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Bebé: «Si mi abuela no me hubiera llevado al orfanato, hoy no estaríamos hablando tú y yo» – Relevo



Álex Corral

Bebé viene del entrenamiento. Tan sólo se ha cambiado las botas por las deportivas, y nos pide unos minutos para cumplir con su ritual: va a la cafetería de la Ciudad Deportiva del Rayo Vallecano a pedir un zumo de naranja. Allí se encuentra con los habituales, aficionados que les siguen allá donde vayan y que, a pesar de que el entrenamiento es a puerta cerrada, desayunar donde lo hacen sus ídolos es una costumbre indestructible.

Sabedor de que está en un buen momento, Bebé sueña con marcar hoy también en el Bernabéu. Tener pocos minutos le está costando, pero la vida le ha enseñado a adaptarse a todo lo que viene. Tras 10 años en un orfanato, pasó a ser futbolista profesional. Un sueño, pero también un cambio difícil de entender para un chaval que tan sólo tenía 19 años. Nadie le ha regalado nada. Lo mismo le da “cenar en un lugar de 500€” que “celebrar uno de sus golazos en el Burger King”. Y lo cuenta todo en su entrevista más personal.

Has marcado cuatro goles en los últimos tres partidos. Estás en racha. ¿Cómo te sientes?

Estoy muy contento y feliz por esta situación, pero hay que seguir. No pensar que ya tengo todo hecho, hay que seguir trabajando e intentando tener más minutos. Es lo que yo quiero. Por eso procuro entrenar bien, hacer lo que me piden e intentar aprovechar los pocos minutos que me está dando el míster. No es fácil entrar seis o diez minutos y tener una oportunidad de gol. Así que el poco tiempo que me está dando lo estoy aprovechando bien y espero seguir demostrando que quiero ser más importante para el equipo.

Desde que te rompiste el cruzado, aunque fuiste importante para el ascenso, luego no tuviste tantos minutos como querías. ¿Cómo gestionaste ese proceso?

Es parte del oficio, de nuestro trabajo. Aunque reconozco que la lesión me costó mucho, me costó mucho recuperar. Fue un momento muy difícil para mí, pero creo que conseguí recuperarme bien. Cuando volví fui importante para el equipo y eso también me dio ganas de seguir luchando y de seguir haciendo lo que más me gusta, que es jugar al fútbol. Las lesiones son cosas que pasan, es algo que no está a mi alcance. Así que sólo me queda seguir trabajando, estar bien físicamente, psicológicamente, para poder afrontar lo que está por venir. Ahora toca afrontar no ser tan protagonista como a mí me gustaría, pero creo que volverá a llegar mi momento y ya queda poco.

El otro día en ‘Quiero ser como’ una futbolista, Rosa Márquez, que se había roto el cruzado como tú, dijo que si volviera atrás, con lo que ha aprendido con la lesión, decidiría volvérselo a romper… ¿Qué piensas tú después de haber sufrido por dos veces una de las peores lesiones que puede padecer un jugador?

Aprendí muchas cosas. Además, como no era la primera, lo afrontas de diferente manera. Lo llevé un poco mejor que la primera vez, que tenía 20 años, era un niño y me complicó mucho, sobre todo psicológicamente. Pero esta vez, aunque me operaron bien, mi cuerpo no estaba ayudando mucho. Aprendes muchas cosas. Aprendes a vivir la vida de otra manera. Llegó un momento en el que pensé que no iba a jugar más al fútbol. Estás jugando y de repente te dicen que no vas a jugar más en mucho tiempo. Te preguntas ‘¿qué hago?¿qué voy a hacer ahora?’. Y pensar en dejar de jugar al fútbol, con la edad que tengo, tener que retirarme así, por una lesión, es un poco complicado. Aprendí a tener calma, a ver de otra manera mi trabajo, el fútbol.. Tienes mucho tiempo para pensar.

El consejo que daría a alguien que se rompe el cruzado es que tienes que tener mucha calma y ser muy fuerte psicológicamente. A mí el doctor me recomendó ir al psicólogo al principio porque ya no quería hacer nada: perdí la alegría, no escuchaba música, no hablaba con nadie, no quería hacer el tratamiento… Me encerré en casa dos semanas. Hice lo peor que se puede hacer ante una lesión así: encerrarte en tu mundo. Si no estás bien, la rodilla no sigue su proceso. Pero ahora sé que te tienes que abrir, hablar con la gente y seguir tu vida. Todo pasa por algo. Cuando me rompí el cruzado estaba bien. Pero me rompo y pensé que mi vida iba a acabar. Y al final mira, terminaba contrato, el presidente me dio cuatro años más, ayudé al equipo a subir a Primera, metí siete goles y al final pienso que las cosas suceden por algo. Si viene algo, hay que buscarle solución.

