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Las luces y sombras del José María García presidente – Relevo



“La tranquilidad de mi vida solo la rompe el fútbol sala y un equipo que se llama Movistar Inter. Sufres como un perro, porque lo quieres y lo has parido tú y casi lo has inventado tú”. Así se confesaba José María García (Madrid, 1943) en los micrófonos de la Cadena Cope, la que fue su casa durante ocho años, en un cara a cara con Juan Antonio Alcalá una noche de canícula, el 24 de julio de 2018.

‘Supergarcía’ marcó una época en la sociedad española y su impacto transformador en la prensa deportiva ya ha sido analizado y glosado en una biografía, un documental e innumerables artículos, podcasts y entrevistas, desde su retirada en 2002. Sin embargo, su faceta de propietario de un equipo de fútbol sala, que ha acaparado 46 años de su vida, es desconocida para muchos.

Un dirigente del fútbol sala coetáneo no duda en afirmar a Relevo que “el José María, propietario de Movistar Inter, abriría muchos programas de ‘SuperGarcía'”. Al igual que en la radio deportiva, el periodista fue un personaje clave para entender el boom del fútbol sala en España. Realizando una retrospección en su labor como dirigente durante casi cinco décadas, hay claros y oscuros, aciertos y errores como los que ha reconocido en el periodismo, que merecen ser contados.

“Consejos vendo, que para mí no tengo”, sentencia un ex jugador histórico para cerrar una jugosa charla sobre García. Sin ningún afán revisionista del personaje que fuera azote mediático de aquella populista estirpe de presidentes de clubes de fútbol de los años 90, cuando se pone al dueño de Movistar Inter frente al mismo espejo, su trayectoria como gestor deportivo arroja una interminable retahíla de luces y sombras con jugosas escenas, que nunca nadie había recopilado.

“Tengo pasión, devoción, vicio por el fútbol sala”. De esta manera explica García en la serie de Movistar Plus+, su amor por un deporte que conoció gracias a Adolfo Suárez y a la Asociación Cristiana de Jóvenes (Young Men’s Christian Association). YMCA, bajó la dirección del ex presidente del gobierno, fijó su sede en un complejo situado a las afueras de Madrid, en la carretera de Andalucía, kilómetro 16,200.

Allí se organizaron los primeros trofeos de una modalidad que fue una auténtica fiebre en los años 70, como el pádel o el crossfit más recientemente. Cautivado por el fútbol sala y con 29 años, el periodista dejó de lado las pachangas de tierra y se volcó en el parqué. 1977 es la fecha de nacimiento del club más laureado del mundo, el Hora XXV, y en 1979 también Interviú. La unión de la revista y el programa radiofónico de la Cadena Ser, en los que dejaba la impronta profesional de su estilo pionero.

A su lado, ilustres ex futbolistas como Amancio Amaro, Ufarte, Adelardo o Peinado y otros periodistas. García era lo que hoy se llamaría un pívot de movilidad. Un goleador compulsivo. Diestro. Escurridizo. Habilidoso. Competitivo. Camiseta naranja ‘butano’ y pantalón negro. Con el 9 a la espalda, un dorsal que desde su retirada no ha vuelto a utilizar ningún otro jugador en la historia del club.

Cuando se habla de la guerra más famosa de las ondas, una generación de oyentes se retrotrae automáticamente a los años 90 y piensa en José María García y José Ramón De la Morena y en una lucha sin cuartel por monopolizar las audiencias nocturnas. Sin embargo, 10 años antes, el periodista ya protagonizó una rivalidad encarnizada con otra leyenda radiofónica como Juan Manuel Gozalo, con el fútbol sala como leitmotiv.

El histórico conductor de Radiogaceta de los Deportes fue el otro gran prescriptor del fútbol sala en la década de los 70. Al igual que García, creó un club, el Unión Sport con profesionales de Radio Nacional y Televisión Española como José Ángel de la Casa, Jesús Álvarez y Rafa Recio en la portería. Era la némesis futsalera de Interviú-Hora XXV y ambos periodistas se retaban desde los micrófonos de sus programas, mientras sus equipos encadenaban victorias, derrotas y títulos.

