Cuando Fabrice Olinga (Duala, Camerún, 1996) cogió este lunes su teléfono móvil intuyó que algo había pasado. “Me desperté con muchos mensajes y con llamadas de varias radios españolas”, cuenta el futbolista camerunés a Relevo. La ocasión lo merecía. Con su tanto ante el Granada Lamine Yamal se convirtió, este domingo, en el goleador más joven de la historia de LaLiga. Con 16 años y 87 días el extremo del Barça superaba así el récord de Olinga, quien lo logró vistiendo la camiseta del Málaga con 16 años y 98 días en la temporada 12-13. “Estoy un poco decepcionado. Pensé que quién superaría mi récord sería Ansu Fati“, cuenta un Fabrice que no vio el partido porque en Botoșani, ciudad rumana donde juega actualmente, es una hora más.
A sus 27 años y con dos hijos, a Fabrice Olinga aquel récord de precocidad no le supuso nada inesperado. “Mi gol únicamente sirvió para que aquella tarde ganáramos el partido“, recuerda un Olinga que, a diferencia de lo que ocurriese con Lamine Yamal, no sabía lo que acababa de lograr sobre el verde. “Lamine sabía que marcando podía ser el goleador más joven en la historia de LaLiga. Yo en ese momento no sabía nada. A mí me lo dijeron después del partido porque la gente se enteró de eso después del choque. Yo no tenía esa información, pero me vino mejor porque a lo mejor me habría puesto más nervioso“, recuerda el hoy jugador del Botoșani rumano.
Felicitaciones de Manuel Pellegrini, quien en aquel tiempo era el técnico del Málaga, de Isco o de Joaquín, “me acuerdo que Wellington me dijo que tenía que invitar a una Coca Cola a Buonanotte por el pase de gol que me había puesto”, lo cierto es que, después de aquel gol ante el Celta de Vigo, a Olinga la vida le cambió para mal. “Mis agentes hicieron que mi vida fuera un desastre”.
«Lamine y yo tenemos una historia diferente»
“La diferencia de Lamine conmigo es que él lo tiene todo hecho para tener una buena carrera. Tiene al mejor agente del mundo, trabaja en la mejor cantera y en el mejor club del mundo… No tiene mucha preocupación. Conmigo, en ese momento, se hicieron muchas cosas malas”, recuerda. Toma aire y prosigue. “Con 17 años yo tenía que renovar con el Málaga, pero mi agente pidió mucho dinero al club y al final la renovación no se hizo. Hicieron un poco un montaje conmigo en términos de contrato porque se me llevó a otro sitio sin quererlo. Por eso te digo que él y yo tenemos una historia diferente”. En 2014 y en contra de su voluntad, Olinga dejó el Málaga para fichar por el Apollon Limassol chipriota. Un año más tarde, en 2015, pensó en dejarlo todo.
📺 Hoy se cumplen 🔟 años de este gol ⚽ de Fabrice Olinga 🇨🇲 con el @MalagaCF, que sigue siendo el goleador más joven de la historia de #LaLiga con 16 años y 98 días.
✅ Actualmente a sus 26 años, Olinga milita en el 🇵🇹 Rio Ave FC.pic.twitter.com/lLgT4CxF0k
— PC Fútbol (@pcfutbol) August 18, 2022
“Después de salir del Málaga sin quererlo y sin dar mi opinión, en 2015 quise dejar el fútbol porque me engañaron demasiado. No quería jugar más“, confiesa. Pero no lo hizo y tras pasar por Chipre, Bélgica, Italia y Portugal hoy sigue disfrutando de su gran pasión en Rumanía.
“Me agarro al hecho de querer divertirme en el campo por mis hijos. Es lo único que me queda a día de hoy, intentar disfrutar lo máximo posible de lo que queda. La gente que pueda pensar que qué hago jugando en Rumanía no sabe la realidad de mi historia y no se han preguntado qué ha pasado. Los agentes hicieron que la vida de Olinga fuera un desastre“.
No le importa perder el récord
Por todo lo vivido, quien está seguro que Lamine Yamal “marcará una época en el fútbol”, quiere dar un consejo a los más jóvenes. “La mentalidad española es diferente a la de los africanos porque nosotros no nos damos cuenta de lo importante que es el entorno. Cuando uno está rodeado de buena familia y de un agente que piense en el jugador y no en él mismo, las cosas van bien. Los niños tienen que preocuparse de escuchar a la gente que les quiere de verdad porque los agentes hacen un trabajo malo. Piensan en ellos“, dice.
Doce temporadas más tarde un chaval del barrio de Rocafonda superó el récord de Olinga. “No me ha fastidiado. Estoy feliz porque sé la felicidad que hay detrás de todo eso”. Quien en 2012 acaparara todos los portales digitales vivió un verdadero calvario. “Tengo que vivir la felicidad del momento”.
