Joel, transformación hacia el culturismo, el entrenamiento y la lucha … – Men’s Health

Me inicié en el mundo del gimnasio con 16 años pesando unos 65 kg, siempre había sido un niño delgado y una estructura delgada. Además, siempre he amado el deporte y por aquel entonces tenía muchísima actividad física, lo que no me ayudaba a coger algo de peso.

Después de primer año en el gimnasio, lo dejé. Era un chico inseguro y que no le gustaba lo que veía en el espejo. En el primer año eso cambió parcialmente, gané autoestima y confianza y me eché una novia. Eso, junto a que necesitaba una nota alta en bachillerato para entrar en la carrera que acabé sacando, biología, hizo que abandonase el gimnasio. Ya en segundo de carrera y con unos kilos de más, decidí retomar el mundo del gimnasio y el cuidarse, ya que siempre me había gustado y estaba empezando a no gustarme de nuevo debido a la dejadez. Poco a poco el gimnasio se fue convirtiendo en un espacio para estar conmigo mismo, desarrollarme mental y físicamente y un lugar donde descargar el estrés del día a día. Fueron tiempos duros porque estudiaba y trabajaba a la vez y eso sumado a la inexperiencia y las ganas de tener resultados rápidos convertían este mundo tan bonito en algo un tanto frustrante.

Cuando empecé en el gimnasio no había tanta información o yo no supe buscarla. Comía con todos los clichés que desgraciadamente estan hoy todavía instaurados: los hidratos por la noche engordan, el pan es malo, comer poco y soso… No miraba la proteína que comía ni nada, fué un desastre. Cuando retomé el mundo del gimnasio después de un tiempo, comencé a comer muchísimo mejor, me empecé a interesar por el mundo de la nutrición y, junto con la formación que adquiría en la carrera, fuí adoptando unos patrones alimenticios muy buenos, aunque muy flexibles también. Perdí el miedo a comer mucho, no obstante, muchas veces seguía comiendo fatal en eventos sociales, muchos fines de semana salía de fiesta y consumía mucho alcohol… Hacía casi toda la semana bien para destrozar toda mejora el fin de semana. Todo esto cambió cuando me inicié en YouTube con el fin de inspirar a las personas a dar un cambio a través de mi cambio. A partir de ahí, empecé a comer mucho mejor y a encontrar un equilibrio más favorable para mi físico y mis ambiciones estéticas. Ya no existía una dualidad tan grande, dejé el alcohol y los atracones desmedidos y empecé a tomarme más en serio los entrenamientos, tenía una meta que creo que a día de hoy estoy consiguiendo. Después de unos 3 años con estos últimos patrones que te describo, me apatecía hacer algo que siempre había pensado: Competir. Para ello, el equilibrio y la flexibilidad no están permitidos y desde hace un año y medio intento cumplir con una alimentación muy estricta (que no poco disfrutable) para poder sacar máximo rendimiento a mi desarrollo muscular.

Empecé a entrenar por mis inseguridades y, porqué no decirlo, para gustar a las chicas. Mis primeros entrenamientos eran dantescos, llenos de clichés y de mitos: hacer 1000 abdominales para sacar ”tableta de chocolate”, evitar repeticiones altas, técnica de los ejercicios pésima, intensidad cuestionable… Cuando retomé el gimnasio después de un tiempo me empecé a formar y hubo un salto de calidad grande en los entrenamientos: ya tenía una rutina constatada y a la cual sacarle partido semana tras semana. Recuerdo que hacía una torso-pierna de 4 días donde casi siempre el segundo día de pierna lo sustituía por una rutina de calistenia con los amigos u otros deportes. Todo cambió desde que me inicié en YouTube con el objetivo de inspirar a las personas con mi cambio. Empecé a poner en práctica todos los conceptos que había aprendido en esos últimos años y a tomarme en serio los entrenamientos para sacar el máximo rendimiento y mejorarme día tras día, semana tras semana. Weider, push pull legs, torso-pierna de nuevo… He probado muchas rutinas de entrenamiento para concluir lo que muchos decían: la mejor rutina es la que se adapta a tus necesidades. La intensidad en el entrenamiento, la sobrecarga progresiva, los tiempos de descanso adecuados entre series, aplicar la mejor técnica posible y la disciplina semana tras semana a pesar de trabajar y estudiar a la vez, fueron las que me llevaron a mejorar mi físico y mi mente en estos últimos años. Yo me quedé con la rutina push-pull-legs de 5 días donde los músculos repetidos iban rotando por semanas, depende del bloque en el que me encontraba hacía frecuencia dos en empujes, tirones o piernas.