El enfrentamiento se hizo insostenible y en diciembre de 1982 terminó por estallar. Tras una derrota de Interviú-Hora XXV ante el Unión Sport (0-1) en un abarrotado pabellón Magariños, con Juan Gómez ‘Juanito’ en el palco, García decidió abandonar la Liga de la Asociación Española de Clubes de Fútbol Sala (AECFS), presidida por Gozalo bajo el paraguas de la Real Federación Española de Fútbol, denunciando “adulteración arbitral” entre otras cuestiones.

Con su arrollador carisma, convenció a otros equipos disconformes con la gestión de la competición y García lideró una asociación paralela de clubes (ASOFUSA) abanderando la creación de la Federación Española de Fútbol Sala (FEFS), para no jugar en una competición regida por la RFEF, bajo el mandato por aquel entonces del “ínclito” presidente Pablo Porta, con el que mantenía una agría polémica en sus programas nocturnos.

Detrás de aquel órdago institucional al dirigente que inspiró una de las más legendarias frases del locutor, “Pablo, Pablito, Pablete”, son numerosas las voces que señalan a Relevo que estaba “la firme convicción de García de saber que no podría ganar a Unión Sport”, que contaba en sus filas con Claudio y Richi, los dos primeros brasileños que jugaron en el fútbol sala español.

En la nueva competición ya sin su acérrimo rival, paradójicamente Movistar Inter cedió el título de 1983 ante el Virgili Cádiz. No obstante, sí ganó las cinco ediciones siguientes de manera consecutiva desde 1984 hasta 1989, fecha de la unificación en la que José María García tuvo un papel clave y que desembocó en la creación de la Liga Nacional de Fútbol Sala, presidida por Aurelio Gómez Araujo, ‘Yeyo’.

La historia es cíclica y muchos directivos recuerdan que aquel comportamiento guerracivilista de García tiene ciertas similitudes con el que protagonizó con Luis Rubiales como aliado, en julio de 2019, rompiendo la unidad de la LNFS. 37 años después el deporte que tanto ama volvía a desangrarse en un enfrentamiento cainita que él lideraba. Cuatro años después, el fútbol sala se afana en encontrar la normalidad institucional entre los equipos afines a la RFEF y los leales a la asociación de clubes, presidida por Javier Lozano.

Periodismo y fútbol sala son los ejes cardinales de la vida de García y después de tanto tiempo, acaban cruzándose en el particular ‘Manual de estilo’ del comunicador y del presidente. Si recientemente García admitió que “he llegado a ‘secuestrar’ a Pepe Legrá. Lo metí en un apartamento de un amigo durante tres días. Le subían la comida para que no pisase la calle y nadie le entrevistase”, no hay que descartar que algún día ofrezca algo de luz sobre la misteriosa ‘desaparición’ de Mauro. Un jugador brasileño que deslumbró con el Toledeport durante la primera vuelta de la competición en 1983.

Un portento técnico que lideró una sonrojante goleada (6-3) en el pabellón El Salto del Caballo (rebautizado en 2005 con el nombre de Javier Lozano) al Interviú Lloyd’s, entrenado por el mismísimo Ángel Vilda.Toledeport no había perdido ningún partido y era el claro favorito al título aquella temporada. Con motivo de las vacaciones navideñas, el ídolo de la afición toledana regresó a su país en diciembre y ya no volvió. El club de la ciudad imperial acabó perdiendo aquella Liga en detrimento del club de José María García.

Aunque Toledeport llegó a poner una reclamación en la extinta Federación Española de Fútbol Sala, en junio de 1984, ‘Súper’ Mauro fue presentado como nuevo jugador del conjunto madrileño. El jugador carioca le tomó prestado el apelativo a la persona que le había contratado con uno de los mejores contratos de la época, que motivó una demora de seis meses en su vuelta a España, tan injustificada como estratégica para los intereses interistas.

La obligatoriedad de tener primero en sus micrófonos a los protagonistas deportivos del momento antes que la competencia era igual de perentoria y agresiva que la de contar con los mejores jugadores en su equipo a costa de tus rivales. El fin siempre justificaba los medios. Nada ni nadie podía eclipsar a Interviú Lloyd´s ni siquiera a Antena 3 Radio en la Liga de Medios, que se disputaba en el pabellón madrileño de ‘La Ermita’ a principios de los 90.

