Los Leones Anáhuac anotan en la última jugada para eliminar dramáticamente a Águilas Blancas en los cuartos de final de la Liga Mayor de la ONEFA
Un acarreo de dos yardas de Iram Ayala (jersey #9) cuando terminaba el tiempo de juego culminó una ofensiva de 75 yardas que permitió a los Leones Anáhuac vencer 25-24 a las Águilas Blancas y así eliminarlas en los cuartos de final de la Liga Mayor de ONEFA.
“Simplemente confié en mis piernas”, dijo Ayala, quarterback de los Leones y el inesperado héroe de una historia que le permite acceder a las semifinales de la Conferencia de los 14 Grandes en la que la semana que entra enfrentarán a los Auténticos Tigres, que el viernes eliminaron a Pumas Acatlán.
La euforia, casi hasta las lágrimas de Ayala, acompañada de los eufóricos gritos de sus compañeros, contrastaban con el silencio de la porra de las Águilas Blancas, la cual había abarrotado las tribunas del Casillero de Santo Tomás.
Fue un desenlace de película para Leones, pero también una de las derrotas más dolorosas para las Blancas, que con menos de dos minutos habían dado vuelta al marcador 24-18.
Quizás ya sintiéndose vencedores, los defensivos guindas y blancos jamás ajustaron lo suficiente para detener a Ayala, quien combinó pases cortos y carreras propias para marchar prácticamente todo el campo, pese a los ensordecedores gritos de la porra enemiga.
Con cuatro segundos, Leones se apostó en la yarda tres de las Águilas Blancas.
“Llamé la jugada y noté que los linebackers estaban muy abiertos, entonces hice una rápida lectura de mis receptores, pero enseguida decidí correr y confíe en mis piernas”, comentó Ayala, quien está apenas en su primera temporada de Liga Mayor y jugó para las Águilas Blancas en la categoría intermedia, lo que le da a su triunfo también el toque de una dulce venganza.
Consumado el touchdown, bastó el punto extra, conectado por el pateador Carlos Jaime (#11), para sentenciar el resultado.
“Cabrón, muy pocos logran que tú hiciste”, le reconoció Miguel Patiño (#4) a Ayala al final del partido, mientras le daba un abrazo en medio del campo.
Patiño, quarterback de Águilas Blancas, se quedó corto al igual que su equipo de meterse entre los mejores cuatro pese a una gran temporada regular.
El apodado “Mike” tuvo un pase de anotación y se escapó 26 yardas por carrera para uno más, pero no bastó para compensar un mal arranque, en el que sufrió una intercepción y en el que sus rivales tomaron ventaja de 18-3 cuando arrancaba el tercer cuarto.
Entonces vino la reacción de los locales, que incluyó la espiral a las diagonales de Patiño, conectada con Bruno Yañez (#22) y luego una escapada de José Ángel “Místico” Gutiérrez (#1) de 15, que provocó un enorme huelum y hasta el festejo de la campeona mundial de flag football, Diana Flores, presente a un costado del campo.
Luego vendrían los instantes de inspiración de Ayala, la nula capacidad de respuesta de la defensiva del coach Enrique Zarate y el resultado más sorpresivo de los cuartos de final.
Cuando los jugadores de Leones recogían su utilería y se marchaban jubilosos, una leve brisa corrió por el emparrillado de las Águilas Blancas.
Era, quizás, la suma de las nostalgias de los jugadores, los coaches y los aficionados politécnicos que ya tienen 31 años sin ver campeón al equipo.
