El cambio es la Unidad Nacional: el desafío de una nueva generación política – El Economista

“El 10 de diciembre se termina la grieta“. As, con claridad y contundencia, Sergio Massa aprovech la campaa electoral para proponer cerrar un ciclo histrico y abrir una nueva etapa poltica a partir del cambio de gobierno.

Enfrente, Milei propone exactamente lo contrario: profundizar el camino del antagonismo, identificando a los adversarios polticos como enemigos y sugiriendo lisa y llanamente su eliminacin. Toda una novedad trgica a 40 aos de recuperada la democracia en nuestro pas. De ese calibre es la encrucijada que se nos presenta el prximo 19 de noviembre: unidad y democracia o ms grieta y autoritarismo.

En la convocatoria a la unidad nacional sobre la que insiste Massa, hay varias novedades.

Porque adems de la muy necesaria reivindicacin de la institucionalidad democrtica, ese planteo deja entrever tambin una profunda autocritica y el reconocimiento de que una sola fuerza poltica es incapaz de resolver en soledad la dimensin de los problemas que tenemos en nuestro pas. La unidad es, en este sentido, una convocatoria a incorporar diversas miradas, identidades y procedencias en la definicin de una nueva agenda que de una vez por todas aproveche las oportunidades que nuestro pas tiene en el actual contexto global.

Argentina tiene todo lo que el mundo va a demandar en las prximas dcadas: energa, minerales, alimentos, turismo de naturaleza y conocimiento, entre otros activos. Pero hace falta destrabar la poltica para que esas potencialidades se conviertan en realidad y en mejor calidad de vida para nuestra sociedad.

De hecho, hace ms de 10 aos Argentina est atrapada en una dinmica poltica y social de antagonismos y bloqueos cruzados que impiden resolver los desafos pendientes y encarar las enormes oportunidades que tenemos por delante.

Slo una profunda renovacin en la dirigencia poltica y en sus prcticas, que desarmen la lgica en la que nos meti la grieta, van a permitir que caminemos hacia un sendero que haga convivir el pluralismo poltico y el desarrollo.

Es evidente que una nueva generacin poltica tiene que asumir la tarea de construir una agenda de desarrollo para el Siglo XXI que identifique y libere los cuellos de botella y promueva las reformas necesarias para poner a funcionar una nueva matriz de acumulacin y generacin de riqueza. Ninguno de nuestros problemas se puede solucionar si no garantizamos que la economa crezca de forma sostenida por varias dcadas. Y en esa materia, el fracaso argentino es imposible de negar y ocultar.

A ese modelo de expansin continua de nuestras fronteras productivas se le debe acoplar una discusin igualmente crtica: cmo avanzamos hacia un nuevo tipo de Estado de Bienestar que asegure la dignidad y la igualdad de oportunidades, y que a su vez sea compatible y consistente con los profundos cambios estructurales del mundo contemporneo.

Contra la pretensin nostlgica de reeditar la poca de oro del capitalismo de posguerra, una nueva generacin poltica tiene que asumir el desafo pedaggico de explicar que no se pueden reproducir aquellas condiciones materiales y, por tanto, tampoco aquel Estado del Siglo XX.

La velocidad y la escala del cambio tecnolgico y productivo presentan desafos polticos de primer orden: cul es y cmo organizamos una nueva sinergia entre Estado y mercado; cmo aseguramos la des-mercantilizacin de aquellas esferas de la vida social que hacen a la dignidad humana; cmo hacemos para financiar el acceso a la vivienda, a la educacin y salud pblicas, el derecho a la proteccin social, al cuidado, al ocio, a un ambiente sano, a la seguridad, etc.

Es evidente que este tiempo requiere una enorme dosis de creatividad para imaginar una nueva institucionalidad pblica. El Estado que tenemos hay que reformarlo. A la defensa del Estado presente, se lo debe sustanciar con el compromiso de un Estado eficiente, moderno, dinmico, inteligente y austero.

Nuevas burocracias y nuevas capacidades estatales para generar y potenciar mercados, y una nueva fiscalidad que nos permitan la apropiacin pblica de los nuevos excedentes, condicin indispensable para luego asegurar una redistribucin equitativa de ese salto fenomenal de la productividad que se avecina con el desarrollo vertiginoso de la innovacin aplicado a los diversos sectores productivos.

La definicin de ese horizonte y la construccin de ese programa de desarrollo y bienestar son las tareas de una nueva generacin poltica. Una camada de dirigentes que deber asumir la necesidad de construir una pica del pragmatismo para anteponerla al confort inocuo de las peleas simblicas.

El desafo es tan maysculo como decisiva es la decisin que tomemos el prximo 19 de noviembre.

Si elegimos el camino del antagonismo y el autoritarismo que propone Milei, adems de violencia, ms estancamiento y decadencia, habremos perdido la oportunidad de honrar el aniversario de nuestra democracia. Si, en cambio, en la encrucijada tomamos la opcin de construir en unidad, convocando y celebrando la diversidad, se nos abre la posibilidad de garantizarle a nuestro pueblo el futuro que se merece.