El único requisito para participar era presentar una nómina de trabajador del periódico, radio o televisión para el que jugabas. El equipo radiofónico de ‘Supergarcía’ llegó a contar en sus filas con internacionales como Miguel Ángel Cobeta, debidamente dados de alta en la Seguridad Social al mismo tiempo que tenían licencia en vigor en la División de Honor con el club, propiedad del periodista en la LNFS.

El deporte de moda

José María García fue el mejor altavoz posible para un incipiente fútbol sala en los años 90. Era la voz con la que se acostaban millones de españoles cada noche. Se la atribuye la autoría del eslogan “El deporte de moda” con el que Antena 3 Televisión retransmitía los partidos. El periodista puso un enorme foco sobre la competición en la que jugaba y ganaba su club. Incluso, con tanto brillo que a algunos les deslumbró. Y es que hasta la luna más brillante siempre tiene una cara oscura. Y en una época de feroz competencia entre los medios de comunicación, muchos periodistas rivales aquellos días, hoy reconocen que ‘regateaban’ minutos o palabras “al futbito de ‘SuperGarcía'”.

En una entrevista en Plaza Radio con Paco Polit, Eduardo García Belda ‘Miki’, leyenda del futsal como jugador y entrenador, no dudó en afirmar que “era el que más publicidad hacía en la radio” y recordó que José María García “no jugaba mal”, pero solo tenía minutos “cuando jugaban contra los malos”. El técnico valenciano definió la final del primer Campeonato de España, que perdió Disco Centro Valencia (5-4) ante el Interviú Hora XXV “como el mayor guinde en la historia del fútbol sala. Fíjate el guinde que vio José María, que al acabar el partido entró en el vestuario y nos dijo: lo siento mucho, pero para el bien del fútbol sala era necesario que ganáramos nosotros”.

Fue el primer trofeo de un total de 61 títulos, que jalonan un palmarés inigualable. Llegó el 28 de junio de 1980, con un gol decisivo de Peinado en la prórroga después de que los madrileños remontasen el 2-4 de los valencianos con el que se llegó al descanso. “Un deporte que, a juzgar por las repletas gradas de Magariños, cada día tiene más adeptos”, reflejó la crónica del diario Marca. “Lo que no es permisible es la mala intención y la verdad es que todos los allí presentes vimos demasiadas patadas y zarandeos sin estar el balón en juego”, escribió el cronista.

“En este equipo solo se pueden dar tres resultados: ganar, vencer o triunfar”. Es una frase de José María García que resuena de manera atronadora en las paredes de muchos vestuarios que ha ocupado Movistar Inter y que resume la filosofía del club más laureado del mundo. En la permanente búsqueda de la excelencia en antena como en la pista, el periodista encuentra en Manuel Saorín el lugarteniente perfecto para construir el mejor equipo del mundo. Delegado, entrenador, mánager general y presidente hasta su fallecimiento en 2007.

Fue su persona de confianza, que le reportaba en las radios donde trabajaba el día a día del equipo, cuando la vorágine de la actualidad le impedía disfrutar de su otra gran pasión. Si las broncas en antena a reporteros como Roberto Gómez o Pipi Estrada eran épicas, nos preguntamos que sucedió cuando en marzo de 2003, cuando la UEFA apartó a Boomerang Interviú de una final de la Copa de Europa por la alineación indebida de Javier Orol. El máximo organismo del fútbol europeo mandó una notificación de advertencia al club madrileño, pero nadie revisó el fax en un apartamento de la calle Arturo Soria que era la oficina del club. ¿Se imaginan el soliloquio herciano de García si le hubiera sucedido algo parecido al Real Madrid de Ramón Mendoza?.

Desde entonces, García contrató a una secretaria para Movistar Inter. Aquel varapalo fue clave para transformar el equipo en un club. Su retirada de los micrófonos de Onda Cero supuso un punto de inflexión. ‘El Jefe’ como le llamaban periodistas y jugadores “pasó de ser el alma mater del club a ejercer de dueño de verdad. No sabía qué hacer con tanto tiempo libre y se volcó en el equipo”, recuerda un dirigente. Conformó un organigrama con leyendas como Jesús Clavería, Julio García Mera o Daniel Ibañes para superar el adiós de Manuel Saorín, que falleció en 2007. La presidencia del club quedó en la familia de confianza del periodista. Ostentándola su hermano Pascual hasta 2010 y su hijo, José Manuel Saorín, en la actualidad.

