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Ernesto Valverde, a corazón abierto: «Al pobre Vesga me he … – Relevo



Lu Martin

Ernesto Valverde (Viandar de la Vera, 1966) es uno de los entrenadores más veteranos de la Primera División y, probablemente, de los más peculiares. Futbolista crecido en el San Ignacio, equipo del barrio gasteizarra en el que se crio, jugó en el Alavés, Sestao, Espanyol, FC Barcelona, Athletic y Mallorca antes de sentarse en los banquillos del club de Bilbao – en tres etapas -, Espanyol, Valencia, Villarreal, Olympiacos y Barça. Su palmarés habla de su buen trabajo. Jugó una final de la UEFA con los pericos, finales de Copa con los leones, ganó en Atenas dos ligas, dos copas y una Superliga, tres títulos en dos años y medio con el Barcelona y es el entrenador que más partidos acumula en el banquillo de San Mamés.

Además, es uno de los técnicos con más inquietudes extradeportivas que se le conocen: ha publicado libros de fotografía y toca la guitarra con un grupo de amigos, además de ser un gran aficionado a la pintura. Pero siempre quiso ser futbolista, desde pequeño, por lo que pareció natural entrar en calor preguntándole por el mejor de todos los tiempos.

¿Qué tal era entrenar a Messi?

Pues genial. ¿Messi? No sé. Le has visto jugar, ¿no? ¡Pues qué te voy a decir que no sepas!

Ya, pero yo no he sido su entrenador. ¿Es tan complicado ser su jefe como cuenta la leyenda?

No. Al final, mira, cuando vas a un club como ese es más fácil si asumes con quién vas a trabajar. Es verdad que tienes que tener en cuenta quién es quién. Messi es un jugador que sabes que te va a dar todo.

¿En el campo?

Sí, claro.

Sí, ya. Pero el jugador siempre tiene un condicionante fuera del campo. ¿Eso cómo era?

Vamos a ver. Cuando vas a un equipo como el Barcelona… Mira, hay una entrevista que le hizo no sé quién a Scariolo cuando fue a la NBA.

¿Scariolo?

¿Me vas a decir que no conoces a Scariolo?

¿Un señor con gomina?

Italiano, seleccionador un montón de años, que ha ganado mucho. Y en eso, si ganas mucho es que eres muy bueno. O eso dicen. Bueno, pues se fue a Estados Unidos y se dio cuenta rápidamente que cuando llegó a un equipo de la NBA tenía que bajar un peldaño. O sea, que él estaba acostumbrado a que los proyectos que él hacía con los equipos en Europa eran sus proyectos. Allí no era su proyecto, era el proyecto de los jugadores. Entonces, él vio que tenía que adecuarse a lo que era aquello, ¿sabes? Para que los jugadores cogieran confianza con él. Y él vio que al principio, bueno, pues que las grandes estrellas tenían ciertos reparos y él se los tuvo que ganar poco a poco. En mi caso fue parecido. Al final, los jugadores tienen que ver que tú les puedes ayudar a ganar. Son jugadores más de competición que de entrenamientos porque son animales competitivos. No tienen privilegios porque al final no son privilegios. Cuando están en el campo, cuando tienen que rendir, cuando tienen que solucionar la papeleta y cuando un jugador se sale y se echa el equipo a la espalda… Eso, la gente que lleva tiempo y que tiene ciertas dosis de responsabilidad, como Messi o como un jugador de la NBA de ese nivel, pues tiene un estatus…

Sí, ¿como Michael Jordan?

Michael Jordan, por ejemplo. Al final son jugadores que son capaces de asumir ese liderazgo, son diferentes. Scariolo decía que él tuvo que adaptarse y sabía perfectamente que el proyecto era más de… de los otros, de ellos.

O sea, no era Messi el que se tenía que adaptar a usted. Era usted el que se tenía que adaptar a Messi.