¿Eso te hizo madurar? ¿Podemos hablar de un ‘Bebé’ distinto antes y después de la lesión?

Sí. Sobre todo en lo profesional. Me ayudó a frenarme un poco en ciertas actitudes que estaba teniendo.

“Romperme el cruzado me ayudó a frenarme un poco en ciertas actitudes que estaba teniendo”

Bebé
Jugador del Rayo Vallecano

Me dices que fuiste a terapia, ¿cómo te ayudó la figura del psicólogo?

Fui porque no estaba hablando con nadie y el doctor me lo recomendó. Me dijo que me iba a servir. A mí no me gustaban mucho estas cosas, pero accedí. Y la verdad es que me ayudó bastante en el proceso. Además, tuve mucha suerte porque Alberto García, nuestro portero, me hizo mucho de psicólogo también. Me conocía bastante y era más sencillo hablar con él. Puedo decir que si yo he vuelto a jugar al fútbol, en gran parte es gracias a él. Lloraba todos los días, me daba todo igual, y él siempre me ayudaba a tirar hacia delante.

Decías que tras la lesión ayudaste en el ascenso del equipo a Primera con goles importantes. Eso se traduce en el cariño de la grada de Vallecas. ¿Sientes que eres uno de los jugadores favoritos de la afición del Rayo?

Soy un afortunado por ser jugador del Rayo y llevar aquí tantos años. Y también lo soy porque la afición tiene mucho cariño por mí. Lo noto cuando salgo a calentar, cuando la gente me ve en la calle, cuando salto al campo o aquí incluso, en la cafetería de la Ciudad Deportiva. Sé que he hecho cosas para que la gente sienta por mí ese cariño, no sólo en el campo sino también fuera de él. Soy muy alegre, hablo con ellos y Vallecas eso lo reconoce. La gente y la afición me acogió bien siempre y me tiene mucho cariño. Espero que siga así por muchos años más.

¿Has recuperado la alegría?

Sí. Ahora estoy a tope.

El otro día ante la Real Sociedad, antes de que marcaras en el descuento ese golazo, se escuchó a toda la afición decir ‘¡Tira, tira!’. Cuando coges el balón y te perfilas en el área, la grada te anima a que chutes aunque estés lejos…

Sí, soy un jugador muy atrevido. Tengo mucha personalidad y no tengo miedo. Independientemente del equipo o jugador que tenga enfrente, trato de hacer un regate o tirar desde 50-60 metros. Yo si me veo confiado, lo hago. Tengo personalidad, confianza para ello y la afición además me incentiva a hacerlo. Es más fácil todavía. Porque hay aficiones a las que no les gusta, pero aquí la afición me pide ‘tira, tira, tira’. Da igual si el balón va arriba o abajo. Por eso, cada vez tengo más confianza y las cosas me salen.

Celebraste ese gol con mucha rabia…

Sí, pero una rabia sana. No estoy jugando, juego cinco minutos y me salen las cosas, es como ‘¡Estoy aquí! Voy a espabilar. ¡Estoy aquí!, quiero jugar más, quiero ser más importante’. No es una rabia contra el míster o contra los jugadores. No, no, no. Es un ‘estoy aquí, puedo ser importante’.

Te fuiste a la esquina del campo a celebrarlo con la afición y a esa rabia se sumaron todos tus compañeros. ¿Cómo lo sentiste?

Creo que es un gol para todos, porque somos un equipo. Mis compañeros sintieron lo importante que era para mí. ‘Es Bebé, ha marcado, lo necesitaba…’ y por eso vinieron todos. Minuto 95, era perfecto. Ese gol a mí me gustó mucho. Por el ambiente del estadio, por el momento que fue, por conseguir un puntito superimportante para nosotros… Es uno de mis mejores goles.

De todos los goles que has marcado en tu carrera, ¿con cuál te quedas?