“La gente, cuando se enteraba de que tu jefe era José María Garcia, siempre te preguntaba: ¿Qué? ¿Y cómo es? ¿Y que tal como jefe?”. En el libro ‘La Futbolería’, escrito por Miguel Ángel Méndez, Julio García Mera recuerda cómo en su último año de capitán tuvo “una enganchada buena” con el periodista. “Le dije a mi mujer ‘Mami, ve haciendo las maletas”. Citado por el director general Jesús Clavería, el dueño del equipo le ofreció ser el director deportivo. “Ese gesto, esa oferta que me regaló lo dice todo. Muchos en su lugar no lo habrían hecho”.

“Movistar Inter me cuesta Dios y ayuda. Parezco un vendedor de publicidad. Este equipo es el mejor del Mundo y tiene un presupuesto”. Así explicaba García a Paco Grande en ‘Conexión Vintage’ de Teledeporte el plan de negocio de Movistar Inter. Imaginen la ingente cantidad de dinero que ha hecho falta para lograr 61 títulos en 46 años de historia. 14 de Liga, 11 Copas de España, 14 Supercopas y 5 Champions League. La realidad es que, desde su fundación, el club se ha financiado con patrocinios que el propietario, como personaje de inmensa relevancia política y empresarial, se encargaba de gestionar (Grupo Zeta, El Corte Inglés, Fadesa, Air Europa o Telefónica).

El naming ha ido variando en función de los acuerdos comerciales que cerraba el periodista en primera persona hasta completar los 5 millones de euros presupuesto que llegó a tener el equipo en su última época esplendorosa, siendo el único equipo en la historia de la LNFS en encadenar 5 Ligas consecutivas (2013-2018). Desde el primigenio Interviú-Hora XVV, a Interviú Lloyd’s o Boomerang Interviú. Airtel Boomerang, Antena 3 Boomerang, Interviú Fadesa, Inter Movistar y finalmente Movistar Inter y un llamativo pero lucrativo cambio de color en las camisetas. Pasando del azul más corporativo con la empresa de Telefonía y relegando el clásico verde a la segunda equipación.

En las últimas temporadas, el equipo ha sufrido un drástico recorte de presupuesto, situándose por detrás del Barça y ElPozo y bajando de la barrera de los 2 millones. La llegada de la pandemia generó dudas en la sostenibilidad del proyecto, que ha repercutido directamente en la confección de la plantilla. El ‘downgrade’ económico en el que está inmerso Inter está directamente relacionado con la pérdida de influencia del periodista ante la llegada a los consejos de administración y departamentos de márketing de muchas de esas empresas ‘amigas’ de una nueva generación de profesionales, que para saber quién es José María García recurren a Google o incluso a sus padres o abuelos.

Más allá de los títulos y el ímprobo esfuerzo en la búsqueda de recursos para su equipo, García reconoce que “me compensa con estar con los chicos y vivir desde dentro un deporte tan profesional como el fútbol sala”. Uno de esos afortunados reconoce que “José María nunca ha dejado de ser jugador. Es el Jefe, pero es uno más”. A todos los efectos, su poder en el club es omnímodo, como lo era en las redacciones en las que dirigió. Lo que en otras entidades sería invasivo, en Inter está a la orden del día. El dueño puede sentarse a comer al lado del mejor jugador en una comida o entrar en la habitación de cualquier hotel en una concentración para hablar de fútbol sala.

“Sois el mejor equipo del Mundo. El más laureado. Eso no ha tocado en una tómbola. Eso se ha logrado sufriendo y jodiéndonos en el campo”. Es el extracto de unas palabras de José María García a sus jugadores antes de jugar una final de la Copa de España en el Wizink. En plena polémica por el reglamento audiovisual del fútbol español, en el fútbol sala, la influencia del conocido periodista transciende más allá del palco y llega al vestuario.

Los profesionales de Movistar Inter han normalizado la presencia del dueño del equipo en las charlas técnicas previas al partido. Nadie se extraña. Habla con la propiedad de una persona que ha jugado y ha estado ligada al fútbol sala durante casi cinco décadas, pero también con el fervor de un hincha. “Hay que salir presionando y comiéndoles los huevos”. Es otro de esos ilustrativos pasajes, que recogieron las cámaras de Eurosport, revolucionando las retransmisiones de fútbol sala de 2017 a 2019.

