Segura y tranquila, aunque con un lastre que aún pesa. Montse Tomé (41 años, Oviedo) llega sonriente a una de las salas anexas al Salón Villalonga de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Acaba de terminar su segundo entrenamiento en esta concentración y, aunque viene apresurada porque tiene poco tiempo antes de cenar, mantiene los nervios a raya. Hay una cámara y es su primera entrevista como seleccionadora absoluta fuera de los terrenos de juego, pero se muestra cómoda.
“¿Más calmada y liberada?”, le preguntamos nada más sentarse. “Sí. La verdad es que sí. Estamos felices viéndolas en el césped y de verlas bien”, remarca la entrenadora asturiana, que tomó los mandos de esta Selección en medio de la tormenta del ‘Caso Rubiales’ tras la destitución de Jorge Vilda, del que fue segunda durante el Mundial de Nueva Zelanda y Australia.
Una etapa de la que quiere marcar distancias. Durante sus primeras semanas como seleccionadora ha dejado claro que no quiere hablar de la gestión anterior. Quiere hacer borrón y cuenta nueva, aunque los fantasmas le persigan. “Soy una persona diferente y creo en una metodología diferente. Yo creo que ellas también me ven como alguien diferente”, afirma.
La seleccionadora expone su lado más personal y cómo se ha evadido de todo el ruido mediático en sus primeros pasos en el banquillo de la Selección. Le cuesta abrirse y niega arrepentirse de sus decisiones. Aunque admite haber sufrido por los suyos. “No es fácil darles una explicación de todo lo que sale”, remarca la entrenadora, que se declara como “loca” del fútbol.
En él se refugió en medio del huracán para trazar su nueva etapa. Una era en la que quiere introducir cambios y plasmar todo lo que hubiese querido cuando era jugadora. “Necesitamos generar ese contexto para que ellas vengan con ganas de estar aquí (…). Tenemos esa responsabilidad de que vengan contentas, de que estén bien”, subraya, al tiempo que confiesa sentirse aliviada tras el regreso de Jenni Hermoso a la Selección.
¿Te arrepientes de algo?
En realidad, no me arrepiento de nada. Pienso que he vivido cinco años con otro rol. He estado cinco años en los que he tenido la oportunidad de desarrollarme con las mejores jugadoras que tenemos en el país. Con ellas he ido siempre de frente. Me siento una persona que le encanta el fútbol, que hace lo que le gusta y que tiene la suerte de poder ahora estar aquí. Sí que he sentido pena, porque yo soy alguien que vengo desde el fútbol femenino desde los 12 o 13 años.
He vivido un fútbol totalmente amateur en el que muchas hemos jugado por pasión, porque nos gusta, sin nada a cambio, dándolo todo por encima de muchísimas cosas. Y cuando hemos conseguido algo tan difícil, donde ellas han demostrado mucho esfuerzo, también nosotros como staff hemos trabajado mucho, que no salga a la luz el valor que tiene ese éxito… Por cómo ha ido todo.
He sentido pena de no haberlo podido disfrutar, de que ellas tampoco lo pudieran disfrutar. Y me gustaría que quizás con el tiempo llegue el momento de disfrutarlo, porque vemos que tenemos a la gente que nos quiere, que nos anima, que nos ayuda, que está con ellas y que las conoce. Y eso es lo más bonito de todo el éxito.
Hablando de gente que nos quiere. ¿Cómo ha vivido tu entorno todo lo que ha pasado? ¿Has sufrido por ellos?
Sí, por ellos sí sufres. Yo por mí no, porque sentía que estoy en el sitio que quiero estar y cuando las cosas vienen mal tienes que adaptarte y tienes que ir hacia arriba. Y esto también dice un poco de la capacidad que tienes tú de resolver los problemas. Pero sí sufrí por la gente que me quiere, que además es la gente que menos tiempo pasa contigo, porque en esto inviertes mucho tiempo, tiempo que no va a volver.
