En La Masia también crecen las Balones de Oro del futuro: “Las niñas vuelan solas” – Relevo
El 1 de agosto de 2021, el Barcelona comenzaba a escribir un nuevo capítulo de su historia. Unos meses después de ganar el triplete, el club daba otro paso firme en su apuesta por el fútbol femenino. Nueve pioneras se instalaban a vivir en el corazón del Barça, en La Masia: Alba Caño, Berta Doltrafill, Clàudia Riumalló, Judit Pujols, Laura Coronado, Lucía Corrales, Martina Fernández, Ona Baradad y Meritxell Font.
Era algo tan novedoso como irremediable. El crecimiento del fútbol femenino debía pasar por La Masia porque ya había demostrado el equipo masculino que cuanto más se cultivan los jugadores de casa, mejor llegan arriba. Fue una iniciativa del por entonces director de La Masia, Mike Puig. Desde este verano, a petición de Maite Laporta, directora de la Fundación, Mike trabaja con el Barça Legends. También fueron determinantes Markel Zubizarreta, que recientemente abandonó su cargo como director deportivo, Xavi Puig, miembro de la directiva y responsable del femenino, y Jordi Ventura, coordinador del fútbol base. Ellos marcaron el camino.
En La Masia vivieron Leo Messi, Andrés Iniesta o Pep Guardiola. Hasta hace poco también Gavi. Ahora, Lamine Yamal. Y desde 2021, también las Alexia y Aitana del futuro. “La decisión de juntar a chicos y chicas fue fantástica. No hubo nunca ningún problema, la integración fue perfecta”, cuentan desde dentro. Las chicas, que ahora son 13, viven en la tercera planta, donde también residen los chicos mayores. Y aunque pueden usar las zonas comunes del primer piso -donde hay televisiones y futbolines- también tienen una únicamente para ellas.
Las chicas y chicos -también de otras secciones- mayores entrenan por las mañanas y estudian por las tardes. Las aulas están en la planta baja del edificio, así como uno de los comedores, la cocina o la sala de actos. Algunas de ellas van a la universidad. Cuentan fuentes del centro de formación que las notas de las chicas son algo más altas que la de los chicos. En general, sus resultados van acorde con la media catalana, teniendo en cuenta que compaginan dos carreras: la académica y la deportiva.
De vivir compartiendo piso con compañeras a hacerlo en La Masia
“Decidí ir a vivir allí por la comodidad. Vives encima de los campos de entrenamiento”, cuenta Clàudia Riumalló, una de las pioneras. La actual jugadora del Albacete también destaca que se trataba de “una oportunidad económica”. El año anterior había estado compartiendo piso en Barcelona con tres compañeras más. “El hecho de ir y venir cada día o de tener que pagarte tu piso no todo el mundo se lo puede permitir. Supone un gran salto para las jugadoras y el nivel del fútbol femenino”, remarca Clàudia.
Su día comenzaba sobre las nueve de la mañana. Se puede desayunar en el comedor hasta las 9.30. Luego hacía tiempo hasta la hora del entrenamiento, que terminaba a las 14h. Ducha, comida y a la universidad en bus si le tocaba clase. Las pequeñas se quedaban estudiando en la residencia. Después de las clases, merendaban y a veces iban a ver el entrenamiento de las juveniles. Tras la cena, pasaban el rato en la sala común antes de ir a dormir.
Cuentan los responsables de La Masia que las chicas no tuvieron problemas de integración. Riumalló, además, destaca la ayuda de las tutoras del centro. “Las chicas más grandes eran muy respetuosas con las normas y cuidaban de las más pequeñas. Los chicos son un poco más dispersos”, explican fuentes del fútbol formativo blaugrana. “Las niñas vuelan solas, nunca han generado ningún problema”, añade la misma persona.
Los entrenamientos de las niñas son en la primera franja de la tarde, sobre las cinco. Más tarde es el turno de los niños. Los alevines e infantiles femeninos compiten en categorías masculinas, en divisiones inferiores a los Barça A y B -e incluso C y D-, íntegramente formados por niños. Las blaugrana no tiene equipo en la etapa Cadete porque prefieren que las jugadoras de esta edad sigan formándose en Juveniles. Competitivamente supone un reto mayor. Sucede lo mismo con el Espanyol.
“Nadie le hace sombra al Barça en lo futbolístico”
Recientemente, el club decidió crear el Barça C. Allí compiten parte de las Juveniles. La profesionalización es cada vez mayor. También en el ámbito metodológico. El club, por ejemplo, aumentó la carga de trabajo preventivo. Las jugadoras hacen sesiones de gimnasio de media hora después de los entrenamientos. “Antes no era así y todas ellas notan el cambio, ya se ve físicamente”, apunta uno de los formadores.
Es una decisión que reduce la brecha de tener competir contra jugadoras de mayor edad. Futbolistas que deberían competir contra cadetes se encuentran jugando ante Juveniles y, en algunos casos, ante otras mayores de edad. Con el balón, sin embargo, la historia es otra cosa. Y en La Masia lo tienen claro. “Nadie le hace sombra al Barça en lo futbolístico”, expresa uno de los entrenadores.
Jugadoras en La Masia, el primer Trofeu Joan Gamper mixto, dos Champions, goleadas en el día a día, tres Balones de Oro… El fútbol femenino blaugrana no ha dejado de crecer. Pero todavía hay margen de mejora. El verano pasado, el club decidió retirar los taxis con los que los chicos podían ir a entrenar para sustituirlo por buses. Era una decisión que tenía sentido, pues algunos vivían cerca de la Ciutat Esportiva. Sustituyeron los taxis por buses. Surgió cierto malestar en algunas familias. La realidad con las jugadoras, en cambio, era muy distinta. Nunca dispusieron de este servicio. Tampoco ahora del de buses.
Desde las ventanas de sus habitaciones, las canteranas pueden ver el Estadi Johan Cruyff. Allí juegan cada fin de semana sus ídolas. Este domingo, sin embargo, lo harán más arriba, en Montjuïc. Y también ante varios miles de personas más. “Que se hayan abierto las puertas de La Masia al fútbol femenino es una gran oportunidad para las chicas. Es un gran paso a nivel futbolístico: puedes llegar a más gente y tener más talento”, cierra Clàudia. Ya crecen en La Masia las herederas de Cata Coll, Mapi León, Aitana o Mariona.
