Temporada difícil para Nacho Fernández (33 años). Una más. Con el añadido de ser la primera como capitán del Real Madrid. A pesar del peso específico del canterano en el vestuario y del buen nivel que muestra cada vez que se viste de corto, vive una situación ya conocida para él en la que se le cierra la puerta de la titularidad sin motivo aparente. Su rol se limita a suplente de lujo para las diferentes posiciones de la defensa con la oportunidad de comenzar duelos de menor entidad. Disgustado, trata de volver a cambiar las tornas como ya hizo el año pasado.
No se trata de que jugar por decreto. Nadie en el vestuario blanco duda de que Alaba, a su mejor nivel, debe ser un indiscutible. Pero el austriaco lleva desde el curso pasado sin encontrar regularidad en su juego. Falto de contundencia y cometiendo más errores de lo habitual en él, ha salido señalado de varios partidos, algunos de ellos importantes. En el Clásico, por ejemplo, llegó tarde y blando para cortar el balón que acabó en gol de Gündogan. Aún así, ha comenzado nueve de los diez partidos que ha jugado y sólo ha dejado de participar en uno (Braga) y porque volvía de lesión.
Una cuestión de meritocracia que ya el año pasado generó algún recelo en el vestuario blanco. El propio Nacho lo sufrió, pero no fue el único. Ancelotti, gracias a su mano izquierda y al saber estar de sus jugadores, pudo gestionarlo sin sobresalto, pero no todos se mostraron contentos con su papel, algo que se está repitiendo en esta. Joselu o Brahim son otros casos.
Mientras tanto, Nacho debe conformarse con cinco titularidades y cuatro de ellas por la lesión que el propio Alaba sufrió a finales de septiembre. Tres partidos, contra Athletic, Almería y Barcelona, ni siquiera pisó el césped. Acumula 536 minutos, el 14º de la plantilla con sólo Modric (531′) Ferland Mendy (381′), Lucas Vázquez (228′), Lunin (180′), Brahim (118′) y Ceballos (50′).
Ancelotti lo ha utilizado casi siempre como central. Sólo contra Las Palmas actuó como lateral derecho y contra la Real y de suplente, de lateral izquierdo. En esta última ha perdido presencia ante Mendy, Camavinga y el recién llegado Fran García, que suma más minuto que él. De central, cuenta con más opciones ante la baja de larga duración de Militao, pero aún así se ha visto con mucha desventaja respecto a Rüdiger y Alaba, como muestran los números.
Vivió la misma situación el año pasado: «Creía que merecía jugar más»
El año pasado pasó por lo mismo. Durante el comienzo de temporada se le pasaron “muchas cosas por la cabeza” por su falta de minutos, como él mismo reconoció a posteriori. Tras su exhibición defensiva en Liverpool contra Salah, se desahogo en zona mixta. “Creía que merecía jugar más”, comentó, además de dejar en el aire su renovación con este como uno de los motivos.
Finalmente, decidió seguir. El cumplir un año como primer capitán blanco y poder seguir con la buena dinámica en la que acabó el curso pasado, con la Eurocopa en el horizonte, le motivaron a seguir hasta 2024. Sin embargo, las buenas sensaciones se apagaron con el comienzo de esta, en la que volvió a verse relegado al banquillo sin derecho a réplica.
Todavía queda mucha temporada. Muchos partidos en los que Nacho va a gozar de la oportunidad de ayudar al equipo y lucir el brazalete. Pero hasta que llegue su momento, se ve obligado a tener paciencia, algo que a sus 33 años y tras más de una década en el primer equipo, le cuesta más digerir.
