La Selección viaja hoy a Split para comenzar su camino al Eurobasket de 2025.Se enfrentrará a Croacia como primer escollo de un conjunto que defiende posición como subcampeonas de Europa, tras la plata conquistada el pasado mes de junio en Eslovenia. Allí estaba Maite Cazorla como uno de los pilares en ambos lados de la cancha del equipo de Miguel Méndez. Y ahí volverá a estar la canaria, que se ha convertido en uno de los referentes del combinado nacional.
La jugadora de Las Palmas suma ya 36 internacionalidades y apenas lleva cuatro temporadas en el baloncesto profesional. Tiempo de sobra para haber roto moldes -fue la primera española en jugar una Final Four de la NCAA y fue imagen del NBA 2K en 2020, la primera vez que se podían elegir jugadoras- y para haber protagonizado uno de los grandes movimientos del verano en el mercado estival, cuando decidió cambiar Salamanca por Praga.
“Estoy contenta de estar allá, aunque hace mucho frío”, ríe mientras atiende a Relevo en la concentración de la Selección. El clima no es muy diferente al que tenía en Salamanca o en Oregón, donde pasó cuatro años en la universidad. “Ya estoy acostumbrada, además estoy con María [Conde, que ya estaba en Praga desde hace tres temporadas] que encima es mi vecina y me ha ayudado mucho en el proceso de adaptación”.
Un recorrido que no ha sido del todo sencillo para esta trotamundos que con sólo 26 años ya sabe lo que es cambiar de equipo hasta en tres ocasiones. En la primera semana en su nueva ‘casa’ cayó lesionada y estuvo fuera del equipo “dos o tres semanas, siendo además la que acababa de llegar. Imagina. Pero ya estoy integrada”. De hecho no ha tardado en convertirse tambien en referencia ofensiva del conjunto checo, siendo la segunda anotadora del equipo en una Euroliga de la que es la quinta mejor triplista con un 47% de acierto.
Pero más allá de Praga en su horizonte siempre está la Selección. “Se echa mucho de menos y sobre todo, aparte del baloncesto, en el terreno personal. Echo de menos a las personas y tenerlas más a mi lado”. Y sobre todo en este inicio de temporada, a miles de kilómetros de casa, como cuenta la propia Cazorla antes de un partido ante Croacia que supone el pistoletazo de salida en el camino al Europeo. Aunque de reojo ya mira al Preolímpico de febrero.
“Lo importante ahora es intentar centrarse en el partido que viene. Estamos en buena posición y obviamente lo que hagamos ahora nos va a servir luego”, afirma mientras mira a su espalda, donde se encuentra Megan Gustafson, el último fichaje del equipo nacional. Una jugadora que no podrá estar en la cancha en estas Ventanas, pero que no ha querido perderse esta primera concentración. “Es un punto que venga. Por el hecho de conocernos, ver cómo funciona todo y para ir familiarizándonos un poco para que luego funcione todo”.
“Tenemos que estar preparadas para la gente opine, pero nosotras lo que tenemos que hacer es estar concentradas y esperando dar lo mejor con España”
Cazorla sabe que la llegada de Gustafson va a suponer críticas como ocurrió con la nacionalización de Lorenzo Brown. “Creo que sí. Tenemos que estar preparadas para la gente opine, pero nosotras lo que tenemos que hacer es estar concentradas y esperando dar lo mejor con España”, asegura la jugadora canaria que hace tiempo intenta diferenciar entre el buen uso de las redes sociales e ignorar las críticas.
“Intento alejarme un poco más de las redes sociales porque las envidias y los comentarios de gente que, a lo mejor, no ha jugado nunca y no tiene ni idea”
“Intento no ver mucho los comentarios ni positivos ni negativos. Me centro en mi trabajo y hacer todo el esfuerzo y un día puede salir mal, pero no pasa absolutamente nada y ahí intento alejarme un poco más de las redes sociales porque las envidias y los comentarios de gente que, a lo mejor, no ha jugado nunca y no tiene ni idea. Dar tus opiniones es fácil, pero sobre todo se tiene que tener una idea”, asegura la internacional española, que creció con una pelota entre las manos gracias a sus hermanos Carlos y Juan Pedro (ambos jugadores ACB) y con un espejo llamado Laia Palau con la que ahora comparte horas en el equipo nacional.
Con la mirada en una WNBA cada vez más complicada
Maite Cazorla no pierde de vista la WNBA. “No lo descarto. Ahora mismo es complicado, pero en un futuro puede ser”, confiesa la jugadora canaria, que, sin embargo, sabe que cada vez es más complicado jugar al otro lado del Atlántico. “Al final el tema de jugar todo un año las jugadoras necesitan no sólo descanso físico sino también mental. Tiene que gustarte, apetecerte mucho. Ir allí, jugar en verano… Y si ya era difícil, con la norma de priorización que se ha instaurado en la WNBA, ahora va a ser más complicado”.
“Al final el tema de jugar todo un año las jugadoras necesitan no sólo descanso físico sino también mental. Tiene que gustarte, apetecerte mucho”
Una competición en la que la española ya estuvo en 2019 (promedió 3 puntos y 1,6 asistencias en 31 partidos) nada más salir de la Universidad de Oregón. Un equipo con el que llegó a la Final Four y en el que compartió vestuario con una de las grandes estrellas del baloncesto como es Sabrina Ionescu. “Sigo en contacto con ella y de vez en cuando hablamos. Es una de las personas más competitivas que conozco. Además del talento, que es obvio, es esa competitividad y su forma de trabajar lo que hace que esté donde está”.
La ‘Mamba mentality’ de un Kobe Bryant que un día alucinó con Maite Cazorla e incluso la puso como ejemplo sobre cómo mover el balón. Días más tarde el malogrado escolta y la jugadora canaria se conocieron. “Tuve el placer de conocerle en persona después de un partido en USC. Estábamos calentando y fue Sabrina la que dijo, ‘¿quién es ese tío?’ refiriéndose a una persona que estaba en la grada. Era Kobe Bryant con su hija y otras dos niñas. Estábamos alucinando porque había venido a ver el partido. Luego vino al vestuario y nos dedicó unas palabras. Luego me acerqué y le dije que yo era española y nos pusimos a hablar en español. Fue un momento que no olvidaré”.
Un videojuego… y mucho camino por recorrer
El encuentro con Kobe es uno de los muchos momentos que Maite guarda en la retina en su todavía corta carrera. Otro es el día que fue elegida por 2K para prestar su imagen como una de las pocas mujeres en aparecer en el famoso videojuego de la NBA en 2019: “Fue un día muy intenso. En un día tuve que viajar a San Francisco, estuve todo el día allí y luego me tocó volver. Pero fue muy chulo, con el neopreno, con un montón de parches… pero al final se trataba de jugar. Y encima tuve la oportunidad de jugar un pelín con Breanna Stewart, Candace Parker y además estaba Amaya Valdemoro”.
Era 2019, pero aquella grabación era impensable no demasiado tiempo atrás, cuando aquel videojuego parecía coto exclusivo del baloncesto masculino. “Son los pequeños pasos de un camino que todavía es muy largo. Hombre, aparecer en un videojuego y que un niño o una niña puedan jugar con quien quiera, con el ídolo o la ídola que quiera, es un pasito más”.
Pequeñas zancadas que a veces se convierten en saltos como el que ha dado Elisa Aguilar al convertirse en la primera mujer en ser presidenta de la Federación Española de Baloncesto. “Nosotras estamos supercontentas de que esté ahí, pero aún así quedan muchas barreras por derribar al baloncesto femenino. Estamos dando pasitos, pero buscamos más igualdad”.