Es difícil. Este me gustó mucho, el del otro día [ante la Real Sociedad], por el ambiente. Pero creo que me quedo con el gol ante el Betis en Copa del Rey y mis dos goles contra el Leganés que nos ayudaron a subir a Primera. Son dos goles muy importantes en mi carrera y para el Rayo también. Con el del Betis casi llegamos a la final de Copa y hubiera sido algo histórico, y los del Leganés porque, salí del banquillo y metí dos goles que nos ayudaron para el ascenso. Me quedo con esos.

“De todos los goles que he marcado, me quedo con el del Betis en Copa y los dos al Leganés que nos llevaron al ascenso”

Bebé

¿Por qué te llaman Bebé?

Viene de mi hermano. Cuando éramos pequeños, no sabía decir Thiago. Así que siempre me llamaba ‘Bebé’. Yo vivía en un barrio, así que todo el mundo comenzó a llamarme también ‘Bebé’. Cuando empecé a jugar al fútbol me preguntaron por el nombre que quería poner en la camiseta y dije ‘Bebé’. Creo que elegí bien. Si fuera Thiago no sería el jugador que soy ahora. Thiago hay muchos, Bebé sólo yo.

Hablando de tu infancia, de tu hermano… Pasaste 10 años de tu vida en la Casa do Gaiato, un orfanato en Portugal. ¿Cómo fue esa etapa para ti?

Es una etapa muy linda. Siempre que lo cuento no es para que la gente sienta pena de mí, lo cuento como algo bueno que me pasó en la vida. Yo vivía con mi familia, nunca pasé hambre, pero teníamos dificultades como otras tantas familias. Vivíamos con mi abuela, y mis hermanos comenzaban a tomar caminos que no debían. Así que mi abuela pensó, que yo siendo el más chiquitito podía seguir el mismo camino que ellos, así que pensó que lo mejor era enviarme a Casa do Gaiato. Es una historia muy graciosa porque mi abuela me dijo que yo iba sólo por un fin de semana. Cuando llegó el lunes yo ya estaba preparado para que me fueran a buscar. Con mis maletas en el jardín. La gente no me decía nada, pero sabían que mi abuela no iba a venir. ¿Cómo le vas a decir a un niño de nueve años que su familia no va a venir a buscarle…? Empecé a llorar y lo pasé mal. Pero me ayudaron, mi abuela iba a visitarme y cuando pasaron tres meses ya estaba adaptado. Era uno más. Allí había de todo. Gente sin familia, gente que su familia tenía dificultad, había gente de todos los lados. Era muy chulo.

¿Consideras a tu abuela tu madre?

Sí. Una madre es una madre y yo a la mía la quiero mucho. Pero mi abuela es mi abuela. Es la que me ha criado, hablo con ella a todas horas. Es la que ha estado siempre y la que está todos los días. Son relaciones diferentes. Mi madre es mi madre, mi abuela es mi abuela. Pero mi abuela es la que manda (risas).

Estuviste 10 años en Casa do Gaiato. ¿Qué aprendiste de aquello? ¿Cómo te ha influido para ser hoy quien eres?

En la vida nunca me arrepiento de nada. Yo no he tenido actitudes malas gracias al tiempo que pasé allí. Soy la persona que soy gracias a Casa do Gaiato. Y eso que tuve muchos compañeros que también estuvieron allí conmigo y han acabado en la cárcel. Pero yo conforme fui creciendo, tuve claro que quería ser jugador porque quería ayudar a mi abuela, quería ser importante. De niño siempre tuve claro que me quería convertir en alguien importante. No era chulo, pero soñaba con que la gente me parara por la calle, quería ser el protagonista. Llegó un momento que pasé de no tener nada a ser jugador profesional. Fue todo muy rápido.

Si pudieras volver atrás y elegir, ¿repetirías el mismo camino?

Sí. Cambiaría algunas cosas, pero repetiría lo mismo. Me gustaría revivir de nuevo lo que viví allí.

¿Entiendes la decisión que tomó tu abuela?

Sí. Sí. Yo soy una persona a la que le gusta estar con gente. No me gusta estar solo. Allí éramos muchos y me acostumbré a estar siempre rodeado de mucha gente. Mi abuela no tuvo culpa de nada. Fue la mejor decisión que tomó para mí. Sé que si mi abuela no me hubiera llevado allí, hoy no estaríamos hablando aquí tú y yo. Por eso sé que es lo mejor que pudo hacer por mí. No me arrepiento, al revés.

