La federación francesa decidió para esta temporada reducir el número de participantes. Imitando a sus vecinos alemanes, la Ligue 1 la integraran 18 equipos, y no 20, como sucede en Inglaterra, Italia y España. El motivo principal es el miedo de los dirigentes franceses a perder más posiciones en el ranking UEFA. Para esta campaña, siete años después, la Ligue 1 ha caído a la sexta posición del escalafón, por debajo de la liga neerlandesa, y los portugueses amenazan por detrás. Con la reducción se busca aumentar la competitividad de la liga, así como disminuir el número de partidos para tratar de mejorar las prestaciones de los equipos franceses en Europa, sin duda la asignatura pendiente del país galo en los últimos años.
El gran favorito sigue siendo el PSG, que afronta su enésima revolución. Tras la fallida apuesta por el pragmatismo de Galtier, Al-Khelaïfi ha buscado de nuevo un técnico con gusto por el juego asociado, y el elegido ha sido Luis Enrique. El asturiano parece la opción correcta, un tipo con las ideas claras y mano dura con las estrellas, un factor que ha faltado en el club parisino en los últimos años. Pendientes de Mbappé y con las salidas de Messi y Ramos, la plantilla del PSG es amplia, joven y repleta de calidad. Ha fichado mucho y bien y Luis Enrique tiene todos los mimbres para crear un equipo temible, aunque la perenne exigencia de la Champions puede pasarle factura tal y como les ha sucedido a todos sus predecesores.
Entre el resto de los equipos ninguno parece capaz de competir por el título con el club capitalino. El Lens y el Marsella fueron quienes más cerca estuvieron la temporada pasada, pero los primeros han perdido a sus dos grandes figuras, Openda y Fofana, mientras que los marselleses han dado un giro a su proyecto apostando por Marcelino. El técnico asturiano es sinónimo de competitividad, pero resulta difícil imaginar a su equipo en la lucha por la primera plaza. El Mónaco ha apostado por el austriaco Adi Hütter tras su decepcionante final de curso, que le dejó fuera de Europa. Hay interés por ver al Lyon de Laurent Blanc, que dispondrá esta vez de una pretemporada, un factor fundamental para cualquier entrenador a la hora de implantar sus ideas.
El Lille y el Stade Rennes, los otros conjuntos franceses, además del Tolouse, que jugarán en Europa esta campaña, mantienen su apuesta por Paulo Fonseca y Bruno Genesio respectivamente. Ambos se han reforzado bien; los dogos se han hecho con Hákon Haraldsson, joven perla islandesa por la que se peleaban varios equipos europeos, mientras que los bretones han incorporado a Ludovic Blas y a Enzo Le Fée, dos de los futbolistas más destacados del último campeonato. El Tolouse, flamante campeón de Copa en el año de su ascenso, decidió de forma sorprendente no seguir contando con los servicios de Phillippe Montanier, y en su lugar ha llegado el español Carles Martínez, en su primera experiencia en el fútbol profesional.
A Niza llega Francesco Farioli, un joven técnico italiano muy prometedor, ex ayudante de Roberto de Zerbi, que ha impresionado en su estancia en Turquía por su fútbol vistoso y atrevido. Por abajo el Nantes y el Stade Brestois parecen candidatos a sufrir, así como el Clermont y el Lorient, tras su sorprendente rendimiento la temporada pasada. Le Havre y Metz, los dos recién ascendidos participaran también en esa batalla. Este viernes, con un Niza-Lille, la Ligue 1 abre el telón. Un año más, serán todos contra el PSG.
