El puñetazo al árbitro es sólo la punta del iceberg: «Es Turquía, en mi debut me cayeron botellas y mecheros» – Relevo

“Nos metimos rápido en el vestuario. Nuestra prioridad era ducharnos y salir pronto de allí. Salimos del estadio escoltados por la policía“. Óscar Pinchi (La Coruña, 1996) fue testigo directo de la brutal agresión que este lunes sufrió el colegiado Halil Umut Moler de manos del presidente del Ankaragucu de la Superliga turca, Faruk Koca. “En el primer momento no fui consciente de lo que estaba pasando. No vi mucha gravedad, pero después con toda la gente que me ha llamado, la de gente que me ha escrito… fue algo que me impactó bastante “, confiesa a Relevo el jugador del Caykur Rizespor.

Con el pitido final y con el resultado de 1-1 en el marcador, el presidente del Ankaragucu invadió el terreno de juego para propinarle un puñetazo en la cara al colegiado del partido que, tras recibir la agresión, caía desplomado sobre el verde. Una acción por la que Faruk Koca, presidente del club Ankaragücü, ha pasado la noche en prisión preventiva tras la decisión de un juzgado de Ankara. Koca y otros dos sospechosos de haber agredido al colegiado fueron enviados a prisión en Ankara acusados de “lesionar a un funcionario en el ejercicio de su función” y de violar la ley contra violencia en el deporte.

“Mi intención era meterme a separar, pero cuando después de propinarle el puñetazo vi a otras personas en el suelo dándole patadas... Eso me impactó muchísimo. Apareció uno con la cara de loco gritándome en un idioma que no es el mío y lo primero que te sale es apartarte. Mi prioridad era que no me sucediera nada a mí ni a mis compañeros por llevar la camiseta del Rizespor“, cuenta un Óscar que presenció el grave episodio a escasos metros del colegiado.

“Lo que más me sorprendió de todo y que incluso me llega a dar un pelín de miedo fue la cara que tenían mis compañeros turcos al ver todo lo que estaba pasando. Se veía en su rostros que lo que había pasado era algo peligroso”.

Un fútbol «caliente» que «no tiene los mismos límites que en otros países»

El que no se sorprendió ante lo que acababa de suceder sobre el césped del Eryaman Stadium fue el exfutbolista Juanfran Moreno. Con pasado en el Real Madrid, Betis o Deportivo de la Coruña, el madrileño conoce de primera mano la liga tras jugar tres temporadas en el Alanyaspor. “Esto es Turquía. En mi época, al final de cada partido, era un show. Es cierto que jamás había visto a nadie propinarle un puñetazo a otro, pero a todos los jugadores que hemos jugado allí, a ninguno nos ha sorprendido lo que ha sucedido. Es un fútbol muy caliente y que no tiene los límites que sí hay en otro países. Un presidente no puede llegar hasta el césped “, confiesa Moreno a Relevo.

Tras su paso por el Leganés, el defensa fichó por el Alanyaspor en el verano de 2019. Con muchos partidos en sus piernas, a Juanfran le bastó un encuentro para entender cómo viven el fútbol en Turquía. “Hay mucho fanatismo y no se le pone control. En mi primer encuentro con la camiseta del Alanyaspor me cayeron botellas, mecheros, monedas… Cuando fui a advertir al árbitro me dijo ‘Siga, siga”.

Perteneciendo al club turco hasta junio de 2022, el exfutbolista todavía recuerda una de las situaciones más vergonzosas que presenció sobre un terreno de juego y que también tuvo como involucrado a un alto directivo “Después de un partido contra el Trabzonspor, su presidente bajó al terreno de juego. No recuerdo si saltó a pegarle a un compañero de equipo o a quién, pero me acuerdo de que tuvieron que detenerle sobre el césped para que no fuera a más“, recuerda.

Gritos y empujones, algo común tras los partidos

Totalmente impactado por la imagen de Halil Umut Moler con el ojo morado, “es el mejor árbitro de allí y un tipo super respetado”, Moreno no se sorprende al hablar de cómo actúan muchos de los altos cargos en el fútbol turco. “Como el partido sea medio caliente o suceda algo fuera de lo común, después del encuentro sabes que va a haber gritos, empujones o gresca en el túnel o en los vestuarios. No está tan controlado como en España. Se me viene a la cabeza un amistoso que disputamos contra un equipo iraní y aquello fue una batalla campal. En vez de apagar el incendio, compañeros y gente de mi cuerpo técnico se iban contra los del otro equipo. Nunca había vivido algo así”.

Gritos, empujones, amagos de violencia física… Pese al fanatismo de hinchas y directivos en Turquía, hace un año un aficionado del Göztepe saltó al campo y golpeó al meta del Altay Spor, Ozan Evrim Özenç, con un banderín, en el país nunca se había presenciado una agresión de tales características.

Ante la gravedad de lo sucedido, el campeonato turco, en todas sus categorías profesionales, quedó suspendido indefinidamente como señal de condena a uno de los actos vandálicos más tristes que se recuerdan en un estadio de fútbol. “El viernes volvemos a los entrenamientos y ahí tendremos una reunión en la que nos informarán de cuando se reanuda la competición. Hay que tomar todas las medidas que sean necesarias para que este tipo de situaciones no sucedan más. Este tipo de gente no puede volver a pisar un campo de fútbol por el bien de todas las personas“, señala Óscar Pinchi.

En la mañana de este lunes el ministro del Interior turco, Ali Yerlikaya, ha visitado a Umut Moler en el hospital. Allí, el dirigente le pasó al teléfono para que el colegiado hablara con el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan.

Aún con la tristeza de una imagen que desgraciadamente pasará a la historia, Óscar Pinchi sólo espera que el lamentable incidente no ensucie el fútbol turco ni siembre un precedente entre los más pequeños. “Que los niños no relacionen que su padre va a jugar un partido de fútbol con algo malo”. Para Juanfran todo se resume en pocas palabras. “Eso es Turquía. No es para flipar”.

Graduada
en
Periodismo
por
la
Universidad
Complutense
de
Madrid,
Isabel
Pacheco
dio
sus
primeros
pasos
profesionales
en
el
Departamento
de
Publicaciones
del
Real
Madrid
CF.
A
partir
de
ahí,
comenzó

una
nueva
aventura
en
la
sección
de
deportes
de
LaRazón
(2018
a
2020).
Tras
un
largo
periodo
en
prensa
escrita,
para
después
probar
suerte
en
otro
medio
de
comunicación:
la
radio.
Durante
10
meses
perteneció
al
equipo
de
‘El
Larguero’
de
la
Cadena
Ser
para
desembocar
en
Relevo,
donde
hace
entrevistas
y
escribe
reportajes
sobre
fútbol.


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