El alevín del Barça que se fue a estudiar a Inglaterra, fichó por un … – Relevo
Cuando sus padres le propusieron irse a estudiar a Inglaterra, Carlos Heredia (Barcelona, 1998) lo vio con buenos ojos: había terminado el colegio, cursaba un grado de Sports Management a distancia y era una gran oportunidad para compaginarlo con el fútbol. O al menos para intentarlo, porque nunca creyó que estuviera cerca de conseguirlo. Llevaba un tiempo jugando en el Europa, un club catalán, y cuando era más pequeño formó parte de la cantera del Barcelona, en categoría alevín. No era fuerte, tampoco era alto. Su físico no iba a encontrar fácil acomodo en el fútbol inglés.
Pero consiguió una prueba en el MK Dons, en League One, y se quedó un año con el equipo juvenil. Después, otra en el Wolverhampton. Estuvo dos semanas entrenando con el filial… y le quisieron fichar. Contrato de dos años. Here we go!
“Joe, acabo de firmar un contrato profesional con un equipo de la Premier League‘, pensé en ese momento’. Esto está muy bien. Ahí es cuando pensé que podía llegar a ser futbolista profesional“, explica Carlos Heredia a Relevo.
“Joe, acabo de firmar un contrato profesional con un equipo de la Premier League. Ahí pensé que podía llegar a ser futbolista profesional”
Futbolista de Cibao
Le hubiera “gustado hacer periodismo o cualquier cosa vinculada al fútbol“, dice. Pues toma: a Carlos Heredia lo que se le presentó fue la oportunidad de ser futbolista. Tal cual. Sin haberlo planeado demasiado. Vistió la camiseta de los Wolves durante dos años, se independizó junto a varios compañeros, logró un ascenso a la primera división de filiales y compartió vestuario con jugadores que han saltado al estrellato como Pedro Gonçalves (Sporting CP) o Max Kilman (Wolverhampton). A veces, incluso, subía a entrenar con el equipo dirigido por Nuno Espírito Santo.
Al acabar su contrato, decidió firmar cuatro años con el Miedz Legnica, de Polonia, “tras el verano más complicado de mi vida”. Su primera experiencia en un primer equipo que se tambaleó por la pandemia por el coronavirus -aprovechó esos meses de encierro para finalizar su grado en Sports Management-, por varias lesiones y por tres cambios de entrenador en apenas un año y medio en el país.
Aunque a nivel de clubes no encontraba la regularidad que buscaba, algo ya había cambiado su carrera de forma radical. Lo hizo unos años antes…
La llamada dominicana… ¡Y boom!
“Saliendo de un entrenamiento con el Wolverhampton, el seleccionador de República Dominicana me llamó“, recuerda Heredia desde su casa. Y dice: “Paré el coche al lado de la carretera para atender bien la llamada. Me explicó la idea de que querían meter jugadores euro-dominicanos que estuvieran por Europa [jugadores con nacionalidad europea pero con antepasados dominicanos]. Yo sabía que era casi imposible jugar con España, así que representar al país de mi padre y mi abuelo me hacía mucha ilusión. Mi abuelo nació en Santo Domingo y yo he pasado mucho tiempo en su casa. Ahí es donde adquirí muchos vínculos dominicanos: desde ver béisbol a preparar comidas del país hasta el acento con el que habla“, explica.
Heredia era futbolista del filial del Wolves cuando le convocó la selección absoluta dominicana. Tenía 19 años por aquel entonces. Poco más tarde, cuando en el Miedz Legnica no salieron bien las cosas, con apenas 22, tomó un camino que pocos eligen: fue a jugar a la liga de República Dominicana y fichó por Delfines del Este.
“Hubo un pequeño boom cuando rescindí en Polonia porque justo me dieron el 10 de la selección: wow, el 10, euro-dominicano, criado en Barcelona, de los Wolves… ¡Y viene a República Dominicana! Los medios se hicieron eco. No era una celebridad pero me pedían fotos en el centro comercial, me llamaban los periodistas para preguntarme a pesar de que no tenían ni idea de fútbol. Tuve mi par de meses de famita“.
Así que Carlos Heredia aterrizó en República Dominicana como un fichaje estratégico: el 10 de la selección iba a jugar en la liga de su país cuando lo normal es que los futbolistas dominicanos salgan al extranjero a buscar oportunidades. “Quería ir a un sitio donde me fueran a dar cariño, donde fuera a jugar mucho… ¿Qué mejor sitio que República Dominicana? Ya sabía que una vez sales de Europa, volver es muy complicado, pero en ese momento era lo que más sentido tenía”.
Su experiencia en Delfines del Este sólo duró unos meses porque poco después fichó por Cibao FC, el equipo con más títulos del país… y el ganador de las últimas tres ligas, dos con Carlos Heredia en la plantilla. “El problema de la liga es que es muy joven, apenas lleva nueve años. Hay 10 equipos. Hay clubes serios como el mío, que pagan al momento. Pero otros no están profesionalizados: cómo tratan a los técnicos y jugadores, los terrenos de juego no están en buenas condiciones, faltan los pagos… Todos los partidos se dan por YouTube y un par de encuentros se emiten por televisión. Yo tengo un sueldo que me da muy bien para vivir aquí. El que más puede cobrar de la liga está en unos 3.500 dólares mensuales (unos 3.200 euros). Es un país de poca tradición futbolística, los sueldos son muy bajos: el salario medio del país son unos 400 euros mensuales. Vives con muy poco”, explica.
“El que más cobra de la liga está en unos 3.200 euros mensuales, aquí vives con muy poco”
Futbolista del Cibao
El crecimiento del fútbol dominicano
En un deporte que está por detrás del béisbol, del baloncesto, “y del voleibol femenino, ojo, que son campeonas del mundo”, el crecimiento del fútbol en su sociedad es evidente. Hasta tienen un equipo en la Kings League América: lo gestionarán ‘Los Futbolitos’, Angelo Valdes y Vincent Pérez, junto a Alofoke. “¡Pero ellos no son de Cibao, animan a Pantoja!”, bromea Heredia sobre la fama que tienen.
El actual seleccionador absoluto, Marcelo Neveleff, debutó hace poco: “Fue en marzo y yo fui el que marcó el primer gol de su primer partido”, recuerda Heredia, sin convocar en la última lista por una lesión. Con una buena hornada de jóvenes, la selección Sub-20 logró la clasificación para los próximos Juegos Olímpicos. Futbolistas como Edison Azcona (Inter Miami) o Edarlyn Reyes (primer dominicano en marcar en la Copa Libertadores) ilusionan el futuro, aunque República Dominicana sigue intentando atraer a los ‘europeos’: Mariano Díaz, Junior Firpo, Raúl de Tomás… No se descarta que alguno se incorpore en los próximos meses, sobre todo de cara a la cita olímpica, el gran reto de la selección. ¿Y si Carlos Heredia, después de todo esto, acaba en unos Juegos Olímpicos? “¡Lo intentaremos!“.