Si comentar un partido del Real Madrid no es fácil, tampoco lo es hacerlo con uno de Movistar Inter. En su permanente cruzada contra el periodismo deportivo actual, Relevo puede confirmar que José María García expresó a la Liga Nacional de Fútbol Sala su “malestar y disconformidad” por la elección de Alfredo Duro (El Chiringuito, Mega) como comentarista en Energy.

Con la misma naturalidad que entra en el vestuario de su equipo, se pasea por el parqué durante el calentamiento o al final del partido. Charla con su entrenador o se sienta en el banquillo con el técnico rival. Saluda a su plantilla y a la visitante. No hay protocolo ni acreditación que valga para José María García. Lo mismo se fuma un puro dentro de un pabellón para festejar un título, que baja a interesarse por un jugador lesionado rival y le acompaña en la camilla.

Es habitual verle celebrar Ligas a pie de pista y acto seguido, aplaudir a la afición rival en señal de admiración como hizo en Torrejón con los ‘Dracs’ en 2017. Un respeto que no siempre ha sido reverencial y mucho menos bilateral, sobre todo en Segovia, donde llegó a tener que salir escoltado del pabellón Pedro Delgado ante una iracunda multitud, que no le perdonaba su guerra particular contra el reconocido exciclista segoviano a finales de la década de los 80.

Y es que su manera de actuar también le ha granjeado problemas. No todo el mundo considera que García tenga que tener patente de corso en un parqué. El episodio más controvertido tuvo lugar en la final de la Copa de España en 2014 que ganó el Inter Movistar a ElPozo Murcia. El título se decidió en los últimos segundos de la prórroga y el partido acabó de la peor manera posible. Con insultos, empujones y malos gestos en los que se vio involucrado el veterano periodista y el técnico hispano-brasileño Duda al que llamó “gilipollas” en dos ocasiones, perdiendo los papeles al más puro estilo José María Caneda (presidente del Compostela), que tuvo una sonada pelea con Jesús Gil en 1996.

Con el presidente del Atlético de Madrid guarda muchos paralelismos en materia de entrenadores. Una cuestión sobre la que habló amplio y tendido en sus tiempos como periodista, pero como propietario ha demostrado ser también un devorador de técnicos, teniendo en cuenta que Javier Lozano, bicampeón del Mundo, aguantó menos de una temporada a sus órdenes y fue cesado por Saorín, faltando dos partidos para disputar el play-off, por su negativa a renovar para centrarse en su faceta de seleccionador. Su víctima más reciente ha sido Pato, despedido tras seis jornadas de Liga.

El último técnico destituido había sido David Marín en 2011, una rocambolesca temporada en la que llegó a tener hasta cuatro inquilinos en el banquillo tras despedir a Chema Jiménez a solo una jornada de que acabase la fase regular de la Liga y comenzase el playoff. Tuvo que recuperar a Daniel Ibañes, que se había marchado del club, para finalizar la Liga y el 19 de junio desembarcó Jesús Velasco, con contrato hasta el 30 de aquel mes en Caja Segovia, para dirigir al equipo en una Intercontinental en Brasil.

Después de Jesús Candelas (el técnico más longevo en Inter llegando a completar una década maravillosa), el actual entrenador del Barça ha sido el que más éxitos le ha dado a Inter con seis temporadas de ensueño. Sin embargo, en la permanente búsqueda de la excelencia de García, no ha dudado en criticar públicamente el juego de su equipo. Para el recuerdo, queda una entrevista con Miguel Ángel Méndez en Eurosport tras unos cuartos de final de una Copa de España en 2017.

“Desde el entrenador hasta los jugadores ha sido un despropósito. Yo no hago de técnico, pero llevo 40 años y he mamado el fútbol sala. A otros les podrán engañar, pero a mí no. Ahora me van a escuchar, se lo voy a repetir en directo. Hay que reconocer los errores. Hoy ha sido cagada tras cagada. El más tonto hace relojes. Es difícil enfadarse ganando: ‘Van a decir, este sopla…'”, finalizó.

Una rajada en toda regla. Nada que envidiar a las declaraciones que ofreció en D5 Radio tras proclamarse campeón de invierno en 2019 con Tino Pérez en el banquillo, el último técnico que le hizo ganar un título de Liga en 2020. “Es imposible jugar peor, pero ¿qué les vas a decir? Es que no jugamos a nada, es horrible lo que estamos haciendo. Somos primeros porque tenemos mucha calidad. Hay que hacer un ‘renove’ en el que ya estamos trabajando, y pronto se va a conocer”, desveló.

