La mejor jugadora de la historia: ganaba a su hermano all star, pero no llegó a la cima – MARCA.com
NBA Cheryl Miller, leyenda de la NCAA, lleg a anotar 105 puntos en un partido de instituto
En tiempo de recogimiento e introspeccin a muchos nos da por echar la vista atrs en busca de aquellas figuras que ayudaron a hacer del deporte el mayor entretenimiento del planeta. Un mundo que ahora pasa horas mulliendo el sof para que las posaderas no sufran ms de la cuenta de tanto tiempo que pasamos posando nuestro peso sobre ellas. Son horas, minutos y segundos escudriando la historia, virgen para algunos y de sobra conocida para otros, en busca de aquellos que inscribieron su nombre en ella con letras de oro y coronas de laurel.
Es el caso de Cheryl Miller, quizs la mejor jugadora de la historia del baloncesto… que jams lleg a ser profesional. Miller se convirti en leyenda de un deporte que ella transform de forma radical con una conjuncin casi perfecta de habilidad, talento, fsico y devocin. Pero que nunca la vio triunfar en la lite. Y todo por culpa de una lesin y de una poca que no estaba preparada para ella.
Esa fue la razn por la que Cheryl qued para muchos en ‘la hermana de Reggie Miller’ cuando, en realidad, la historia se escribi al revs. De hecho, el cinco veces ‘all star’ de la NBA siempre dijo que su hermana era la nica que le haba ganado en un uno contra uno.
Este prodigio de la naturaleza naci un 3 de enero de 1968 en la pequea Riverside, a 60 kilmetros al este de Los ngeles en el seno de una familia acomodada, pero con un nivel de exigencia que no dejaba lugar a la mediocridad. Su padre, Saul, cambi el saxofn por una carrera militar y pronto comenz a aplicar el estricto sentido de la disciplina en sus cinco hijos. Saul Jr sigui los pasos militares de su padre, Darrell se decant por el bisbol llegando a las Grandes Ligas como catcher mientras que Reggie y Cheryl pronto comenzaron a hacerse un nombre en las canchas californianas.
Especialmente Cheryl, cuyas hazaas y gestas, como los cuentos de los Andersen, se transmitan de boca en boca entre aficionados que alucinaban con una nia capaz de tumbar a chicas y chicos ms mayores que ella. De hecho, al matricularse en el Riverside Polytechnic High School, la joven Miller pidi entrenar y jugar con el equipo masculino, pero se encontr con la reticencia de sus compaeros que no vean con buenos ojos su incorporacin. Esa negativa, sin embargo, aviv la rabia interior de una adolescente que ya alcanzaba el 1,88 y que, a base de un trabajo incansable, se convirti en una de las mejores jugadoras escolares de la historia de Estados Unidos.
La joven domin la competicin desde el inicio de su trayectoria con nmeros que no se haban visto nunca en el baloncesto escolar. Ni femenino ni masculino. Prueba de ello fueron sus cuatro premios consecutivos como deportista escolar del ao, otorgados por la revista Parade. Una mquina de batir registros que termin sus cuatro aos de instituto con 3.096 puntos acumulados en 90 partidos (34,4 puntos de media que llegaron a ser 37,5 en su ltimo ao), a los que sum 1.353 rebotes y 368 asistencias. Cifras de escndalo que, sin embargo, no daban una dimensin real de quin era Miller.
Para entender hasta dnde llegaba su dominio en una cancha hay que trasladarse al 26 de enero de 1982, el ltimo ao de instituto de Cheryl. Ese da Miller vivi su particular xtasis y regal al mundo (bueno, en realidad a California porque en aquella poca las hazaas apenas sobrepasaban el mbito local) una actuacin sobrehumana, sobrepasando los famosos 100 puntos de Chamberlain en un partido. Ese da Cheryl pareca tocada por una varita y anot 46 de los 50 tiros de campo que intent, adems de 13 de 15 desde el tiro libre para terminar con 105 puntos en su casillero en la victoria sobre Notre Vista. Su hazaa tard dos das en cruzar todo Estados Unidos y llegar al New York Times, que convirti a la joven en noticia nacional en la pgina 22 en un pequeo recuadro de la seccin de deportes.
Ya antes Cheryl haba conseguido girar los focos hacia Riverdale al convertirse en la primera mujer en la historia en machacar durante un partido. Pero sobre todo, cuando se convirti en la jugadora ms reclamada por las universidades de todos los tiempos. Ms de 250 solicitudes llegaron a casa de los Miller para intentar convencer a la jugadora californiana de que se uniese a su causa.