Para mí fue difícil porque era muy pequeño. Llegué a una casa de 150 personas más con muchas reglas y sin tu familia. Aprendí muchísimo. Tenías que arreglar tú todo, pero la vida es eso. Tenías que tener mucha cabeza. Aprendí a lavar la ropa, a planchar, a barrer… Pero también jugábamos al fútbol a todas horas.

“Sé que si mi abuela no me hubiera llevado al orfanato, no estaríamos hablando aquí ahora mismo tú y yo”

Bebé

¿Tienes relación a día de hoy con los amigos que hiciste allí?

Sí, con muchos. Aquí tengo a mis amigos que hice aquí, pero mis amigos de siempre son de allí. Son siete u ocho, pero uno de ellos es como mi hermano. Tanto que cuando empecé a jugar al fútbol, se vino conmigo. Me ayudó bastante a adaptarme. Era mayor que yo, pero fue tan importante para mí, que no sólo yo lo siento como mi hermano. Para mi madre y mi abuela también es como si fuese su hijo.

¿Te han visto jugar al fútbol en el campo tus amigos del orfanato Casa do Gaiato?

Sí, todos, todos. En Inglaterra y aquí en España también. Es difícil llegar a ser jugador de fútbol profesional y para ellos fui un ejemplo. Puedes tener talento, pero no todos llegan. No es fácil. Es un proceso duro, ¿eh? Fíjate, creo que llegar es más fácil que mantenerse. Porque puedes llegar y caer muy rápido.

Cuando estabas en Casa do Gaiato, a los 18 años fuiste a jugar un Campeonato europeo para gente sin hogar. ¿Allí empezó todo?

Sí. Yo ya jugaba en Casa do Gaiato pero lo hacía para divertirme, con la mentalidad de un niño. Con 18 años me llamaron para ir a ese campeonato, que se disputó en Bosnia, y fui porque me estaba portando bien en ese momento. Fuimos cuatro chicos y cuatro chicas de cada país. Había partidos todos los días. Marqué 40 goles en seis partidos. La gente se quedó loca porque yo no entrenaba nunca. Allí fue la primera vez que me pidieron fotos, que me sentí un jugador top. Cuando volví a Portugal, ya se empezó a hablar de mí como jugador y algunos clubes empezaron a interesarse.

Y fuiste a Guimaraes.

Sí, estuve dos meses.

Y entonces, te llamó el United.

Sí. Imagínate. Pasé de estar en un orfanato al Manchester United. Pasaron dos o tres meses y me vi cogiendo un avión para irme a Inglaterra. Fue un sueño. Los primeros meses iba a entrenar, al estadio y me preguntaba ¿será esto verdad? A mis compañeros de equipo, meses atrás, yo les veía jugar en la tele del orfanato y de repente estaba sentado allí en el vestuario con todos.

“Cuando fui al United los primeros meses me preguntaba ‘¿Será esto verdad?”


¿Te costó adaptarte?

Sí, me costó. Fue complicado. Pero la experiencia, el conocimiento, lo que conocí y pude disfrutar ese tiempo fue top. Es cierto que al principio sólo salía a comer, me iba de compras y cuando tenía dos días libres, enseguida me iba a Portugal. En un partido que jugué con los sub-23 del Manchester United, un señor de mi agencia, yo estaba con Jorge Mendes, me llamó aparte y me dijo: ‘Tú necesitas saber lo que quieres. Tú estás aquí pero tu cabeza está en otro lado. Tienes que empezar a querer jugar’. En ese momento yo pensé: ‘¿Qué me dice este tío? Mira dónde estoy y este me viene a mí a decir esto…’. Después me di cuenta y sí que empecé a querer cambiar las cosas. Tenía cinco años de contrato y cuando me quedaban dos, pedí salir. Ya había estado un año cedido en un equipo de Portugal donde marqué 15 goles. Así que cuando volví pedí salir. Estaba en el Manchester United, sí. Me sentía importante, sí. Pero si no jugaba, ¿de qué servía? Me dijeron que el Benfica estaba interesado y no lo dudé. Yo soy benfiquista. No lo podía creer. Rescindí el contrato y me fui. De cabeza. Otro sueño cumplido.

¿Cómo un chaval tan joven consigue tener los pies en el suelo ante un cambio de vida tan radical?

