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Por qué se equivoca si cree que la economía de Estados Unidos no marcha por buen camino – Telemundo


Por Christine Romans – NBC News

No importa la manera cómo se mire, la poderosa economía estadounidense navega con viento a favor. La tan pronosticada recesión de 2023 sencillamente nunca tuvo lugar. Por el contrario, la tasa de desempleo se ha mantenido por debajo del 4% durante dos años, los salarios han aumentado por fin más rápido que la inflación, y la economía se aceleró en el tercer trimestre hasta registrar un crecimiento de casi el 5%. Las inversiones bipartidistas en infraestructuras y fabricación de sistema integrados informáticos están empezando a dar sus frutos, lo que eleva las esperanzas de mejores tiempos en los próximos meses.

De hecho, en una nota a clientes publicada el miércoles, Goldman Sachs declaró que “la parte difícil ha terminado” en el caso de los esfuerzos por apuntalar la economía mundial, y predijo que la inflación seguiría disminuyendo en 2024. Los analistas del banco prevén ahora un riesgo de apenas el 15% de que Estados Unidos entre en recesión el año que viene, tras una serie de pronósticos, incluidos los de la Reserva Federal, que expresan un creciente optimismo económico.

Pero muchos estadounidenses no comparten esa opinión, y los candidatos republicanos a la presidencia en el tercer debate de las primarias del partido en Miami el miércoles, organizado por NBC News, buscarán oportunidades para reforzar ese punto de vista.

Los consumidores estadounidenses, quienes representan dos tercios de la actividad económica, sigue comprando a pesar de expresar sentimientos negativos sobre la economía en general.
Getty Images

En una encuesta de Bankrate, la mitad de los estadounidenses reportó que su situación financiera en general era peor en comparación con el día de las elecciones de 2020. Un sondeo de The New York Times/Siena College publicado esta semana encontró que 81% de los votantes evaluaban la economía de “ok” o “pobre”, con sólo 19% que la consideró “buena” o “excelente”.

Pero a pesar del amplio pesimismo, los consumidores, que representan dos tercios de la actividad económica, continúan gastando.

“Puede que las personas se sientan mal, pero siguen comprando en grandes cantidades”, dijo Nela Richardson, jefa economista de la firma de nóminas empresariales ADP. “Están gastando como si se estiuvieran optimistas, aún cuando están diciendo que se sienten pesimistas”.

La posible explicación es una mezcla de dos guerras, divisiones políticas internas, una reciente pandemia y las presiones impuestas por los precios, que han bajado dramáticamente pero no se revierten.

“Es una palabra: inflación“, dijo Mark Hamrick analista económico sénior en Bankrate. Desde su punto de vista, el costo de la inflación durante el pasado año y medio más que explica las dificultades en el mercado laboral y las billeteras de los estadounidenses.

“La inflación está bajando, pero los precios no se están reduciendo, que son la fuente de irritación” para muchos, dijo Hamrick. Y, por supuesto, la enorme desigualdad económica en el país hace que las cifras globales de gasto de los consumidores oculten grandes disparidades en las finanzas de los hogares. “No existe un ‘consumidor’ monolítico”, señaló Hamrick.

La inflación ha aflojado desde el doloroso 9.1% a mitad del pasado año a 3.7% en septiembre. Pero mientras los economistas y los funcionarios de la Fed han celebrado esa tendencia, los estadounidenses de a pie recuerdan con claridad un pasado no muy lejano cuando las cosas eran mucho más baratas.

Por ejemplo, el precio promedio de un galón de leche en noviembre de 2019 fue de 3.19 dólares a 4.40 dólares en mayo de 2022, antes de regresar a 3.97 dólares este otoño.

“Estamos en una economía donde los precios han dado un gran salto hacia arriba”, explicó Richardson. A eso se le adicionan los intereses más altos en décadas y el hecho de que conseguir préstamos es más caro también, lo que se traduce en hipotecas e intereses de tarjetas de créditos más altos.

A un año de las elecciones de 2024, queda la interrogante sobre si el malestar sobre la situación económica estadounidense se expresará en la economía o en las urnas. Ambos partidos han estado apostando con fuerza de que será un tema importante.

El presidente, Joe Biden, ha estado haciendo sonar los tambores al promover su nueva inversión de 5,000 millones de dólares destinada a fortalecer las economías de zonas rurales, con la esperanza de que le brindará el apoyo de los votantes, como también a sus colegas de partido, para otros proyectos a lo largo del país. Mientras tanto, los republicanos han vinculado las frustraciones de los votantes por los altos precios con la denominada “Bidenomics” (economía de Biden). el término que la Casa Blanca ha usado para tratar, con cierto éxito, de englobar sus políticas económicas.

Por supuesto, los presidentes con frecuencia reciben demasiado crédito y culpa por el estado de la economía, y los encuestadores afirman que los votantes tienden a a culpar al líder por una economía en declive más que darle crédito por una boyante.

Pero si los resultados del martes sirven de indicación, no hay garantías de que en las elecciones del próximo año van a depender de la economía. En varias batallas electorales, aunque las que tienen lugar en años en que no hay elecciones presidenciales suelen atraer a otro tipo de votantes, otros temas dominaron la agenda.

El acceso al aborto en particular ha continuado impulsado a los demócratas hacia la victoria a nivel de estado y local, después de que la Corte Suprema revirtió Roe vs Wade el pasado año. En muchos casos, los votantes conservadores que se oponen vehementemente a Biden, incluyendo la manera en que ha lidiado con la economía, cruzaron las líneas partidistas para respaldar la expansión de los derechos reproductivos.

Si las predicciones equivocadas de los últimos 12 meses sirven para ilustrar algo, es que mucho puede cambiar en un año en las vidas financieras de los estadounidenses y en la manera en que se sienten sobre la situación económica.

Al comentar sobre la disonancia entre los datos económicos fundamentales y la visión de los consumidores, Richardson fue cautelosa.

“Cuando es sentimiento se empieza a traducir en comportamiento”, dijo, “ahí es cuando tenemos que empezar a prestar atención”.



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Marc Valldeperez

Soy el administrador de marcahora.xyz y también un redactor deportivo. Apasionado por el deporte y su historia. Fanático de todas las disciplinas, especialmente el fútbol, el boxeo y las MMA. Encargado de escribir previas de muchos deportes, como boxeo, fútbol, NBA, deportes de motor y otros.

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