Los espectadores de tenis se convierten en una multitud ruidosa y … – La Cronica del Quindio

Últimamente, oímos cada vez con más frecuencia que el ambiente en los partidos de tenis está cambiando y que este deporte tradicionalmente noble y respetuoso se está transformando poco a poco en un deporte “ruidoso”, en el que el público no se parece en nada al de antes y no se comporta ni de lejos como antes. Incluso los sitos de apuestas han cambiado, ya que ahora se pueden hacer apuestas bitcoin en las nuevas casas de apuestas. 

El tenis: un deporte de estricta etiqueta

El tenis es un deporte con una etiqueta muy estricta en todos los aspectos: desde el código de vestimenta en algunos de los torneos más importantes (como el de Wimbledon, por ejemplo, con el código “todo blanco”) hasta el “silencio resonante” cada vez que la pelota está en juego durante un partido de tenis, y desde el comportamiento estricto, conservador y preservado de los atletas cuando ganan hasta el comportamiento preservado y conservador del público que sigue en directo el desarrollo de un partido.

Parece que para los amantes del tenis, su oportunidad de ser más espontáneos, más exaltados, más extrovertidos y más libres para expresar plenamente sus emociones, es cuando están apostando al tenis en las nuevas casas de apuestas o cualquier otra parte del mundo. ¡Ahí no hay etiqueta!

Los espectadores de tenis y las multitudes están cambiando

Pero últimamente las cosas parecen cambiar. Los espectadores ya no son el público tranquilo que solían ser. Llegan a gritar, se comportan de forma “inaceptable” (al menos a ojos de quienes quieren mantener la estricta etiqueta del deporte), abuchean a los jugadores, faltan el respeto a los deportistas insultándoles y, en general, son más revoltosos. De hecho, ahora están lejos de ser silenciosos y tranquilos. Son ruidosos. 

Y al romper el silencio tradicional en la pista de tenis, se parecen cada vez más a los aficionados de otros deportes, que gritan y vitorean todos a la vez y todos juntos. Algunos temen que los espectadores de tenis se estén pareciendo cada vez más a los aficionados de fútbol, conocidos por su agresividad en el campo. Esto no resulta tan extraño ahora en el mundo del tenis, cuando vemos a las multitudes ser agresivas y groseras con los jugadores.

Lo que se ha perdido es muy probablemente el respeto por el deporte en sí mismo, y esto también podría ser el resultado del hecho de que la gente es testigo de cómo los propios jugadores se irritan fuertemente, tienen mal genio y son demasiado agresivos entre sí y con los oficiales de tenis. Cuando la etiqueta no es respetada por los propios deportistas, es difícil que los aficionados sigan las reglas. 

Otra razón es que el tenis se está volviendo más popular y generalizado que nunca, lo que significa que gana más aficionados que no siempre son respetuosos con sus reglas y comportamientos esperados. Algunos nuevos aficionados no llegan a apreciar la estricta etiqueta del tenis, por lo que ni siquiera se molestan en tener en cuenta las normas o ajustarse a ellas. 

La mayoría de los grandes nombres del tenis han experimentado ese comportamiento alborotado en la pista. Desde Taylor Fritz y Alexander Zverev hasta Stefanos Tsitsipas y Daniil Medvedev, todos los “número 1” de serie de la clasificación ATP se han enfrentado a comportamientos desagradables por parte de los espectadores. Por supuesto, algunos de ellos tienen su propio mal genio, pero el temperamento de los aficionados no es algo que estemos acostumbrados a ver.

El público ruidoso y alborotador distrae a los jugadores

Pero, al final, lo que hace una multitud ruidosa es distraer a los jugadores de su juego y, por desgracia, distorsionar el propio juego, al tiempo que disminuye la calidad del tenis como deporte.

El tenis ha sido tradicionalmente un deporte diferente. Uno que se distingue de todos los demás deportes por sus códigos de conducta nobles, elitistas, únicos y por su etiqueta clara y estricta al mismo tiempo. Si eliminamos todo esto del tenis, entonces no estamos seguros de seguir hablando del mismo deporte. 

Nadie quiere ver cómo los espectadores de tenis se convierten en aficionados que llenan los estadios de deportes como el fútbol. Nadie quiere ver cómo el tenis se transforma en un deporte de competición más, en el que el público puede hacer lo que quiera sin ningún autocontrol ni preservación y, en última instancia, sin ningún respeto. Y, desde luego, nadie quiere que el tenis siga ese camino. Pero lo que estamos viendo ahora mismo es una cultura en deterioro que acompaña a muchos partidos de tenis.