Rugby

Gradas destruidas, pistas llenas y setas en los vestuarios: el deterioro se ceba con el campo de rugby de Barcelona – El Periódico


El campo municipal de la Teixonera es el hogar del rugby en Barcelona. El centro deportivo, propiedad del Ayuntamiento, es el único en la ciudad que cumple con las dimensiones reglamentarias para competir en división de honor, explican los entendidos. Allí entrenan los primeros equipos y las canteras del Barça y el Químic, aunque miembros del personal técnico de ambos clubes y de las familias de los jugadores coinciden en que afrontan unos desperfectos indignos en unas instalaciones cada vez más atestadas. Calculan que llegan a concentrarse medio millar de deportistas al mismo tiempo, de numerosos equipos de diferentes categorías de rugby, fútbol, fútbol americano y ‘lacrosse’, obligados a dividir el terreno de juego en pequeñas parcelas para ejercitarse. 

David es padre de dos chavales que juegan en las categorías juveniles del Barça. Ve de cerca un deterioro que describe creciente. “Llegan a entrenar tres equipos de rugby a la vez en medio campo y otros tres equipos de fútbol en la otra mitad. Es injugable. La sobreutilización deteriora la hierba y de las instalaciones en sí. Provoca una degradación brutal de los espacios”, dice. 

Basta una visita al campo para comprobarlo. Las dos graderías del estadio están agujereadas, repletas de boquetes y sillas rotas, a riesgo de que cualquiera se lastime. Hay una cinta de precinto tirada por el suelo y un cartel donde se lee que se prohíbe tomar asiento, aunque alguno sigue atreviéndose a ocupar sitio. 

“La cerraron hace un par de semanas, pero nosotros venimos desde hace tres años a la Teixonera y la grada siempre ha estado así. Hay que ver los partidos de pie y sin ningún sitio donde protegerse del sol. Y no es accesible para personas en silla de ruedas”, enumeran Aida Sánchez-Pascuala y Guillermo García, con dos hijos en los equipos júnior del Químic. Detallan los inconvenientes sin paliativos: “Las instalaciones están dañadas ‘in aeternum’, pero la sobreocupación comenzó el año pasado y ha ido a más. El campo llega a dividirse para que entrenen seis categorías a la vez. Cuadrar los horarios para los partidos del fin de semana es todo un espectáculo. Nuestros hijos tienen ahora menos campo y menos horas para entrenar, pero las cuotas de las familias para pagar el equipamiento han subido 10 euros”.

Duchas lamentables

Tras las gradas reventadas y alrededor del campo, la mala hierba crece frondosa. “Tenemos avispas y ratas”, atestigua Ainara Navarro, con una hija en el equipo sub-14 del Químic. Capítulo aparte merecen los vestuarios: del mismo modo que otros jóvenes, la hija de Ainara prefiere no pisar las duchas del centro deportivo y asearse al llegar a casa. “No está en condiciones. Cuando invitas a otro equipo, quedamos fatal”, siente la madre.

“Me da cosa que mis hijos se duchen allí. Les digo que casi más bien que lo hagan en casa”, coincide David. Algunos padres muestran una foto, captada en uno de los módulos prefabricados que hacen las veces de cambiador: se ven unas setas asomando entre las rendijas de las baldosas, síntoma de la posible presencia de hongos. “El suelo se va degradando y pudriendo”, observa el padre, que cuenta que hay equipos visitantes que optan por volver al hotel para lavarse. “También hay unos lavabos cerrados y podridos. Apestan. Y solo hay dos para toda la instalación, que también dan asco”, protesta.

Pau Garrido entrena a muchachos del Químic y, a su vez, tiene a un hijo adolescente en una de las plantillas del club. “Es horrible, son vestuarios de chapa, un horno cuando pega el sol. Con la sobrexplotación, aún están hechos más polvo. Y las condiciones higiénicas son las de una instalación dejada. Intentamos poner unas normas higiénicas pero, en esta situación, no podemos apretar”, admite. 

El técnico advierte de los perjuicios que conlleva no ensayar los partidos en una pista entera que, por añadidura, está minada con algún que otro hoyo. “Acabamos de empezar la temporada y ya tenemos a tres chicos y chicas lesionados -lamenta-. Llevo la categoría en que empiezan a jugar en campo entero y les queda grande. Es imposible meterles conceptos de posicionamiento y de aprovechamiento del espacio en la cabeza cuando tenemos que compartir medio campo para entrenar todas las categorías al mismo tiempo. Vamos cada vez a peor y provoca impotencia y caos, que acaba repercutiendo en los chicos”.

Requerimiento del distrito

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El Ayuntamiento ha abordado el pésimo estado de la Teixonera este martes. ERC y Junts han preguntado al respecto. La propuesta de los republicanos para elaborar un plan de choque para resolver deficiencias -el partido cita 13 equipamientos deportivos donde aprecia desperfectos– y buscar vías de financiación se ha aprobado. El gobierno en minoría del PSC también ha votado a favor.

El concejal de Deportes, David Escudé, ha admitido “las anomalías más que evidentes” en la Teixonera. El edil ha asegurado que el distrito de Horta-Guinardó ha efectuado dos inspecciones y se han requerido arreglos en el equipamiento, en que la gestión está cedida a una concesionaria. La concejal de ERC Elisenda Alamany opina que el gobierno local desdeña el cuidado de las instalaciones para el deporte de base. “Tiene la prioridad en los grandes eventos internacionales, pero el funcionamiento básico no se está protegiendo”, reprocha.



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Julieta Elena

Tiene más de 5 años de experiencia en la redacción de noticias deportivas en línea, incluyendo más de cuatro años como periodista digital especializado en fútbol. Proporciona contenido principalmente relacionado con el fútbol, como avances de partidos y noticias diarias. Forma parte de marcahora.xyz desde abril de 2023.

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