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Xavi dice unas cosas y el equipo, en muchas ocasiones, hace otras – Relevo


El fútbol es como la vida misma, y entre la tranquilidad y esa urgencia paralizante hay un paso, o en este caso, un gol o un disparo al poste. Un gesto que cambia estados de ánimo. El problema no es tanto que esto suceda, pues el fútbol está repleto de minas que dificultan un avance tranquilo y lineal, sino que cada paso sea un parto, que cada vez que se habla no salgan las palabras. De la rutina a la urgencia hay un paso, pero para el Barça de Xavi parece haber muchos más de los que el técnico apunta.

Cuando Xavi llegó, insistía siempre en unos conceptos que para el aficionado culé, sediento de referentes y de palabras que conectasen su maltrecha salud futbolística con su pasado más glorioso, fueron un bálsamo. Como llegar a casa y tocar tu almohada tras dormir días en un motel de mala muerte. Xavi vino con una promesa que tenía forma de profecía y que decía que recuperando al alumno aventajado de Guardiola en el campo, el Barça se conectaría con un pasado que parecía olvidar. Desde que aterrizó en Barcelona, Xavi no ha parado de insistir en los mismos conceptos: “cuadrado”, “pulcritud”, “entender qué pide la jugada” “tener paciencia”, sin que ninguno de ellos, dos años después, parece que se haya quedado grabado en la mente de los futbolistas.

Xavi dice unas cosas y el equipo, en muchas ocasiones, hace otras. Una disonancia entendible el primer curso, pero extraña y preocupante dos años después, con un grueso de jugadores jóvenes que deberían tener interiorizados todos los conceptos, y un grupo de veteranos renovados que vienen de la mejor escuela posible (Cancelo y Gündogan). El Barça se ha instalado en El Estado de la Inmemoria. Un terreno que olvida y perdona, anticipando a cada desliz una excusa que, siendo coherente, no puede explicar lo sucedido en su totalidad. Si por algo fue grande el Barça, el más grande, fue porque un día decidió vivir sometido en un espacio de escrutinio constante donde la excelencia no era el objetivo final, sino el motor para mantenerla. No hay excelencia al final del día si no se trabaja en base a ella.

Pocas aficiones están tan abonadas en los “ismos” como la culé, que dibuja bandos constantemente, crea aliados y enemigos, haters y lovers. Aquí no se trata de eso. Ni de pedir cabezas ni de seguir perdonando malos partidos. Al Barça le viene sonando la alarma de las 6 de la mañana todo el día, y parece que el club es un alumno que dice no haberla escuchado, que solo es un desliz, un bache de aquellos que suceden, algo mental, pasajero. La realidad es que, salvando los partidos ante Betis y Amberes, el equipo no ha ganado ningún partido por más de un gol de diferencia, viviendo en un metaverso de remontadas, como si la página la escribiese un alumno en prácticas. Parece un esbozo cuando el cuadro debería estar más o menos definido. El problema no es que se juegue mal, eso puede ser algo pasajero, sino esa sensación de indefinición que tiñe al equipo.

Apuntaba Gündogan tras el Clásico que quería ver más enfado, más emociones cuando el equipo perdía. Apuntó a la parte emocional del jugador, algo que apeló directamente al aficionado, que lo es por emociones, no por juego, y el equipo jugó, después de estas declaraciones, sus dos peores partidos de la temporada. Fue superado por la presión y agresividad de la Real Sociedad y por un Shakhtar valiente y desacomplejado. No se puede apuntar a la intensidad porque lo que une toda la temporada del Barça es la falta de soluciones concretas ante problemas complejos. Ahora mismo, y desde hace un tiempo, el equipo es un adolescente que duda el día del examen final cuando todo indica a que ya tendría que estar graduado.

 


Albert
Blaya
es
el
analista
de
fútbol
nacional
e
internacional
en
Relevo.
Nacido
en
Manresa,
estudió
Periodismo
en
la
Universitat
Autònoma
de
Barcelona
y
es
un
apasionado
del
estudio
táctico



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Rohit Palit

Periodista deportivo y graduado en Ciencias de la Comunicación de Madrid. Cinco años de experiencia cubriendo fútbol tanto a nivel internacional como local. Más de tres años escribiendo sobre la NFL. Escritor en marcahora.xyz desde 2023.

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