No, no sólo a Messi, sino al… al FC Barcelona. Sí, al final te tienes que adaptar a lo que vas, dónde vas. También tienes que adaptarte al Athletic, o al Valencia cuando me tocó, o al Olympiacos. Lo que pasa es que es diferente. Pero ningún entrenador está por encima de un club, y menos del Barça. Hay otros equipos en los que el proyecto es más de entrenador. Ahí, en la época en la que estuve yo, no sé cómo es ahora en el FC Barcelona, pues no, lo enfoqué un poco así…

“Hay gente que ahí en Barcelona ya me avisó que es importante cuando llegas al Barça tener un lobby”

ERNESTO VALVERDE

Ya, pero al final se trata de hacerlo lo mejor que sabe, ¿no?

Hombre, claro, al final se trata sobre todo de… En mi caso, de, bueno, llegar allí, adaptarte a esa nueva situación y tomar las mejores decisiones. Que al final es lo que tiene que hacer un entrenador porque si no… Al comienzo, recuerdo que no fue sencillo adaptarme a esa forma de entrenar, adaptarme a otra forma de hacer las cosas y, bueno, poco a poco pusimos lo mejor de nosotros, claro.

Ganó títulos, dos Ligas, una Copa del Rey. Pero parece que se le tiene más en cuenta por lo que no hizo que por lo que hizo. ¿Lo siente así?

¿Y qué no hice? ¿No jugar un partido al que llegan dos cada año, a la final de la Champions? Pues sí, no lo conseguimos por un gol, es verdad. Pero hicimos todo lo que pudimos se lo aseguro. Mira, yo no sé si debería decir esto, pero te lo voy a decir: a mí lo de los títulos y todo eso, no voy a decir que me traiga sin cuidado, pero me importa relativamente. Te lo digo de verdad.

¿Entonces qué se llevó del Barça?

No creo que nadie sea mejor por ganar o perder. No, vamos a ver. Fue una experiencia nueva, ir al Barcelona fue una experiencia sensacional. Y un reto también, ¿no? Y luego, tener que superar esas situaciones en las que, bueno, en las que ves que tienes que adaptarte a determinadas cuestiones y el poder superarlo de alguna manera te reconforta, te hace sentir bien, porque ves que eres capaz. Entonces, eso fue para mí lo más importante. Luego sí, hay momentos que dices: ‘joder, esto fue así, esto fue de otra manera’. Pero realmente, vamos, no cambiaría nada. Fue como fue y punto.

Yo tenía un amigo que siempre me decía que le metió cinco al Madrid, ganó títulos, incluida una final de Copa espectacular con goleada, y parece que sólo jugó dos partidos, contra la Roma y en el campo del Liverpool. ¿Le queda esa sensación, que le hicieron culpable?

Eso te lo decía mi amigo Jonan. Y no, no tengo esa sensación. Mira, eso son chorradas. Mira, no sé si esto tampoco debería decirlo. Hay gente que ahí en Barcelona ya me avisó que es importante cuando llegas al Barça tener un lobby.

¿Y por qué no tuvo lobby? Hubiera podido.

Pues no tuve lobby. ¿Para qué si al final no te sirve de nada? Mira, estuvo muy bien entrenar al Barça, con lo bueno y con los ratos malos. No voy a parar en eso, ni en nada porque al final tampoco quiero yo quejarme de nada. Las cosas son como son. Yo era un entrenador de otro equipo que fue allí, le ficharon, había estado en el Barcelona jugando, conocía la ciudad, que me encanta -por cierto, hace demasiado que no voy-. Llegué después de un gran entrenador como fue Luis Enrique, con un equipo determinado, se piró Neymar, yo intenté hacer lo mejor que pude, adaptarme a las situaciones y las cosas me fueron bien. No, perdona: me fueron muy bien, muy bien.

Hombre, le hubieran ido mejor si hubiera tenido otro presidente, pero eso es una opinión personal.

No, por ahí no vayas. Es tu opinión. No tengo nada que decir ni reprochar a estas alturas de la película.

Hace tiempo que no se le ve por Barcelona y a usted le gustaba mucho la ciudad. ¿O ha cambiado eso después de ser entrenador del Barça?

¡Qué dices! Para nada, mi familia estuvo a gusto. Oye, no me quejo de nada. Ganamos lo que ganamos, las cosas acabaron como acabaron… Y punto. Me gusta mucho Barcelona sí, he vivido en la calle París, en Les Corts, en una casa que me compré en la calle Montnegre, luego en Sarriá… Pero es verdad que hace tiempo que no voy. Me gusta Barcelona, sí.