Siempre he sido una persona que, aunque parezca que soy un poco loco, soy muy responsable. Estábamos mi abuela y yo para cuidar de toda mi familia. Supe desde el principio que tenía que tirar de la familia para arriba. Soy muy libre, pero he aprendido todo por mí mismo. Muchos me dicen que parece que tengo muchos más años de experiencia. Siempre he estado solo, he tenido que adaptarme a lo que había. Es la vida. He cambiado muchas veces de ciudad por el fútbol y siempre he estado solo. Y la adaptación tiene que ser rápida, tienes que sobrevivir, tienes que ser listo. La vida es así. Si no estás activo y pendiente de las cosas, la gente te pasa. Viene otro y se queda en tu posición. Tienes que estar siempre pendiente.

Dices que hay que ser listo en la vida. Ahora que estás teniendo menos minutos en el Rayo y que Álvaro García lo está haciendo bien… ¿Cómo gestionas eso dentro del vestuario? ¿Cómo es tu relación con él?

La gente me pregunta mucho por eso… Álvaro y yo tenemos una relación espectacular. Nunca hemos tenido ni un problema. Ni con Álvaro, ni con Isi, ni con De Frutos. Ni con los que estuvieron aquí años anteriores. Yo puedo estar enfadado por no jugar y tengo mi derecho a estarlo, pero conmigo mismo. Pero enfadado de forma sana. Procuro siempre poner música, tener buen ambiente y en concreto con Álvaro tengo una relación espectacular. Es complicado, ¿eh? Porque soy muy competitivo, me gusta ser protagonista. Ahora mismo no puedo serlo porque él lleva años haciéndolo bien. Las cosas como son. Es un gran jugador. Hay que respetarlo. Es complicado llevarte bien con un jugador, sabiendo que no vas a tener minutos y sabiendo que él es el que va a ocupar el puesto que podrías ocupar tú. Pero yo lo llevo bien. Tiene que ser así, porque si no es así, entonces me retiro. Tengo que saber lo que hay, adaptarme a lo que hay, hacer más, más y más para que el míster me de oportunidades y que la gente hable de mí. Si tengo que seguir así hasta que me las de, pues voy a seguir así.

Llevas cuatro goles consecutivos y hoy tendrás enfrente al Real Madrid. Si marcas en el Bernabéu…

Sería la hostia. Va a ser un partidazo. Nosotros tenemos ganas. Creo que vamos a hacer algo chulo. Estoy con ganas de jugar porque tengo que aprovechar el momento en el que estoy. Quiero seguir metiendo goles y ser importante. Si el míster me da minutos, sé que voy a aprovecharlos de la mejor manera. Siento que voy a meter un gol el domingo. Tengo la intuición.

¿En el Bernabéu también te atreverás a tirar desde lejos?

Sí. Desde donde sea. Ya sea una falta o lo que sea. Si puedo, tiro. Pero los jugadores ya lo saben. Tanto que el ‘Choco’ [Óscar Trejo] siempre me dice que cuando voy hacia dentro, le mire y haga una pared, porque me quedaría sólo. Siempre me lo dice. Porque va todo el mundo a taparme a la derecha. Los jugadores lo saben. Jugué con Cabo Verde contra Argelia y escuchaba a un compañero decirle al central: ‘Cuidado, no le dejes tirar de lejos’. Y al portero: ‘Ve para atrás, que éste tira desde ahí’. Yo me río, porque la gente ya sabe que yo chuto desde cualquier sitio.

“La calle te da algo que los demás no tienen”

Bebé

¿De dónde te viene ese coraje?

Puede ser porque aprendí a jugar en la calle. Yo me siento un jugador super diferente. La gente sabe que hago lo que me da la gana. Puedo meter un gol desde lejos o puedo irme de cinco. Tengo algo diferente a los demás. La calle te da algo que los demás no tienen. Aprendes mucho. No sólo en el fútbol, ¿eh? En la vida también. Sé perfectamente adaptarme a todo lo que viene. Sé comer en un restaurante de 500€ como en un sitio de 5€. Mira, por ejemplo, después del partido de la Real, de marcar ese golazo, fui con mi amigo a cenar al Burger King. Mi amigo me decía que seguramente la gente estaría pensando que después del partido habría ido a un restaurante caro, pero Bebé donde estaba era en el Burger King. Yo soy así. Me da igual el sitio mientras esté con los míos. Yo me adapto a todo. A cualquier sitio. Si tengo que ir de chándal, voy de chándal. Si hay que ir de traje, voy de traje. Soy así.

“Después del partido con la Real, de marcar ese golazo, fui con mi amigo a cenar al Burger King”

Bebé

Si no tuvieras los minutos necesarios de aquí al mercado de invierno, ¿te planteas volver a salir del Rayo?

