NFL

Así juega Vitor Roque: un molde con gol, juego, agresividad y que de primeras recuerda a Gabriel Jesús – Relevo



Cada poquísimo tiempo un nombre rebota en nuestras cabezas con una musicalidad enfermiza. Vitor Hugo Roque Ferreira (Brasil, 2005) es ese nuevo nombre molón que muchos están empezando a estudiar. El FC Barcelona, tras meses de duro trabajo por la competencia y por sus dificultades económicas, ha oficializado el fichaje del jovencísimo atacante brasileño del Atlético Paranaense, que, según ha comunicado el club, se incorporará en el verano de la temporada 2024/2025.

El jugador del Paraenense llegó del Cruzeiro en abril de 2022 y fue allí cuando empezó a contar con el primer equipo. A sus 18 años, es ya visto como un sinónimo del gol, algo que ha ido confirmando esta temporada con su club y en el Sudamericano sub20 con la selección brasileña, en la que, con seis goles, ha sido pieza capital.

Para generar una imagen más o menos reconocible a quien nunca lo haya visto, el primer jugador que viene a la cabeza al verle fue Gabriel Jesus. Vitor es bajito (1,72) como su coetáneo, destaca por su energía tanto a la hora de presionar como para repetir esfuerzos (algo que Guardiola siempre destacó de Jesus) y es capaz de caer en cualquiera de las dos bandas con naturalidad, su radio de acción es amplio, dibujando así a un atacante todavía por hacer y con posibilidades a explorar en su futuro.

Siendo el mercado un espacio cada vez más agresivo, en el que los grandes nombres se convierten en imposibles por las pujas millonarias a su alrededor, lo que empieza a ser capital es adelantarse a esa puja. Hay muchos ejemplos. Eso implica arriesgar, porque uno no solo ficha a un jugador, sino que contrata unas posibilidades futuras, un molde sobre el que volcar sus expectativas. Vitor Roque es muchas cosas, pero en este texto trataremos de explicar también qué puede llegar a ser en un futuro.

El atacante es un jugador que lo primero que uno percibe es su energía. Tanto para presionar como para trazar desmarques, Roque es muy agresivo, incansable. Pese a su corta estatura, al jugar muchas veces como único punta, el juego le lleva a bregar con tipos mucho más altos y corpulentos, por lo que está creciendo a pasos agigantados en su juego de espaldas. Sabe ir al choque, es listo y no duda en disputar la pelota. Su margen de mejora en ese aspecto es muy amplio, pues todavía es demasiado joven como para tener todos los trucos en la chistera.

Su mayor virtud, la que lo puede empujar más arriba, es que Roque aúna dos condiciones que le convierten en un jugador distinto: tiene gol y lee el juego. Lo primero no nace tanto por sus cifras (buenas pero no espectaculares), sino por las pistas que su juego deja a modo de evolución futura. Detecta zonas de remate, se desmarca con agresividad, tiene muy buen disparo y no piensa. Es de gatillo fácil. Si a eso le sumas que, partiendo como ‘9’, es capaz de moverse por todo el frente de ataque, te queda un delantero todavía incompleto, verde, pero tremendamente estimulante.

En un fútbol menos exigente a nivel táctico, Roque está acostumbrado a merodear con plenos poderes por todo el ancho del último tercio. Técnicamente es un futbolista que deja entrever un enorme potencial asociativo y rematador, pero sus piernas van todavía más rápidas que su cabeza. Sobreacelera muchas situaciones por puro ímpetu y cuando le toca recibir y dar pausa jugando de espaldas a la portería rival, está todavía lejos de ser un jugador fiable, por su poca estatura y porque tiende a ir al choque antes que buscar otros trucos. Pero a su corta edad ya tiene un repertorio de gestos que señalan unas condiciones por encima de lo normal.

Es un jugador que disfruta jugando, participando en circuitos de pases, descargando, buscando ser apoyo y girándose con mucha velocidad. Su juego va siempre a 100 km/h, y cuando está acertado convierte sus toques en auténticos dardos para el rival. Deberá aprender a bajar las revoluciones para mezclar distintas velocidades.

Ahí sabe orientarse y perfilarse de tal forma que el balón le llegue con ventaja, como si cayese desde una pendiente y él defensa tratase de contenerlo. Sus pies son rápidos y lo vertical prima por encima de cualquier otro adjetivo. En un equipo que le permita reconocerse en campo rival, que le aleje de luchar tantos balones en largo y le rodee de pasadores y movilidad, su juego se elevará dos o tres escalones.

Con Lewandwoski cumpliendo 35 años este 2023 y las dudas que rodean los nombres de Ansu y Ferran, la apuesta por Roque parece lógica, y hasta cierto punto, es algo que el club debe abordar. Empezar a anticipar, como se hiciese con Pedri o Araújo, le permitirá al Barça seguir siendo competitivo mientras resuelve problemas mayores. Roque es atajar un camino y, si el futbolista evoluciona como sus condiciones insinúan, llegar a un sitio privilegiado. Porque Vitor Roque es un atacante con atajos hacia el gol, senderos que, a pesar de estar embarrados todavía, de pulirse multiplicarán su valor base.

Albert Blaya

Albert
Blaya
es
el
analista
de
fútbol
nacional
e
internacional
en
Relevo.
Nacido
en
Manresa,
estudió
Periodismo
en
la
Universitat
Autònoma
de
Barcelona
y
es
un
apasionado
del
estudio
táctico



Source link

Rohit Palit

Periodista deportivo y graduado en Ciencias de la Comunicación de Madrid. Cinco años de experiencia cubriendo fútbol tanto a nivel internacional como local. Más de tres años escribiendo sobre la NFL. Escritor en marcahora.xyz desde 2023.

Related Articles

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Back to top button