“El presidente de la Federación Española de Kickboxing y Muaythai (Jesús Eguía) me dijo una definición que me encantó: “Supermami ganó a Supergirl””, apunta con una amplia sonrisa Cristina Morales a Relevo al recordar su triunfo de inicios de mes en el estadio Lumpinee de Tailandia. La andaluza, de 30 años, es una de las mejores kickboxers que ha habido en España. Pese a su juventud, acumula cinco campeonatos mundiales y es actual luchadora de One Championship, empresa que quiere liderar la disciplina y que es una de las referentes (principal en Asia) en MMA.
Su currículum da vértigo… y no es lo único. Morales compagina el deporte de alto nivel con la gestión del gimnasio que tiene con su marido, dos niños pequeños y un máster en psicología deportiva que está cursando tras acabar la carrera de psicología. Su vida es un gran rompecabezas y fue una de las protagonistas del documental “Mujer: 4 historias de ring y vida” que la Federación ideó para contar la realidad del deporte femenino en sus deportes (está disponible en Amazon Prime).
La complejidad de su día a día hace que Morales relativice todo, incluso una de las mayores victorias de su carrera. “Ganar o perder no me hace mejor ni peor. Al día siguiente todo seguirá igual. Esa premisa me sirve para mantener los pies en el suelo día a día”, afirma. La andaluza no quiere perder el foco, pero rápidamente ha notado un gran auge desde que acabó con Anna Jaroonsak, conocida como Supergirl, en el primer asalto.
La victoria le ha dado gran fama internacional en Asia porque su oponente es una auténtica estrella en Tailandia que cuenta con más de medio millón de seguidores en Instagram. “No ha parado de seguirme gente desde ese día“, admite entre risas la española. Fuera del detalle, el triunfo la consagra dentro de la empresa. Su debut en One Championship fue en septiembre de 2021. Fue en Singapur y perdió, desde entonces estaba esperando una nueva oportunidad. “Por varias circunstancias la pelea se tuvo que ir retrasando tanto, pero al final se dio y no pudo ir mejor“, apunta Morales. Su gesta la pone como una de las favoritas a la disputa de un título en la empresa: “Sería un sueño. La parte de kickboxing ha tenido un parón. Ojalá tenga ahora continuidad y pueda disputar un cinturón“, remata.
El combate y la victoria tuvieron muchos factores de importancia, pero el esencial es más espiritual. El duelo se disputó en el estadio Lumpinee, arena más prestigiosa en Tailandia. Pelear allí es el sueño de prácticamente todo luchador, pero en el caso de una mujer es todavía más especial. El muaythai en Tailandia tiene una factor cultural y religioso muy fuerte. Por ello, la entrada de la mujer ha sido complicado. El año pasado, el Lumpinee y el Rajadamnern (estadio más antiguo del país) levantaron el veto a las mujeres. El hecho produjo un efecto dominó y desde entonces el deporte femenino está bien visto en la disciplina. Los thai creían que las mujeres no podían pelear porque al tener la menstruación “violaban” el “espacio sagrado” que es el ring.
Han variados sus costumbres ancestrales gracias, entre otros factores, a la presión de empresas modernas como One Championship. Llegó tarde, pero ha llegado y muchas mujeres han podido derribar la barrera. “Estar allí y poder pelear ha sido algo muy emocionante. Hace unos años lo veía como algo imposible, un hecho que no sucedería… por eso esta victoria es mucho más especial“, concluye Cristina Morales. Regresar al Lumpinee, poder ganar con otro KO y soñar con un título son los objetivos que se marca para 2024. En su mano está, pero el hito principal ya está conseguido: derribar la puerta del género y seguir sumando españolas en tan mítico recinto.