¿Y tiene ADN cruyffista?

No. No sé qué es eso.

¿Qué ADN tiene? ¿Gasteiztarra?

Supongo. Allí me crie. Lo de cruyffista me lo reivindicaron 500 veces. Y supongo que algo tendré porque, poco o mucho, haberle tenido de entrenador te marca algo. Pero también te digo que con Cruyff metíamos pelotazos a Alexanko cuando íbamos perdiendo. Pero eso del ADN es un poco milonga. Cuando sale un jugador bueno, dicen: “Ese tiene ADN Barcelona”. Cuando hay un jugador malo: “Ese no tiene ADN”. Claro.

¿Y usted cuánto pagaría por un Haaland vasco?

Si sale un Haaland vasco, ¿sabes qué pasaría no? Pues le pondríamos el puente colgante a su disposición para que se quedara en el Athletic, aunque es probable que algún jeque pagara la cláusula. Y con lo que el club sacara podríamos mantener Lezama y pagar a medio equipo. Al final, esa es nuestra realidad. Y oye, tampoco nos va tan mal, que dure.

¿Es un milagro esto del Athletic?

¿A lo largo del tiempo? Hombre pues sí, un poco de milagro tanto tiempo defendiendo esta filosofía, esta apuesta. Pues sí. Mantenernos ahí tantas temporadas. Siempre estás expuesto. Mira lo que le ha pasado a todos los equipos. Al final siempre estás expuesto a que un año te salga malo, es por un simple cálculo de probabilidades, ¿no? Le ha pasado a todos menos al Barça, al Madrid y a nosotros. Lo que tienes en el Athletic es un sentimiento de pertenencia muy fuerte. Ser del Athletic, jugar en el Athletic, es otra cosa, no se puede explicar.

Me decía Peio Agirreoa el otro día que el Athletic es Iribar, que sin él nada sería igual.

Si tienes que hablar de algo, de alguien que represente todo, es él claro. Por la figura que ha sido para todo el mundo, pero no todo el mundo de aquí, me refiero al mundo. Mira, yo he estado de jugador con Heynckes en Alemania y trajo a un amigo. Estábamos cenando, Iribar era el entrenador de porteros y Jupp se lo presentó. Y ese hombre, un señor mayor, se puso a llorar, te lo juro. Iribar representa muchísimo más allá del Athletic incluso. Nos representa, sí.

Ahora que entran las cámaras en el vestuario, ¿se siente incómodo?

Pero es lo que hay: business. El club recibe más dinero. Y estamos en un espectáculo de masas, era suficiente. Se tenía que hacer y se hace. Pero no me gusta nada dónde estamos llevando esto. Acabarán vendiendo la pelota.

Ha tenido ofertas de China, de Qatar, ha renunciado a mucho dinero. ¿Ni siquiera le apetecía ir a Inglaterra?

Bueno, a Inglaterra sí hubiese ido. Pero al final por una razón u otra no se dio. No sé, la vida muchas veces son circunstancias, ¿no? Después de terminar en el Barcelona, la verdad es que estuve ahí… Preferí estar un tiempo parado porque llevo muchos años seguidos y no sé, necesitaba parar. En ese momento sí es verdad que tuve posibilidades de ir a determinados sitios y bueno… Pero no me gusta mucho hablar de lo que dejé de hacer. No sé, no me dio por ahí y punto.

“No me gusta dónde estamos llevando esto; acabarán vendiendo la pelota”

ERNESTO VALVERDE

¿Por qué estuvo tanto tiempo parado después del Barça? Me dijo Xavi que el Barça es una máquina de triturar personas. ¿Lo necesitaba?

