La quinta derrota de la temporada ha hecho especial mella en el seno de los Utah Jazz. La nefasta imagen mostrada ante los Minnesota Timberwolves en ambos lados de la cancha profundizó en las numerosas dudas que asaltan a los aficionados acerca de las posibilidades reales que tiene el equipo de competir. Se hablaba de la posibilidad de luchar por los playoffs, pero, de momento, el nivel de juego es más propio de un equipo que aspira a ser Top 5 en el draft.
Uno de los primeros en alzar la voz fue el entrenador Will Hardy, quien no tuvo reparo alguna en criticar con dureza a sus jugadores. En primer lugar señaló la falta de compromiso de algunos de los componentes de la plantilla y la necesidad de evitar que cada uno de ellos haga la guerra por su cuenta. No compartió nombres concretos, pero es evidente que se refería al caos ofensivo que protagonizaron los ‘guards’ de los Jazz en la segunda mitad. «Todo el mundo tiene que estar dispuesto a dar algo de sí mismo y también a renunciar a ello si es necesario para ganar», declaró Hardy durante la rueda de prensa pospartido. «Hay una gran diferencia entre querer ganar y querer ganar a tu manera.»
Por otro lado, el técnico de los Jazz incidió en la preocupante pasividad defensiva del equipo: actualmente ocupan el puesto 27º en ratio defensivo. “Tenemos demasiados momentos en los que no estamos haciendo un buen trabajo sobre la defensa en el balón», continuó Hardy. «No estamos haciendo un buen trabajo a través de nuestros defensores secundarios. La actividad ha sido bastante mediocre en general. […] La concentración debe mantenerse durante toda la posesión y durante todo el partido. Y tienen que ser los cinco jugadores que están en cancha. Si tienes a uno o dos jugadores que están desconectados mentalmente, es muy difícil jugar a la defensiva en la NBA”.
Varios componentes de la plantilla de los Jazz profundizaron en los problemas que están detectando en pista. Tanto Lauri Markkanen como Walker Kessler afirmaron que la comunicación entre los jugadores, especialmente en defensa, está siendo muy mala. A mayores, el ‘sophomore’ adelantó posibles problemas de química en pista. “Nuestra comunicación necesita mejorar. También es simplemente una cuestión de química, jugar más juntos entendiendo que hay que hablar, también en el lado defensivo”, reconoció el pívot.
Los Jazz comenzaron la temporada 2023-24 con varios desafíos en el horizonte, entre los que se encontraban el ajuste de John Collins, la adaptación de los tres novatos procedentes del draft y el establecimiento de una rotación que devolviera resultados positivos. Ahora, además, Hardy se está topando con un peligroso obstáculo, pues si esos problemas de química que cita Kessler se transfieren al vestuario pueden derivar en un mal ambiente difícil de revertir.
De momento, jugadores como Ochai Agbaji, Kris Dunn, Kelly Olynyk o el propio Kessler empiezan a diluirse en esta tendencia negativa de juego y resultados, mostrando un nivel muy por debajo del que son capaces de plasmar en pista. Y eso es algo a lo que el cuerpo técnico tiene que ponerle freno cuanto antes.
(Fotografía de portada de Alex Goodlett/Getty Images)
