«El sexo es el recurso más efectivo en el espionaje»

– Vuelve al mundo del espionaje. ¿Qué tiene este género para usted?

– Me siento muy cómodo. Creo que le he pillado el punto a llevar un ‘thriller’ rápido, animado. Vas aprendiendo y metiendo lo que aprendes. Al sentirme cómodo, me resulta fácil, dentro de lo que cabe.

– Al frente del reparto está Karlos Larrea, autor en este mismo campo. ¿Por qué un escritor?

– Me perecía divertido, una vuelta de tuerca para que la gente se plantee si me ponía ahí a mí mismo. Evidentemente, no. Pero la novela se mueve en cierta ironía, tiene más humor y hasta es más cínica. También tiene más proporción de sexo que de violencia. Y él es autor de una trilogía en otra zona conflictiva, como es Israel.

– Diana.

– Sí, parece que las veo venir todas. Cuando hice la trilogía que cerraba con ‘Moscú’ empezó lo de Ucrania, algo que ya vaticinaba la protagonista. Pero estamos siempre con noticias e informaciones, así que no resulta muy complicado ver por dónde van a ir los tiros.

– El escritor, en un momento estupendo es su carrera, conoce a una joven china, ‘agregada cultural’ de un consulado. ¿El cargo viene a ser un eufemismo para ‘espía’?

– Totalmente. te vale para todo. Lo bueno era coger va un autor en los 50, en la recurrente crisis de esa edad. Estás en el margen de jubilarte o divorciarte, ja, ja.

– Y se le complica el panorama.

– Sí, dentro de esa crisis, piensa que puede compensar lo afectivo con dinero, para tranquilizar su conciencia, y se va con alguien mucho más joven. Se revitaliza…

– Hasta que alguien del CNI le propone espiar a la espía. ¿El aficionado metido a agente secreto funciona siempre?

– Claro. Y en este caso, alguien que escribe sobre espionaje. Es otra vuelta de tuerca sobre sí mismo que plantea el libro. También aparecen los premios concedidos de tal o cual manera. Y el ego desmesurado de muchísimos autores.

– También salpimentan la novela esos juegos de palabras o expresiones que no se entienden de un idioma a otro.

– Sí, son recursos que son fáciles pero que funcionan muy bien, como lo del neófito de espía. Le dan cierta vidilla y hacen a la novela más simpática.

– ¿La cercanía y el talante tienen que ver con la presencia inevitable del humor?

– Si, era algo necesario. Todas mis novelas tienen algunas pequeñas gotas de humor ácido. Pero en esta hay más, como esa crítica al mundo literario, en la que me incluyo. En este caso, tiene más humor.

– Hay toda una serie de sorpresas en la trama. ¿Esos giros son esenciales?

– He querido gratificar a los seguidores de esa Trilogía delEste, a través de algún regalo. Quien no la haya seguido no se pierde gran cosa, pero sí que mete a todas las novelas en un universo, en un mundo ‘real’, un mismo espacio-tiempo donde pueden interconectarse. Por ejemplo, cuando aparece el personaje de Valero como responsable del CNI.

Coches, catedrales y festivales

– Hay otras conexiones, como el Guggenheim con una muestra de automóviles, o la Sagrada Familia. ¿Son templos de diferentes credos o momentos históricos?

– Pues sí, aunque no me lo había planteado. Evidentemente lo son. Gaudí quería que fuera la primera de las nuevas catedrales y el Guggenheim es el museo de referencia de arte contemporáneo. Ambos sitios me encantan.

– Si en geometría el camino más corto es la línea recta, ¿en el espionaje es el sexo?

– Creo que sí. Sin duda alguna, es el recurso más efectivo. Es lo que utiliza esta espía y le funciona muy bien. Los hombres somos así, ja, ja. No es tan sencillo, es un plan que han elaborado en dos o tres años desde China para llegar a la persona adecuada.

– Otro asunto es el festival Vitoria-NeGrasteiz. ¿Cómo valora esa primera edición que impulsó?

– Muy bien, ahora estoy en una fase muy aburrida que es la de elaborar las cuentas para presentarla a las instituciones. Vas aprendiendo y ves cosas que hay que mejorar o cambiar. También acaba de estrenarse Tartalo…

– ¿Cómo ve este nuevo panorama en la ciudad?

– Hemos hecho un cambio de no tener nada a que haya mucho más. Incluida la apertura de la librería de género (Caso 45). Hace un año era muy distinto. Queremos ampliar un día más el festival para el año que viene y tal vez salir a algún pueblo para hacer algo previo. También estarán el cómic y la literatura juvenil. Juan Gómez-Jurado se fue encantado y quiere volver. Y los autores locales, muy contentos.