Pero finalmente no fue una carta, sino una visita personal de dos futuras compaeras la que termin por convencer a la jugadora ms cotizada de todo el pas. Paula y Pam McGee (madre del actual jugador de los Lakers Javale McGee y leyenda en el baloncesto espaol de los 80) se acercaron al domicilio familiar de los Miller y con una frase convencieron a Cheryl. “Qu prefieres, jugar con nosotras o contra nosotras?”. Una sencilla pregunta que termin por cambiar la historia del baloncesto universitario femenino para siempre.
En el campus de Los ngeles, Cheryl se encontr con un equipo formado para ganar desde el primer momento. Una conjuncin de estrellas que slo tena que encontrar la qumica para funcionar como la mquina que se presupona sobre el papel. Las hermanas McGee estaban dispuestas a ceder protagonismo a la recin llegada si con eso terminaban con la hegemona de la Universidad de Louisiana.
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Pero quedaba el hueso ms duro: Cynthia Cooper. La estrella del equipo no quera compartir rol con nadie y los entrenamientos se convirtieron en una autntica guerra entre Miller y Cooper por convertirse en la hembra alfa de la manada. De nuevo las McGee ejercieron de mediadoras e hicieron entender a las dos jugadoras cul era el verdadero objetivo del equipo. Una meta que alcanzaron en la Final Four celebrada en Northfolk, Virginia, y en la que las troyanas se impusieron por 72-61 a las Lady Techsters en un partido que termin por encumbrar a Miller como la gran estrella del baloncesto femenino.
Fue la primera joya de un tesoro de valor incalculable que aumentara con otro ttulo universitario y otra final disputada, cuatro selecciones consecutivas como ‘All-American’, tres premios seguidos como mejor jugadora universitaria, as como tres trofeos Naismith que dejaban claro el que era la mejor jugadora del pas. Una deportista con una trayectoria nica que culmin sus cuatro aos en la universidad con 3.018 puntos, 1.534 rebotes y 462 robos en los 128 partidos en los que visti la camiseta de la USC, el uniforme que ella convirti en una prenda que infunda terror en sus rivales.
Un sentimiento que en 1984 logr trasladar al mbito internacional. Con la disputa de los Juegos Olmpicos en Los ngeles Cheryl no poda dejar pasar la ocasin de darse a conocer ms all de las fronteras nacionales. Durante los 15 das que dur la cita olmpica el apellido Miller consigui eclipsar a algunas de las estrellas ms rutilantes del deporte mundial gracias a un torneo perfecto, culminado con la medalla de oro tras barrer a Corea del Sur por 85-55 con la jugadora de Riverside como mxima figura del equipo. Algo que Sports Illustrated, la Biblia del deporte estadounidense, premi meses ms tarde al nombrarla Jugadora del ao. Todo era brillo en una carrera a la que no se vislumbraba lmite.
O al menos as habra sido de haber nacido 10 aos ms tarde. En aquellos 80 el deporte femenino segua sin tener el reconocimiento que se mereca y el paso al profesionalismo era una autntica quimera para las jugadoras que apenas unos meses antes copaban titulares en revistas y peridicos deportivos. Sin una liga profesional en Estados Unidos, las estrellas universitarias tenan que buscar acomodo en el extranjero para seguir con sus carreras.
Miller decidi esperar la oportunidad adecuada mientras desechaba ofertas, incluida la de la de la United States Basketball League, una liga masculina que vea a Miller con posibilidades de triunfar en el campeonato. Mientras deshojaba la margarita de su futuro Cheryl no dej de entrenar y jugar con compaeras y amigos que la retaban constantemente. As, en uno de esos partidillos de verano, la carrera de Cheryl se rompi a la misma velocidad que se destrozaba el cruzado.
Otra vez la poca le jugaba una mala pasada. Lo que hoy se soluciona con una operacin y una recuperacin ms o menos larga, en 1985 supona el adis definitivo a las canchas para la mayor figura del baloncesto femenino de su generacin. Una leyenda inconclusa que tuvo que conformarse con el banquillo y la televisin como mal menor para seguir enganchada a un baloncesto que tanto le dio y que tanto le quit.
Un deporte que reconoci la verdadera dimensin de Miller en 1995 con su inclusin en el Saln de la Fama, reconociendo la trayectoria de una figura que rompi los moldes antes de chocar de bruces contra los rigores de un tiempo que todava no valoraba en demasa a las grandes figuras femeninas del deporte.