El deporte entró en mi vida a través de las inseguridades y el disfruté de llevar a mi cuerpo al límite. Siempre he practicado deporte con estas dos visiones dentro de mí: mejorar y disfrutar. Empecé jugando a futbol en pachangas con los amigos, saliendo a correr a las 6 de la mañana antes de ir a las clases en el instituto, haciendo ejercicios aleatorios de calistenia en un parque con una sola barra… Hasta que cumplí la edad para apuntarme al gimnasio, me desarrollé un poco ahí y conseguí batir esas inseguridades con la mejora de mi físico, ¡conseguí tener novia por primera vez! El error fue haber abandonado, era demasiado joven para ver lo muy bien que me hacía el mundo del quererse y el cuidarse. En los siguientes años entré en el mundo de no quererse y no cuidarse: 0 actividad física, salir de fiesta cada fin de semana, no cuidar mi alimentación… Lo que dio como resultado el mismo punto de partida.

Desde hace tres o cuatro años que es mi tiempo en redes sociales mi objetivo siempre ha sido el mismo: Acercar el mundo del quererse y cuidarse a las personas. Descubrirles este mundo maravilloso donde todo está en sintonía, donde tu cuerpo y tu mente van a la par para conseguir tus objetivos y un bienestar superior. Todo, a través de mis vivencias, mis consejos para que no caigan en los mismos errores que yo cometí, en mis ambiciones y siempre queriendo meter ese enfoque, ese añadido de diversión al deporte. Entrenar no es aburrido, entrenar no es una tortura, entrenar te puede cambiar la vida y te la puede hacer mas disfrutable. Desde hace poco me inicié en el mundo del culturismo natural y ahora, como añadido a lo anterior, está intentar ganar algún campeonato regional, nacional y quien sabe si algún día, internacional.

Joaquín Gasca es experto en deportes de competición, tecnología y motor. Hace un tiempo que colgó las botas de tacos para centrarse en el pádel y el running… cosas de la edad, se queja. Pero también se apunta a cualquier bombardeo que tenga que ver con poner su cuerpo al límite, sea al volante de un Aston Martin o yendo a la oficina en patinete.    

Es muy del Atlético de Madrid, así que cuando futbolistas como Marcos Llorente o Álvaro Morata han protagonizado la portada de Men’s Health, allí estaba él para escribirlas. Acaba de correr su primer maratón para Runner’s World, y como pasa en este universo, ya está buscando el siguiente para bajar de las 3 horas. Si hay que testear cualquier tipo de pala de pádel, vehículo o reloj, no pone problema. Incluso zapatillas. Lo que haga falta en equipación deportiva.    

Joaquín se graduó en periodismo por la USP-CEU en 2013, pero desde 2009, cuando entró en el periódico de la Universidad, ya comenzó a ejercer de “periodista” 360 en digital y papel. Los siguientes pasos de sus casi 15 años de carrera los dio haciendo cultura y deporte en la revista Shangay, hasta que entró en Hearst una semana antes del inicio de la pandemia en 2020. También es profesor de redes sociales y nuevas tecnologías en la Universitas Senioribvs CEU y forma parte del Innovation HUB de Hearst para investigar sobre nuevas tendencias.