Celebridad

Muere Concha Velasco: Sus parejas sentimentales: de Juan Diego a Paco Marsó


«Yo he tenido novios de izquierdas y de derechas, amantes y marido», decía Concha Velasco cuando le preguntaban por su vida sentimental. «Con el novio te paseas, pero no te acuestas. Con el amante te acuestas, pero no te paseas. Y con el marido, a veces ni te acuestas ni te paseas», contaba la actriz vallisoletana. El estado de su corazón fue un tema recurrente de la prensa rosa, sobre todo en torno a la relación (llena de vaivenes, encuentros y desencuentros) que mantuvo con Paco Marsó. Él fue su pareja más longeva y también la persona con la que pasó por el altar, pero la vida sentimental de Concha tiene otros nombres.

El primero fue José Luis Sáenz de Heredia. Concha mantuvo con él una relación extramatrimonial (él estaba casado, tenía cinco hijos y además le sacaba 28 años) que se prolongó durante cerca de diez años. «Yo estaba enamoradísima perdida», contó en el programa ‘Lazos de sangre’, de TVE.

«José Luis era el señor más culto, inteligente y sensible que había conocido, uno de los grandísimos directores de cine de este país», decía Concha, quien gracias a la compañía de Sáenz de Heredia (y de José Luis Ozores) compartió sobremesas y tertulias con Mingote, López Vázquez, Alfredo Landa, Conchita Montes, Edgar Neville. «Fíjate qué gente tuve la suerte de conocer», contaba la actriz vallisoletana.

Durante años, mantuvieron la relación en semiclandestinidad, aunque el mundillo del cine conocía su ‘affaire’. Todo se complicó cuando la pareja planeó hacer un crucero por el Mediterráneo y José Luis se negó a compartir camarote. «Y entonces yo pensé:’ ¿Pero esto qué es? Fuera’».

En el otoño de 1971, Concha Velasco compartió escena con Juan Diego en ‘La llamada de los dioses’, de Buero Vallejo. Los actores iniciaron una relación «con altibajos». «Juan Diego era una persona maravillosa, un señor estupendo». Gracias a él, Concha descubrió el ambiente político que bulle entre las bambalinas de los teatros y despertó en ella un compromiso político que hizo que, a partir de entonces, se definiera como una mujer de izquierdas. «Fue un amor de mi vida tremendo. Pero cuando me dijo que no podía casarse conmigo ni quería tener hijos, ese día se acabó Juan Diego».

Un quiero y no puedo (o no debo) fue Manolo Escobar, con quien Concha compartió cartel en varias películas. «Si a mí alguien me gustaba era Manolo Escobar». Pero el cantante estaba casado y Concha no solo lo respetó, sino que incluso se hizo íntima amiga de su esposa.

En 1976, la actriz anunciaba su embarazo, con 36 años. No tenía pareja conocida. Y de hecho, la identidad del padre de su hijo Manuel se mantuvo en secreto durante 41 años. Finalmente desveló que se trataba de Fernando Arribas, un prestigioso director de fotografía con el que comenzó una relación mientras rodaban ‘Las largas vacaciones del 36’. Aquello tampoco prosperó. Fernando estaba casado.

Crisis sobre el escenario

Y entonces, Paco Marsó. «No he conocido a nadie más guapo que Paco Marsó. Era impresionante de guapo», decía Concha del hombre de su vida. Ambos se conocieron fugazmente en 1964, durante la puesta en escena de una versión de ‘Don Juan Tenorio’. Pero su futuro se enlazó definitivamente a partir de 1975, cuando coincidieron en el rodaje de ‘Mi mujer es muy decente dentro de lo que cabe’. Allí, bailaban juntos un tango. «Me enamoré locamente de Paco Marsó», reconocía en ‘Imprescindibles’, programa de TVE. Ella era siete años mayor. Se casaron en 1977. «No voy a decir que fuera un santo. No lo era. Pero yo tampoco». Con él tuvo Concha a su segundo hijo.

Los primeros años 80 fueron una época tormentosa, «de difícil tránsito». Ella trabajaba en ‘Yo me bajo en la próxima, ¿y usted?’, una pieza de Adolfo Marsillach en la que su pareja en escena, José Sacristán, se convirtió en uno de sus grandes confidentes y también en un hombro sobre el que llorar.

Un fracaso artístico fue uno de los grandes detonantes en la crisis de la pareja. En 2001 estrenaban el musical ‘Hello, Dolly’. «Fue nuestra gran metedura de pata», reconocía la Velasco. «Era un musical extraordinario, pero Paco [que era el productor] no consiguió ni un duro de subvención. Costó 600 millones de pesetas que tuvimos que pagar Paco Marsó y yo. La ruina económica propició un poco la ruina personal», confesaba la actriz, que en 2019 saldó finalmente todas sus deudas. «Paco no afrontaba las cosas. Cuando tenía que dar la cara, estaba ‘missing’ y me tocaba a mí solucionarlo todo».

Las deudas le obligaron a vender su casa de La Moraleja y un piso que tenía en la avenida de San Luis. «Fue un mal momento personal», recordaba Concha después, una vez pasado el tiempo. De hecho, durante una temporada tuvo que vivir en un hotel.

Concha y Paco Marsó, después de tantos años de encuentros y desencuentros, oficializaron el divorcio en 2010. Por entonces, él se había enamorado de una mujer más joven. Cinco meses después del divorcio, el 5 de noviembre de 2010, Paco Marsó moría los 63 años de edad. Y Concha decidió no hurgar en heridas del pasado. «De los muertos no se habla porque no están para defenderse. Nuestras diferencias eran notorias, pero he decidido recordar solo lo bueno de Paco», decía. Después de él, aseguró, no hubo ninguna pareja más en su vida. «Nunca, nadie, jamás».

Cuando hacía balance de su recorrido sentimental, Concha Velasco lo tenía muy claro: «Yo he sido siempre la malquerida. A mí no me han amado tanto como he amado yo».



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Antea Morbioli

Hola soy Antea Morbioli Periodista con 2 años de experiencia en diferentes medios. Ha cubierto noticias de entretenimiento, películas, programas de televisión, celebridades, deportes, así como todo tipo de eventos culturales para MarcaHora.xyz desde 2023.

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