Es algo que tú eliges, que yo elijo, pero cuando las cosas no van bien y quizás no entienden el por qué, no es fácil darles la explicación de todas las cosas que salen. Porque los medios de comunicación tienen un poder muy grande y lo que trasladan al mundo la gente se lo cree. Verles sufrir por eso sí que fue algo que me costó manejar. Pero bueno, traté de dar también tranquilidad, ellos me conocen mucho, en ningún momento dudaron de nada y me veían fuerte.
¿Cómo te protegiste tú en ese momento? ¿Cómo te evadías?
Viendo fútbol. Me evadía de todo esto haciendo el trabajo. Sabía que había muchas cosas que no podía controlar, que no dependían de mí y lo que pensaba era en trabajar. También había poco tiempo desde que me habían nombrado para gestionar mi staff y poder saber o contar con quien podía contar. Que ahí es verdad que la Federación me puso todos los recursos para poder elegir a mi staff, el que yo quisiera y esto es algo que agradezco. Me centré en eso.
La Liga empezaba, todo se ponía a rodar y teníamos mucho trabajo. Traté de evadirme y pensar que esto no existe, y lo que yo puedo controlar voy a ello, y en lo que no, si necesitan mi ayuda la van a tener y así es como traté de ir hacia adelante.
¿Pediste ayuda a alguien? ¿A quién llamabas cuando necesitabas desahogarte?
Yo canalizo mucho la energía haciendo deporte. Cuando siento que hay ruido, que no quieres preocuparte, que no tienes claro realmente qué va a pasar, trato de evadirme. Me gusta mucho el ciclismo, hago bici, me gusta correr y así es como voy organizando mi mente, relativizando para ir hacia adelante y seguir confiando en el camino y que hay cosas que no dependían de mí. Si se iban hacia el lado bueno, hacia adelante, si se iban hacia el otro lado, asumir y crecer. Yo estaba tranquila con cómo habíamos evolucionado en ese tiempo, en lo que yo había podido elegir para hacer las cosas bien y en lo demás no pude hacer nada más.
Te he visto participar en algún ejercicio con las jugadoras durante el entrenamiento. ¿Te sigue picando el gusanillo del fútbol? ¿Lo echas de menos?
Cuando dejé de jugar realmente, fue porque me cansé a nivel mental. Sentía que ya tenía que terminar, pero después ha habido momentos que lo echo de menos. El fútbol de ahora no es el de antes, ahora te metes en un rondo y no sales (se ríe). Va todo mucho más rápido y en las tareas de posición es muy difícil entrar, es casi imposible, pero sí en las que no tienes mucha posición, puedes entrar y ese tipo de acciones sí que me gusta participar.
¿Alguna vez le has vacilado a alguna de tus jugadoras?
Eso es difícil, ahora ya no estamos para tanto… (se ríe).
¿Hay algo que te preocupe mucho, que necesites controlar?
Es verdad que voy solucionando, hay cosas que según me van viniendo, vas actuando. Busco mucho la anticipación previa, el estar preparada. También trato de estar en constante formación y evolución, creo que el fútbol es un deporte que evoluciona muchísimo. Me gusta estar siempre a la última de muchas cosas, ahora en el staff estamos con tres técnicos, Irene del Río, Javi Lerga, que no ha podido venir a esta concentración pero se ha incorporado Abel Morelo. Son gente inquieta en el fútbol con diferentes aprendizajes.
Cuando nos ponemos a hablar de fútbol siempre decimos que estamos locos porque estaríamos pensando constantemente en esto todos los días. Creo que ahí está la mejora, el tener esa inquietud por apasionarte, por qué me dice el juego en cada momento para poder entender los contextos, las jugadas… Cuando surge una jugadora, desde escucharla. A mí me gusta mucho escucharlas, me da ese entendimiento de qué me dice la jugadora, porque los libros dicen una cosa y luego en el campo puede pasar otra. El compartir lo que ella siente, lo que nosotros vemos, ahí creo que es donde está la evolución y la incertidumbre.
¿Con qué jugadoras te gusta hablar de fútbol?
