«Las mujeres de la Generación Z viven el sexo sin culpa y no creen en la monogamia»

A estas contradicciones cabe sumar que durante los últimos años éste ha sido el grupo de edad que ha liderado los registros en Ashley Madison (una web de citas extramatrimoniales), lo que ha llevado a esta firma a realizar una encuesta en 10 países para explorar el comportamiento de este grupo de población en torno a la privacidad, la discreción y la monogamia. Los resultados han sido recogidos en el estudio ‘Descodificar a la Generación Z: Informe global sobre no monogamia, sexo y privacidad’.

La monogamia no les hace felices

En lo que respecta a la monogamia, la Generación Z se muestra mucho más cómoda con el concepto de la no monogamia si se les compara con las generaciones anteriores. De hecho, según explica Cristoph Kraemer, Director General de Ashley Madison en Europa, el 51% de los consultados en España pertenecientes a la Generación Z se mostraron dispuestos a considerar una relación no monógama, lo que supone uno de los porcentajes más altos de Europa junto al recogido en la Generación Z en Suiza.

Pero además, tal como precisa la psicóloga Lara Ferreiro, esta apertura sexual es mucho más evidente en el caso de las las ‘mujeres Z’ que, según argumenta, ya no basan la sexualidad en la culpa, como ha sucedido en el caso de otras generaciones. «Esto se manifiesta en que el dato de mujeres Z que asegura haber mantenido relaciones sexuales con personas de su mismo género triplica al de los hombres y además no lo relacionan con su orientación sexual sino con su deseo de vivir la experiencia de tener sexo con otra mujer. Y también sucede que el dato de las mujeres de esta generación que ha probado otras prácticas sexuales como los tríos duplica al dato de los hombres de su misma generación», argumenta.

En concreto, el 29% de las usuarias de Ashley Madison buscan una o varias parejas adicionales porque no creen que una sola persona pueda satisfacer sus necesidades emocionales, mientras que solo el 9% de los usuarios responden lo mismo. Igualmente claro es el hecho de que el 21% de las usuarias piensan que no pueden ser felices y monógamas al mismo tiempo, mientras que solo el 15% de los usuarios tienen esta idea, lo que apunta a que las mujeres llevan más tiempo experimentando y disfrutando con el concepto de no monogamia que los hombres.

Esto implica, según opina la psicóloga, que con esta generación se abre la puerta a una revolución sexual: «Las mujeres de la Generación Z en España viven el sexo sin culpa y no creen en la monogamia. Han liberado su sexualidad de la culpa y la experimentan sin restricciones. Están empoderadas y reclaman su derecho al placer. Lo que parecen estar propiciando es un cambio de paradigma, ya que no ven la necesidad de que las relaciones sean monógamas. No se etiquetan tanto ni se juzgan tanto, viven el sexo sin miedo, sin esconderse y sin culpa. Su lema es disfrutar en el sexo. Lo ven todo de una forma más fluida, menos encorsetada. También son más abiertas a la hora de hablar de sexo y por eso precisamente no se percibe tanta insatisfacción sexual entre ellas, como puede suceder en otras generaciones anteriores», argumenta Ferreiro.

En este sentido, la psicóloga destaca que esta forma de ver el sexo implica que, a diferencia de otras generaciones, no lo consideren como un intercambio en el que uno valga más o menos como mujer o como hombre por tener más o menos relaciones o por tenerlas más pronto o más tarde, sino que perciben la interacción sexual con menos prejuicios, menos tabúes y menos culpa. «Digamos que si tienen sexo con alguien y después no reciben su llamada al día siguiente no se rayan, por así decir, porque perciben la interacción sexual de una forma más fluida, con menos obligaciones. Tienen los límites más claros porque se basan en su termómetro emocional, no en las convenciones sociales. Si algo les hace sentir bien o mal es lo que tomarán como referencia y a partir de ahí tomarán sus decisiones, no lo harán en base a lo que supuestamente deba o no ser correcto», apunta.

Comparte esta opinión Kramer, quien explica que la Generación Z está liderando un cambio significativo en el paisaje de las relaciones de pareja y, de alguna manera, también están sentando las bases de lo que podrían ser las relaciones del futuro. «Estamos siendo testigos de una evolución de las normas sociales. Espero con anhelo el día en el que nadie necesite ser infiel, ese día en el que todos podamos hablar abiertamente sobre nuestras necesidades y, si no las encontramos en nuestras parejas principales, podamos buscarlas en otros lugares sin sentirnos culpables», sostiene Christoph Kraemer, Director General de Ashley Madison en Europa.por eso no hay tanta insatisfacción como en otras generaciones », argumenta la psicóloga.

En lo que respecta a la privacidad también se perciben esas contradicciones inherentes a esta generación pues a pesar de que se les percibe como proclives a la exhibición en redes sociales, la mayoría de los encuestados no siente la necesidad de hacer públicas sus relaciones amorosas. Lo curioso es que aunque la mayoría prefiere mantener la vida sexual privada, algunos no tienen problema en comentarla abiertamente, es más, el 19% de la población general Generación Z española afirma que no es necesario mantener la vida sexual en privado. Y éste es, con mucho, el porcentaje más alto entre todos los países encuestados.

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