llamada Drive Against Depression (conducir contra la depresión). Su fundador, Adam Davis, sufría depresión desde la adolescencia y solo cuando se ponía al volante encontraba momentos de felicidad y alivio en su estado. Después de ponerse en manos de profesionales médicos y psicólogos, decidió fundar esta organización benéfica, legalmente registrada en Australia. Su objetivo es que la afición por el automóvil y los eventos que organiza DAD sirvan como un primer paso para que se normalice hablar sobre la salud mental. En el caso de Adam, una combinación de medicación, ejercicio, estructura de apoyo familiar y el automóvil es lo que le ayudó a superar el día a día de la depresión. Esa combinación puede ser diferente para cada uno, pero siempre con el automóvil como uno de los componentes de esa terapia.
El objetivo de DAD es fomentar la interacción entre los que sufren estos problemas de salud mental a través del entusiasmo compartido por el automovilismo. Las “quedadas” y rutas que organizan pretenden ser un complemento a la terapia médica, ya sea con terapeutas o fármacos, y un grupo de apoyo con una afición común por el mundo del automóvil. En Australia DAD cuenta con la colaboración de pilotos locales que participan en los eventos, así como personajes conocidos de la prensa del motor y otros ámbitos del mundo del automóvil. La finalidad de la organización es colaborar con especialistas del sector médico para conectar a los miembros de esta comunidad con el servicio de salud mental adecuado.
Depresión, medicación y conducción
La DGT advierte que la depresión reduce las capacidades para conducir con seguridad debido a los propios efectos de esta dolencia, como el desinterés, baja capacidad de concentración y reacciones más lentas. Si a esto unimos los efectos secundarios de algunos fármacos antidepresivos es muy posible que algunos pacientes no se encuentran en las mejores condiciones para conducir con normalidad, sobre todo al inicio del tratamiento con esos fármacos.
Desde la Dirección General de Tráfico también se aconseja no conducir a los enfermos de depresión que no estén tratados. Dentro del proceso evolutivo, una vez identificada la dolencia e iniciado el tratamiento, tanto los síntomas de la depresión como los efectos secundarios de los medicamentos irán disminuyendo y por tanto la capacidad para conducir mejorará. Por todo ello es muy importante seguir siempre el consejo médico y si se conduce habitualmente indicarlo al profesional para que adapte esos medicamentos a las circunstancias personales de cada paciente.
