El blog de Murciego: Swiatek, títulos de todos los colores – Eurosport ES

Pese a que el ranking la sitúa un año más en lo más alto de la clasificación, todavía hay gente que duda si Iga Swiatek ha sido la mejor tenista de 2023. Ganando más títulos que nadie, sumando más victorias que ninguna y recuperando el trono en la última escena del metraje. Parecen suficientes motivos para defender esta candidatura pero, por si acaso, hoy le vamos a sumar alguna curiosidad. Además de todo lo citado anteriormente, la de Varsovia también ha sido la única jugadora del calendario capaz de ganar trofeos en todas las categorías. No sabemos cómo lo hizo, pero salió campeona de los eventos pequeños, los intermedios, los grandes y los colosales. Dibujamos a continuación cómo fue su hoja de ruta y hasta qué punto es trascendental este singular estadística.

WTA 250: No pudo elegir mejor lugar Iga Swiatek para disputar su último torneo WTA 250, pero último de verdad. Fue en casa, en Varsovia, delante de su gente y, además, con la fortuna de salir campeona tras una semana donde nadie se atrevió a toserle. Un torneo diseñado para ella, aunque en 2022 las cosas no le fueron tan bien las cosas. Por eso en su plan de regreso iba implícito el deseo de quitarse la espinita. Dicho y hecho, ni el calor del verano se interpuso en sus planes. Al final del artículo entenderán por qué no podrá revalidar su triunfo el curso que viene.

WTA 500: En el segundo cajón podemos extraer un par de WTA 500, esos torneos que en ocasiones tienen cuadros todavía más potentes que los de categoría superior. Basta como ejemplo estos dos títulos que capturó la polaca durante el curso: Doha (Danielle Collins, Belinda Bencic, Veronika Kudermetova, Jessica Pegula) y Stuttgart (Qinwen Zheng, Karolina Pliskova, Ons Jabeur, Aryna Sabalenka). Ya han visto los caminos, nada de caramelitos, pero Iga es mucha Iga cada vez que llegan las giras de febrero y de abril. Bueno, básicamente, cuando llega cualquier gira.

WTA 1000: A punto estuvo Swiatek de quedarse sin poner la cruz a esta categoría, pero en el último WTA 1000 de la temporada consiguió hacerse con la suya. Semana complicada, en esas fechas donde el cuerpo ya está con la reserva encendida y bajo unas condiciones donde la de Varsovia tampoco partía como principal favorita. Pero lo hizo, Iga se impuso en Pekín para impedir que se cerrara el calendario sin esa gran conquista que llevaba persiguiendo durante meses. Aunque tiempo atrás, mucho tiempo atrás, ya se había agenciado un premio todavía mayor.

Grand Slam: De todas las semanas donde Swiatek podía tropezar en su batalla personal por defender tal ingente cantidad de puntos, había una donde no se le iba a permitir fallar. Y no falló. Hubo drama en esa final ante Muchova, pero el destino quiso que el aire volviera a soplar del mismo lado, dejando caer en sus manos su tercer Roland Garros con tan solo 22 años. Un imperio que viene construyendo desde la pandemia y que parece tendrá continuidad durante toda la década. Lo que estaba claro es que Iga sigue siendo raqueta estable capaz de seguir sumando Grand Slams en cada ejercicio, así que en su cabeza ya había lugar para soñar con nuevas metas.

WTA Finals: Y una de esas metas se situaba en la última casilla del tablero, solo que esta vez casi tocaba con la casilla de la cárcel. Porque lo que pasó en Cancún bien hubiera merecido que algún directivo pasara un ratito en la sombra. La cuestión es que de las ocho jugadores presentes, solamente una jugó como si tal cosa, como si en su lado de la pista no soplara el viento o como si su mente no entrara en erupción con las continuas lluvias. Toda esa serie de catastróficas desdichas juntas no sirvieron para romper su concentración, su sed de victoria. Maestra absoluta del principio al fin, cediendo un solo juego en su último partido del año. Qué más se puede decir.

UN RÉCORD IMPOSIBLE DE REPLICAR

¿Y qué tiene de especial este récord, además de su dificultad? Pues que no se ve todos los años, desde luego. Desde que el calendario WTA adoptara estas categorías de torneos, no se veía algo así desde Serena Williams en 2013, quien también fue capaz de ganar títulos de todos los colores disponibles. Pero hay todavía un nivel superior, el que alcanzó Petra Kvitova en el año 2011. La checa, además de ganar torneos de categoría WTA 250 (Brisbane, Linz), WTA 500 (París), WTA 1000 (Madrid), Grand Slam (Wimbledon) y las WTA Finals (Doha), todavía sacó fuerzas para conquistar la FedCup con su país.

Si os parece un imposible firmar esta proeza, ahora viene la parte mala. A partir de 2024 hará falta más un milagro para volver a ver un registro como el que ha hecho Swiatek esta temporada, ni que hablar del que hizo Kvitova en 2011. La WTA ha decidido prohibir a partir de enero que las jugadoras del top30 puedan disputar torneos de categoría WTA 250. Este solo es uno de los primeros efectos que ha tenido la ampliación del calendario y la extensión de los eventos WTA 1000. Una noticia que no ha sido muy bien recibida dentro del vestuario y que puede convertir a la polaca en el último nombre de esta lista.