La intrahistoria del traspaso que pudo cambiar la NBA con Pau Gasol como protagonista – Relevo
El 8 de diciembre de 2011, el periodista Adrian Wojnarowskipublicaba en Twitter una noticia que cambiaba por completo la NBA. Los Charlotte Hornets mandaban a ChrisPaul a los Lakers, donde haría pareja con Kobe Bryant. Era un traspaso a tres bandas, con Pau Gasol involucrado, enviado a Houston Rockets. Faltaban tres minutos para la medianoche en España cuando enviaba el primer post con la información el periodista de entonces Yahoo! Tres horas y 16 minutos más tarde, el mismo Woj confirmaba que el traspaso se había caído. Qué pasó en esas tres horas es una de las historias más insólitas de la era reciente en la NBA. Con David Stern, el anterior comisionado de la NBA como principal protagonista.
Para entender la historia hay que conocer el contexto de la NBA en aquel entonces. En diciembre de 2010, apenas un año antes, la liga tenía que comprar los New Orleans Hornets. La franquicia, en bancarrota, apuntaba a la quiebra pese a tener a Chris Paul en sus filas y venir de dos años seguidos de playoff. La liga tuvo que tomar el control de la franquicia, pagando 300 millones de dólares a George Shinn, propietario mayoritario, y Gary Chouset, minoritario. Una ciudad golpeada por el huracán Katrina apenas cinco años antes, la liga quería controlar el futuro de la franquicia hasta encontrar un propietario con mayor estabilidad financiera y que asegurar el futuro del equipo en el estado de Luisiana. Aunque el principal motivo era otro.
El 30 de junio de 2011 el convenio colectivo entre jugadores y la propia liga llegaba a su fin. Desde principio de temporada, NBPA y los 30 propietarios estuvieron negociando para llegar a un acuerdo — que finalmente no se llegó. La opción de tener una franquicia en bancarrota o incluso desaparecer ponía en riesgo cualquier negociación, y la estabilidad de la liga era la prioridad. David Stern, comisionado de la NBA, decidió que la mejor decisión era crear un grupo de personal para dirigir los aspectos deportivos. Sobre todo porque ambas partes, NBPA y liga, llegaron a un acuerdo para detener el lockout de la NBA, la huelga de jugadores, apenas dos semanas antes de la venta de los Hornets. Y es importante entender que aunque la NBA era propietaria de una franquicia, los 30 propietarios de las franquicias NBA son los verdaderos dueños de la liga. Y tienen el control final.
Fueron varios de ellos los que presionaron a David Stern a vetar el traspaso. La llegada de Chris Paul a unos Lakers que venían de jugar tres finales en los últimos cuatro años, con Kobe Bryant como referencia. Y como dueño interino, la NBA tenía el poder para parar cualquier traspaso, incluyendo uno que permitía a los Lakers conseguir al mejor base de la liga ahorrando 40 millones de dólares y sin entregar ningún pick de primera ronda. El contrapunto de Stern y los Hornets era saber que a final de esa temporada, con Chris Paul entrando en la agencia libre, el base iba a salir gratis. La operación completa enviaba a Pau Gasol a Houston y Lamar Odom, Kevin Martin y el argentino Luis Scola habrían puesto rumbo a New Orleans.
A las 20:52 horas de la costa Este, apenas tres horas después de anunciar el traspaso, el propio Wojnarowski publicaba otro tweet hablando de presiones de propietarios para cancelar la operación. Entre los más vocales, Dan Gilbert, de los Cavaliers, y Mark Cuban, propietario de los Dallas Mavericks. Ambos fueron muy vehementes a la hora de expresar su desacuerdo con el movimiento, con Gilbert mandando un email al comisionado. “Simplemente, no veo cómo podemos permitir que se produzca este traspaso. Sé que la gran mayoría de los propietarios piensan lo mismo que yo” leía el correo electrónico. Minutos más tarde, Woj anunciaba que el traspaso se caía.
El propio Chris Paul mandó un mensaje en la red social con una palabra: “WoW”. Años después, el base se pronunció al respecto: “Lo que pasó fue que varios propietarios se enfadaron, dijeron que no” explicaba en junio de este mismo año. En los Lakers, el departamento de prensa ya tenía el comunicado escrito y listo para publicar, solo faltaba enviarlo.
La versión de David Stern es diferente. Según explicó en Sports Illustrated en 2018, el general manager de la franquicia por aquel entonces, Dell Demps, había dejado claro a sus colegas en Houston y Los Angeles que tenía poder para realizar el movimiento. Cuando Stern se enteró, dejó claro que no iba a aceptar ese traspaso. “Dije que podíamos conseguir algo mejor que eso”. Y mantuvo, hasta su muerte en enero de 2020, que nunca vetó el traspaso: “La gente me preguntaba siempre por qué no lo dejé ir, pero es que nunca aprobamos ese traspaso”. Un año antes, el todavía portavoz de la NBA Mike Bass había dejado claro que “decisiones que alteren la franquicia a alto nivel serían siempre revisadas por la NBA”. Y eso fue lo que hicieron.
Apenas seis días más tarde, Chris Paul era traspasado, ahora sí, a Los Angeles. La diferencia es que aterrizaba en los Clippers a cambio de una primera ronda, Al-Farouq Aminu, Eric Gordon y Chris Kaman. Jugó seis temporadas en LA, 409 partidos en los que metió al equipo en playoff cada año, llegando tres veces a segunda ronda, el techo histórico de los Clippers hasta 2021. Desde entonces ha pasado por Houston, Oklahoma, Phoenix, temporalmente por Washington donde no llegó a jugar y ahora Golden State. Chris Paul sigue sin haber ganado un anillo en sus 18 temporadas, uno que podría haber ganado junto a Kobe en los Lakers, de no haber sido por David Stern y su veto a un traspaso para la historia. Uno que nunca se dio.