Es la pregunta que me hago. Yo soy muy, muy, muy feliz aquí. El Rayo me lo ha dado todo. Si estoy en España, es por el Rayo. Llevo muchos años aquí. Pero también soy muy ambicioso. Soy feliz, pero soy más feliz jugando. Cuando juego, disfruto mucho. Tuve la oportunidad de irme seis meses al Zaragoza y disfruté mucho. Parecía un niño porque jugaba. Sabía que iba a jugar todos los partidos. Me sentía el rey, el protagonista. A mí me gusta sentirme protagonista. Me gusta jugar, meter goles, sentirme importante. Que la gente hable de mí. Dar entrevistas. Porque si das entrevistas es porque lo estás haciendo bien.

Puede pasar que me tenga que volver a ir. Sé que el presidente me quiere dar más años de contrato. Lo sé al 100%, no tengo duda. Tengo una relación muy buena con él. No sé. Si me tengo que ir, me costará mucho. Tengo que pensarlo muy bien. Porque con la edad que tengo ya, salir cedido, volver, salir cedido, volver… Ya no es lo que quiero. Pero me costaría mucho. No sé lo que va a pasar.

Terminas contrato en junio de 2024… ¿Has hablado ya con el presidente de la renovación?

Sí, termino a final de temporada. Con el presi nunca se sabe. Lo mismo mañana me llama y me da cuatro años. Nunca se sabe. Mi relación con él es muy grande. Me ha acogido como un niño. Ése no es el problema. El problema es si voy a jugar, si voy a aceptar el rol de ‘tú estás para lo que estás’. Cinco minutos, diez… No es fácil. El problema no es decidir si voy a renovar aquí o si el presi me quiere. Sé me quiere renovar. El problema es si tú quieres aceptar este rol.

¿Podríamos decir que tienes tu particular ‘Casa do Gaiato’ en Vallecas?

Sí. Es diferente, pero sí. El Rayo lo siento como mi casa. Ya sé cómo es. Los problemas que tiene el club, las cosas buenas que tiene, a mí nada me sorprende en el Rayo. Nada. Son muchos años ya. Sé como todo funciona. Es mi casa. Puedo decir que lo es. Y más ahora que soy uno de los capitanes, más. Es una responsabilidad. Después de la decisión de Trejo, soy el primer capitán. Aunque yo digo que el capitán es Óscar Valentín, que es el segundo. Yo bromeo con él y le digo que es mi asesor. Siempre está pendiente de todo en el grupo, yo no.

Si puntuáis con el Madrid, dejáis al Girona de Michel, un gran conocido en esta casa, líder en solitario. ¿Eso también cuenta?

Nosotros no nos fijamos en los demás. Nosotros queremos hacer lo nuestro. Sumar puntos y conseguir la permanencia para estar tranquilos. Ganar, ganar, ganar, para que la gente nos respete, cada partido tener más confianza y ser más importantes.

¿Este año soñáis con Europa también, o aún es pronto para eso?

El Rayo no puede pensar todavía en eso. Nuestro objetivo es la permanencia. Cuando tengamos los puntos suficientes y estemos ahí arriba, entonces podremos pensar en algo más. Y tenemos que pensar en algo más. Pero ahora es muy temprano. Pensar en las dos cosas igual no lleva para abajo. Somos ambiciosos, pero hay que ser realistas. LaLiga tiene equipos muy fuertes. Paso a paso.

Natalia Torrente

Periodista
todoterreno,
Natalia
Torrente
ha
trabajado
en
comunicación,
prensa,
radio,
tele
y
ahora
cubre
temas
de
investigación
para
Relevo.
Licenciada
en
Comunicación
Audiovisual
en
la
URJC,
acumula
innumerables
partidos
de

Álex Corral

Álex
Corral
es
cámara
y
editor
de
video
en
el
departamento
audiovisual
de
Relevo.
Nacido
en
Alcalá
de
Henares,
estudió
Fotografía
en
Madrid,
Periodismo
en
la
Universidad
Complutense
de
Madrid



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Rohit Palit

Periodista deportivo y graduado en Ciencias de la Comunicación de Madrid. Cinco años de experiencia cubriendo fútbol tanto a nivel internacional como local. Más de tres años escribiendo sobre la NFL. Escritor en marcahora.xyz desde 2023.

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