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La bonita historia tras el nuevo récord del deporte femenino: más de … – Relevo



La imagen impresiona. Y no es para menos. Una vista aérea del Kinnick Stadium de Iowa City en la que se ve las gradas a reventar de aficionados. Normalmente los asientos están llenos de hinchas de los Buckeyes de fútbol americano, uno de los equipos con más tradición en Estados Unidos. Pero no en esta ocasión.

Esta vez los asistentes iban a presenciar un encuentro de pretemporada de baloncesto entre los equipos de Iowa y DePaul. Un choque que ya es historia por ser el partido de baloncesto femenino con más asistencia de la historia con 55.646 espectadores en la grada vibrando con cada canasta de Caitlyn Clark y sus compañeras. Una cifra que vuelve a demostrar que el deporte femenino interesa y cada vez más.

“Para todas las niñas que están en las gradas, esto va a ser algo normal”. Una frase, pronunciada por la comentarista del partido Christy Winters-Scott, que resume el momento de auge que vive el deporte femenino en general y el baloncesto en particular. Sólo hay que fijarse en otro dato que lo refrenda como son los 17.143 que a esa misma hora poblaban las gradas del Barclays Center de Brooklyn y que establecían un nuevo récord de asistencia a un partido de la WNBA.

Aún así lejos de las más de 55.000 personas que se dieron cita en Iowa en un partido en el que el resultado (92-74 para las Buckeyes) fue lo de menos. Lo importante era vivir un partido que se terminó convirtiendo en historia del deporte. “Es muy difícil pensar en jugar un partido de baloncesto femenino ante 55.000 personas. Es algo increíble”, afirmó la estrella de Iowa Caitlin Clark, que terminó el choque con un triple doble: 34 puntos, 11 rebotes y 10 asistencias.

Una idea tras una derrota

“Ha sido un sueño. Más de 55.000 personas, un nuevo récord, la posibilidad de jugar al aire libre… Todos vosotros habéis sido parte de la historia”, aseguró Lisa Budle, entrenadora de lowa, que la pasada temporada perdió la final de la NCAA ante Louisiana State tras alcanzar el partido por el título por primera vez en toda su trayectoria.

Fue en ese momento cuando se le ocurrió la idea de jugar un partido en el Kinnick Stadium. A pesar de la derrota más de 9.000 personas acudieron a recibir al equipo al campus de la Universidad de Iowa State. Bluder pensó que con ese cariño, la posibilidad de jugar un partido en un campo de fútbol, al aire libre, era factible. “El baloncesto femenino tiene una gran tradición aquí. Pero tú puedes tener una idea y que salga mal si nadie hubiera aparecido. Pero los aficionados han respondido y ha sido sencillamente fabuloso”.

El saludo más viral

Los más de 55.000 espectadores que poblaron la grada también cumplieron con la tradición que supone jugar en el Kinnick Stadium. Cada partido de la temporada, los jugadores del equipo masculino de fútbol americano se vuelven hacia uno de los laterales y comienzan a saludar a los niños del Hospital Infantil de la Universidad de Iowa, que se asoman a las ventanas para responder y disfrutar del fútbol.

En este caso fue del baloncesto y de un hecho histórico del que ellos también fueron partícipes. En el descanso del partido las jugadoras de las Buckeyes salieron a la cancha con un cheque por valor de 250.000 dólares. Era la recaudación del encuentro que iba a parar íntegra al hospital infantil. Un récord para el deporte femenino que, además, encerraba una bonita historia detrás.

Guillermo García

Apasionado
del
baloncesto
desde
niño,
Guillermo
García
ha
conseguido
hacer
del
deporte
de
la
canasta
su
profesión.
Licenciado
en
Humanidades
por
la
Universidad
Carlos
III
y
con
un
Master
en



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Rohit Palit

Periodista deportivo y graduado en Ciencias de la Comunicación de Madrid. Cinco años de experiencia cubriendo fútbol tanto a nivel internacional como local. Más de tres años escribiendo sobre la NFL. Escritor en marcahora.xyz desde 2023.

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