Álvaro Aceves (Valladolid, 20 años) es una rara avis en el mundo del fútbol y en la expedición de la Selección española Sub-21, que afronta dos partidos claves en este parón (contra Hungría y Bélgica) por la clasificación al Europeo 2025. Rodeado de estrellas que valen millones, el portero mantiene los pies en el suelo: sacó un asombroso 13,19 sobre 14 en la selectividad, prácticamente la máxima nota… y compagina su crecimiento en el Eldense, donde milita en calidad de cedido por el Real Valladolid, con el tercer curso del grado en Administración y Dirección de Empresas.
“Sé que no es lo más común entre los jugadores, pero merece la pena y tengo claro que debo hacerlo. Es una manera de conocer y estudiar escenarios que te puede deparar la vida real: gestionar mejor tu patrimonio, tener conocimientos fiscales, estar preparado para llevar la parte financiera de tu carrera por ti mismo… Me puede venir bien”, detalla a Relevo el prometedor guardameta, que debutó con La Rojita en un amistoso contra Uzbekistán en el pasado parón.
Santi Denia le tiene como un fijo entre su trío de guardametas y la temporada pasada ya debutó en Primera en un partido ante el Real Betis en el Villamarín, pero ni los focos de la élite le deslumbran y le alejan del camino. Sus objetivos son, desde luego, distintos al de la mayoría de jóvenes que se encuentran en su situación. “Intento que no trastoque demasiado mi vida profesional, pero es un plan B que siempre tiene que estar ahí”. Lo más asfixiante de su rutina, cuenta, ya ha pasado. “El Bachillerato lo hice en horario nocturno con gente mayor. Salía de casa a primera hora, me iba a entrenar a Zorrilla, comía corriendo y entraba a clase a las 16:00. Mis padres venían a recogerme y me subía a casa para estudiar”.
Ni en los desplazamientos con el primer equipo del Pucela, en el que compitió con Jordi Masip y Sergio Asenjo el curso pasado, abandonaba los libros. “Me tocó hacer algún esfuerzo, sí (risas). Solía llevarme llevar los apuntes o el ordenador para avanzar trabajo en esas horas muertas de viaje. Me daba mucho”.
Sus compañeros de vestuario le veían como “un ejemplo”. Mientras tanto, en lo puramente deportivo, Aceves trata de ganarse ahora un hueco en el Eldense después de un verano “complicado” y “convulso”. El director deportivo Fran Sánchez contaba con él para competir con Masip en la portería del Valladolid… y su despido a mediados de agosto lo dinamitó todo. “No te voy a engañar: me gustaría haber estado este año allí, pero por circunstancias no ha sido posible. Son decisiones que no dependían de mí y había que aceptarlas. El club trajo a otro portero, John, y tuve que salir en busca de un sitio donde tuviese más opciones reales de competir”.
Ese lugar fue el Eldense, al que se incorporó sobre la bocina (el 1 de septiembre, último día de mercado) después de que se rompiese un acuerdo prácticamente cerrado con el Amorebieta. Su llegada tardía, y la fuerte competencia con Guille Vallejo (28 años, protagonista en el ascenso a Segunda) y Andoni Zubiaurre (26, titular en las últimas jornadas), le cierran las puertas del once en Liga. “Tenemos una rivalidad muy sana, con buena relación. Todos queremos lo mismo, pero nos ayudamos a crecer en el día a día. El míster y el entrenador de porteros me cuidan”. Su debut oficial con el conjunto alicantino se produjo el pasado 1 de noviembre, en la victoria en Copa ante el Real Jaén (2-3).
El nuevo ciclo de la Sub-21 y el amor por Valladolid
Hasta ahora, Denia ha contado con Aceves en sus tres convocatorias. De hecho, el seleccionador parece tener bastante claro cuáles son sus guardametas: Pablo Cuñat (Amorebieta) se ha hecho fuerte… y Aceves e Iturbe (Atlético B) pelean con él por un puesto. La nueva Sub-21 ha ganado los tres partidos que ha jugado en esta fase de clasificación. “Tenemos una gran Selección, tanto a nivel futbolístico como personal. La mayoría están jugando en las mejores ligas, el nivel es altísimo y hemos hecho un grupo brutal. Tenemos mimbres para lograr cosas grandes”.
Entre todos los cracks de La Rojita, al vallisoletano le ha sorprendido uno: “Fermín. Me impactó mucho en octubre. Cuando llegas aquí te das cuenta de que las cosas pasan a otra velocidad”. Él jamás olvidará su primera llamada (“estaba en un bar con mi padre y con mi agente y salté de la silla; fue un momento superbonito”) y aprovecha cada momento con la ilusión de un niño: “Nunca me había imaginado esto como una posibilidad real. Era un sueño, algo que idealizas y que ves lejos“.
Al término de este parón, con encuentros contra Hungría en Huelva (viernes, 21:00) y Bélgica en Lovaina (martes, 20:00), Aceves volverá a los libros… con otras dos metas en la cabeza: ganarse un puesto en el Eldense y regresar para triunfar al equipo de su corazón. “Estoy centrado al cien por cien en Elda, pero mi ilusión, a medio plazo, es ponerme debajo de la portería del José Zorrilla. Sería lo más bonito que me podría llegar a ocurrir. Es mi club, al que yo quiero y del que he sido desde pequeñito. Sigo al Valladolid, estoy pendiente, celebro los goles como un aficionado más… Nada me haría más feliz que verles subir a donde deben estar y regresar en Primera”.
Para eso sabe qué debe pasar, aunque no le concierna sólo a él. “Lo que mejor me vendría es la competición, los partidos, coger ese ritmo. Ahí es donde se produce el desarrollo de verdad, y más para porteros jóvenes. A Elda llegué un 14 o 15 de septiembre. A partir de ese momento empezó un proceso que hace que los plazos sean un poco más lentos: tienes que ganarte la confianza del técnico, demostrar que estás para ser titular… y hay otros dos porteros que ya habían estado trabajando desde el inicio de la pretemporada. Eso hace que haya que respetar unos plazos y tener un poco más de paciencia. Trabajaré para que el míster vea que estoy ahí y que soy una opción y, a partir de ahí, él decidirá”.
Con el cariño de todos y el refuerzo de la Selección, Aceves seguirá su rumbo, distinto al del resto de futbolistas y que no deja de merecer felicitaciones. “Ronaldo tuvo palabras muy bonitas hacia mí después del debut en Primera y no me olvidaré nunca del cariño de Pacheta, pero el mensaje que llevo grabado es el de mis padres. Son los que me han apoyado desde el principio, cuando las cosas no eran tan bonitas, y verles orgullosos de mí hace que todo merezca la pena“.