El mercado de los fichajes es su otra gran pasión tras décadas fichando a un selecto elenco de estrellas. Si en los años dorados tuvo problemas para someterse a un presupuesto prometiendo primas dobles no estipuladas en las previsiones económicas (“El equipo es mío y hago lo que quiero”, rememora un ex jugador), cualquier trabajador del club asume el intervencionismo de García para desempeñar su trabajo en Inter. Era tal su relación de confianza con determinados agentes, que en 2013 llegó a incorporar a un ex jugador y representante como Javier Lorente como director deportivo. Algo parecido a lo que ha hecho esta temporada en el Barça, Joan Laporta con Deco.

“Se gastan fortunas en el baloncesto con unas pérdidas terribles, cuando la mayoría de los grandes fenómenos del fútbol han salido del fútbol sala. Maradona, Romario, Neymar… No entiendo cómo los equipos de fútbol no tienen equipo de fútbol sala”, aseveró en 2018 en El Mundo. Su relación con los equipos de LaLiga EA Sports es tormentosa, a pesar de que en 2016 mantuvo contactos con Miguel Ángel Gil para formar una alianza entre Atlético de Madrid y Movistar Inter, que no fructificó por las altas exigencias económicas del periodista.

Su enfrentamiento con Florentino Pérez le ha cerrado las puertas de Real Madrid al fútbol sala. Un socio compromisario recuerda como en una Asamblea le propuso la creación de un equipo en la Liga Nacional de Fútbol Sala y el dirigente blanco le espetó: “Ese es el deporte del periodista de la noche”. Una afirmación que ratificó García en una entrevista en Radio Marca en 2018. “El Real Madrid tendrá equipo de fútbol sala el día que yo me vaya”, admitió el periodista.

La apuesta de Sandro Rossel por el fútbol sala en el FC Barcelona en 2007 puso fin a la hegemonía de Inter con tres títulos de Liga consecutivos (2010-2013). García vio amenazado su dominio cuando el equipo azulgrana le arrebató a Jordi Torras (actual Team Manager culé) en 2010 y a Gabriel Dias en 2011, a pesar de que el ala brasileño le había dado su palabra para renovar. Luego hubo más jugadores que cogieron el puente aéreo en dirección a la Ciudad Condal. El dueño del equipo madrileño estalló con los fichajes de Bateria en 2014 y el de Mario Rivillos en 2017 llegando incluso a poner en duda su profesionalidad por “no cumplir una serie de comportamientos que exigimos”.

“Llegamos a un acuerdo con el Barcelona, entre los dos grandes clubes, de no poner el mercado por las nubes, pero el presidente del FC Barcelona, el señor Bartomeu, me defraudó al incumplir la palabra con el fichaje de Bateria. Yo podía haber hecho lo mismo, pero no lo haré ni jamás lo haré. Ahora lo han vuelto a hacer con Mario Rivillos. Allá la conciencia de cada cual, pero el señor Bartomeu me ha defraudado. Si lo hace en un deporte menor como el fútbol sala, ¿tiene categoría para ser presidente del Barcelona? permítame que lo dude”, manifestó José María García en los micrófonos de Esport3 en marzo de 2019. “Decidles a los seguidores del Barcelona que tengan cuidado con este presidente”, sentenció en otra entrevista de infausto recuerdo.

Estas declaraciones tuvieron una durísima réplica en febrero de 2020 por parte de Tatono Arregui, presidente del Osasuna Magna. “En 2017, un saltimbanqui dijo, respondiendo contundentemente al Barça, que no se podía actuar de esta manera, y que si hace esto en el fútbol sala, no me quiero imaginar lo que hará en el fútbol. Se han roto equilibrios. No hemos tenido opción con los dos jugadores que parece ser que han fichado por Interviú”, denunció tras no poder renovar a Dani Saldise y Eric Martel. “La clase no es una cuestión de dinero: se tiene o no se tiene. Y más allá de que es un club modélico, con un cuerpo técnico maravilloso, predican con una cosa y hacen otra”, espetó ante los medios.