Hay muchas a las que les gusta mucho hablar de fútbol. Alexia, Mariona, Aitana…, son jugadoras que tienen pasión por este deporte y que también tienen un aprendizaje en base a las experiencias que han tenido. Por ejemplo, Esther, que está en otra liga, Laia… Escucharlas en ese sentido creo que es super positivo, que lo compartan entre ellas también y nosotros con el staff somos gente cercana que podemos debatir.
Hace unos días, Mariona Caldentey dijo en una entrevista con Catalunya Ràdio que las jugadoras tenían la sensación de que faltaba preparación en los partidos. ¿Has hablado con ellas sobre esto? ¿Tienes miedo de que vuelva a ocurrir?
Yo soy una persona diferente y creo en una metodología diferente. Creo que ellas a mí también me ven como alguien diferente porque todos somos diferentes. Y siento que lo que se transmite y lo que se va a transmitir va a tener el máximo cuidado para que a ellas les sirva para ayudarlas, porque nosotros estamos aquí para ayudarlas. Y para que cuando salgan al campo no tengan ninguna duda. Es nuestra responsabilidad, tener el máximo control de todo para que eso sea así.
Hay cosas que cambian, porque muchos rivales cuando juegan contra nosotros cambian. Todo el análisis que hemos hecho, no es que no sirva, sino que nos hace tener una idea, pero luego sobre la marcha adaptarnos. Y siempre estamos en constante evolución para ver qué les podemos dar y que salgan al campo sin ninguna duda, con la máxima competitividad y también que puedan disfrutar.
¿Cómo quieres marcar ese cambio de la anterior etapa a la tuya? ¿Cómo quieres que sea tu Selección?
Me gusta que el equipo sea agresivo. Me gusta que cuando no tenemos el balón seamos un equipo súper intenso. Al igual que decimos que la línea defensiva es una línea que tiene que tener capacidad para salir jugando. La línea de ataque es la primera que comienza a defender. Y con esos matices, pues nos gusta que se caracterice el equipo. Entonces, bueno, intentando plasmarlo todo en el poquito tiempo que tenemos. Porque para los entrenadores y entrenadoras siempre es poco tiempo. Pero con muchas ganas de poder hacerlo y de hacerlo ya.
Formaste parte del cuerpo técnico en el Mundial y también de la toma de decisiones con Jorge Vilda. ¿En qué has notado más el cambio en tu nuevo rol?
El principal cambio es la toma de decisión y la responsabilidad en todas las decisiones que tomo, que ejerzo con la máxima confianza, con la máxima responsabilidad y con muchas ganas porque confío mucho en el trabajo previo. Para mí lo que diferencia a las personas es en lo que cada una cree. Yo tengo una metodología de trabajo, me he rodeado de gente que me permite crecer en esa metodología y también me hace mejor. Entonces pienso que en la élite tienes que rodearte de los mejores.
También me gusta darle ese punto al lado humano porque creo que rodearte de los mejores y que sean buena gente construye un clima que necesitamos acercar a ellas. Y eso es básicamente lo que nos puede diferenciar unos de otros. Yo respeto todas las maneras de trabajar, confío mucho en la que nosotros tenemos. Creo que es una evolución, que esto tiene que ir cambiando porque el fútbol evoluciona y si te quedas atrás y esto se termina. Y así es como creo yo, lo he pensado así también como jugadora y también lo creo como entrenadora.
¿Es esa una de las claves de tu gestión, el trasladar ese clima de confianza y de cercanía del cuerpo técnico a ellas?
Vamos a intentar estar lo más unidas posible. A mí me encanta generar contextos de aprendizaje, contextos de mucha competitividad porque lo que diferencia a la élite de la formación es el ganar. Y tenemos que dar soporte a cómo gestionan estas futbolistas que tenemos, que son élite, la presión. Entonces para eso tenemos que generar un clima, un ambiente bueno, un ambiente en el que vean que hay mucha profesionalidad y que tienen confianza para hacer lo que saben hacer. A mí me encanta, yo he sido jugadora aquí en la Selección española desde edades muy pequeñas. Y cuando venía, venía con una ilusión brutal de poder disfrutar de esto.