No, no, sales del Barça y tú dices que te apetece estar un tiempo parado, sólo eso. También tuve un parón cuando dejé el Espanyol, cuando me echaron del Villarreal, cuando volví del Olympiacos, después de dejar el Valencia. Fíjate que yo en este tipo de cosas tengo decisiones así un poco arriesgadas, ¿no? Tomé la decisión de irme al Olympiacos, que no sabes lo que es ese club; de irme del Athletic; del Valencia cuando luchaba por Champions…

Su representante, Iñaki Ibáñez, suele decir que coge esos parones porque es usted un entrenador atípico: le gusta ir en bici, la pintura, la música, hacer fotos. Otro al mes ya tiene el gusano del banquillo. Usted tienes muchos gusanos. ¿Es un poco así? ¿Tiene muchas cosas que hacer en la vida?

Bueno al final el fútbol siempre vuelve…. Dejas de entrenar o dejas de jugar, y dices: “Va, me voy a pasar un verano cojonudo”. Estás junio, julio… Cojonudo. Y agosto, también. Y septiembre, que aún hace buen tiempo, muy tranquilo. Bien pero ya empiezas a ver algún partido, tienes amigos que ya están en competición. Octubre, también, más o menos, aunque empieza un poco el mal tiempo y ya piensas y empiezas a ver más futbol y es otra cosa. Y en noviembre ya dices: “¡Me cago en diez!”. Entonces, es ese proceso en el que los primeros tres, cuatro meses estás muy bien pero luego ya…

En agosto ya estaba algún amigo llamando, buscándole equipo, ¿no?

No, mis amigos tenían más bien una lista de ciudades que querían visitar.

Y cuando no está currando, ¿ve los partidos pensando: “Pero tío, quita a este, pon a este”?

¡Qué va! ¡Jamás! No, nunca. Pero tampoco soy de los que se tortura pensando: “Tenía que haber hecho esto y no lo hice”. Si tomo una decisión, la tomo. Mira, a mí me encanta Leontxo García. Siempre, cuando le escucho, cuando habla sobre alguna partida, siempre dice una frase que me encanta: a toro pasado es muy fácil decir que debía haber movido el peón o se equivocó moviendo este peón. Porque claro, hay que ponerse en su situación, tenía problemas de tiempo, igual tal, pero quizá este luego…

“Dejas de entrenar y dices: ‘Voy a pasar un verano cojonudo’. Llega noviembre y dices: ‘¡Me cago en diez!”

ERNESTO VALVERDE

¿Es verdad que se olvida de los nombres de los jugadores en las charlas?

De vez en cuando, sí. Le estoy mirando y no me sale el nombre. Pero como ya lo saben, alguien dice: “De Marcos”. Y yo digo: “Eso, De Marcos”. Joder, al pobre Mikel Vesga me he pasado meses llamándole Kepa, como a su padre, porque jugué con él. Y a Ander Iru le llamaba Aitor, igual, por su padre.

¿Cuál ha sido el mejor vestuario en el que ha jugado?

He tenido mucha suerte. Desde el Alavés al último del Mallorca, creo que no ha habido uno malo. El del Barça era espectacular, el del Espanyol me lo pasé muy bien, los del Athletic fueron buenísimos, el del Sestao ni te cuento… Buenísimos.

¡Eh! La última, que tienen derbi. ¿La Real?

Eso sí, complicado. La Real es un equipazo, tiene muy buenos jugadores y un grandísimo entrenador, que además es muy buen tío. La Real viene trabajando muy, muy bien. Ha dado un paso importante en los últimos años, con jugadores importantes como Odegaard, Isak, Silva, gente de calidad y muy competitiva que les han hecho crecer. Ahora son intensos, fuertes en los duelos y en las áreas. Es un partido difícil, pero bueno, saldremos a competir.

* La entrevista tendrá una segunda parte en la que se descubre el Valverde más personal. Su afición por la fotografía, la guitarra y su juventud en el País Vasco.

 

Lu Martin

Lu
Martín
ha
trabajado
durante
20
años
en
el
diario
Sport
y
14
en
la
redacción
de
deportes
de
El
País,
donde
básicamente
cubrió
la
información
del
FC
Barcelona
y



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Rohit Palit

Periodista deportivo y graduado en Ciencias de la Comunicación de Madrid. Cinco años de experiencia cubriendo fútbol tanto a nivel internacional como local. Más de tres años escribiendo sobre la NFL. Escritor en marcahora.xyz desde 2023.

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