Aunque García ha tratado de devolverles los golpes al FC Barcelona con ofertas a Fernandao, Paco Sedano, Sergio Lozano o incluso a Ferrao, todavía no ha conseguido sacar a ningún jugador de Can Barça, que sigue expoliando el talento de Inter como hizo con Pito en 2021. El único jugador que no fue seducido por los colores azulgranas fue Ricardinho. El dueño de Inter le convirtió en el mejor pagado de la historia, pero en el adiós del seis veces mejor jugador del mundo en 2020 operó con la misma frialdad que Florentino Pérez en la marcha de Sergio Ramos o de Cristiano Ronaldo.

Ya en 2018 dejó otra frase para el recuerdo en Eurosport. “Ni puedo, ni debo ni quiero renovarlo. Ya tiene contrato. Si se va, nos deja jodidos, pero con un buen paquete”, ante una mareante oferta del Sporting de Portugal. Cruces de declaraciones y una historia de amor-odio, que acabó en 2020 sin la merecida despedida a un ídolo, tal y como desveló el astro portugués. “Es muy buen jefe. Cuando me fui, le mandé un mensaje para hablar con él personalmente antes de irme y no ha venido, no ha querido o no ha tenido los huevos o como queráis decir para venir. Siempre ha intentado dar lo mejor para el fútbol sala y para el equipo”, aseveró Ricardinho.

Y esa es la realidad. Para unos, héroe y para otros, villano. Es difícil disociar por su transcendencia social, la figura del periodista con la del dueño de un club de fútbol sala, cuyo escudo lo conforman un micrófono y una pluma. El personaje de la persona. El apasionado del gestor. Con el paso de los años, sigue siendo igual de respetado que temido, pero su figura ya no es incólume por muchas decisiones de difícil justificación para el que fuera adalid en la lucha contra la corrupción en el deporte español. La voz más inquisidora de la Real Federación Española de Fútbol en otras épocas es muy tenue cuando tu club ha recibido de la RFEF las dos últimas temporadas una subvención de 250.000 euros anuales por promover el fútbol sala en cinco comunidades autónomas con la Gira Megacrack.

Ojo al dato. Movistar Inter ha sido el único club beneficiado en 2022 y 2023 por este tipo de ayudas en Primera División, cuya cuantía supone el 25% del presupuesto medio de un club español. Lo que antaño sería al filo de la medianoche “un escándalo” para “cantar y contar las verdades del barquero” en ‘Supergarcía’, hoy es para la RFEF simplemente un proceso “reglado y que se lleva a cabo a través de una convocatoria pública”, eso sí ideada “como un traje a medida” por el destituido secretario general, Andreu Camps, según denuncian algunos clubes, que genera un desequilibrio económico en una competición tan igualada y un profundo malestar en la mayoría de equipos afines a la LNFS con la RFEF que hablan de “dopaje financiero”.

En una persona con semejante facilidad de palabra, su silencio, tras la pregunta de Jenaro Castro en ‘Plano General’ (La2 TVE) sobre Luis Rubiales el 21 de noviembre de 2022, y la escueta respuesta (“lo esperaba mucho mejor”), define la decepción de muchos clubes con la RFEF y también con José María García, al que acusan de quebrar el status-quo con la LNFS.

La escasez de recursos, la sequía de títulos, la pérdida de visibilidad y la inestabilidad institucional ya le hacen hablar abiertamente sobre un hipotético adiós, y de manera paradójica en los micrófonos de Onda Cero (su última empresa) Baleares culpando a la LNFS. “En los últimos años, el fútbol sala está perdiendo por la torpeza de la Liga. No puede llevar tantos años tirado. Estoy bastante disgustado. Lo mejor que puedo hacer es marcharme”, afirmó el pasado 9 de mayo, dejando en el aire el último capítulo de esta historia.

Gustavo Muñana

Gustavo
Muñana
es
un
redactor
especializado
en
fútbol
sala.
Comenzó
trabajando
en
el
Diario
AS
y
después
pasó
por
SportsYA!.com
y
ha
colaborado
con
la
revista
GQ,
Radio
Marca
y



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Rohit Palit

Periodista deportivo y graduado en Ciencias de la Comunicación de Madrid. Cinco años de experiencia cubriendo fútbol tanto a nivel internacional como local. Más de tres años escribiendo sobre la NFL. Escritor en marcahora.xyz desde 2023.

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