Necesitamos generar ese contexto para que ellas vengan con ganas de estar aquí, sientan defender esta camiseta, que es muy difícil estar porque hay muchísimas jugadoras con mucho nivel. Y nosotros tenemos esa responsabilidad de que vengan contentas, de que estén bien y que puedan hacer lo que saben hacer, que es jugar al fútbol.
Durante esta concentración, hemos hablado en una entrevista con Misa sobre su suplencia durante el Mundial con Jorge Vilda. Ella asegura que no había un motivo deportivo. Tú también has apostado por Cata Coll como titular. ¿Qué piensas de esto? ¿Cómo vas a gestionar la portería?
Sí, al final es difícil. Cuando elegimos a las 24, que ahora son las 24 mejores, la mayoría son titulares en sus clubes. Asumir y aceptar el rol de la suplencia en un momento determinado no es fácil y menos en contextos en los que no están habituadas porque generalmente juegan. Tenemos la suerte de contar con 24 jugadoras que, dependiendo del contexto que tú quieras generar como modelo propio y a lo que te vayas a enfrentar, podemos elegir.
Como ya comenté, entrar entre las 24 jugadoras que van a jugar ahora estos dos partidos, Italia y Suiza, es muy complicado porque la 25, la 26 y la 27 que se han quedado fuera tienen mucho nivel también y entrar en el 11 también es difícil. Algo que les transmitimos es que cada una de las jugadoras que venga aquí tiene un talento que las diferencia de las demás. Tienen que confiar en ese talento.
El entrar en el 11 o no entrar no significa que soy mejor o peor que la que juega o no juega. Tienen que sentirse importantes y trabajar. En las decisiones que nosotros tomamos, ahí sí que no pueden influir. En lo que pueden influir es en el tiempo que tengan de entrenamiento para demostrarnos que siguen ahí y quieren seguir estando ahí.
¿Piensas que tienes que tener una conversación con Misa para hablar sobre ese tema?
Bueno, sí, hablaremos. Yo creo que una de las claves es la comunicación. A mí me gusta mucho hablar con ellas de todas las situaciones. Creo que necesitamos que las jugadoras entiendan los contextos, los procesos. Todo lo que podamos ayudar a todas en las situaciones que tengan cuando estén aquí siempre van a tener nuestra posición abierta para poder comunicar lo que sea.
Dos futbolistas que también han estado en el foco son Mapi León y Patri Guijarro, que aseguraron que no estaban en condiciones de volver a la Selección porque no se ha cumplido ese proceso natural. ¿Tú, como exjugadora, te has puesto en el papel de ellas? ¿Las entiendes?
Yo las respeté. Cuando nos comunicaron eso en Oliva, yo sentí que tenía que ir y decirles que respetaba la decisión, que no va a haber ninguna consecuencia con nada. Y que seguimos respetando la decisión. Cada una tiene un sentir y creo que lo tenemos que respetar. Al igual que también siento que las jugadoras que vengan tienen que querer venir y eso es algo que ellas tienen que sentir. Y en ese sentido, máximo respeto y por eso ya decía que no hay mucho más que decir.
Ha regresado Jenni Hermoso a la Selección tras no estar en la anterior convocatoria. ¿Has tenido una conversación con ella? ¿Cómo han sido estos dos primeros días?
Pues estamos muy contentos de que esté aquí. Ha sido una pena todo lo que ha vivido y teníamos ganas de que estuviera. Hemos estado ya estos dos días con ella. Lo mejor es que en el campo es feliz. Nos encanta verla sonreír. Y todo lo que esté rodeada de balón, de fútbol, ella va a ser feliz. Eso es lo que yo también siento porque cuando era jugadora sentía que eso te hace olvidarte de todo. Y si pudiéramos entrenar más, lo haríamos, pero no podemos porque hay que gestionar las cargas. La he visto feliz entrenando.
¿Te hace sentir más aliviada que esté aquí?
Sí, sí.
El tiempo se acaba con muchas preguntas en el tintero, pero Montse Tomé tiene que irse porque llega tarde a cenar. “Me van a poner una multa”, bromea mientras sale corriendo.
