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La volea en pádel: el golpe maestro – Relevo



El pádel es un deporte joven, por lo que se encuentra en constante evolución. Tanto en su equipamiento y materiales, como en la vertiente táctica del juego. Conforme se va profesionalizando y los mejores jugadores compiten entre sí de forma más y más frecuente, el encontrar formas de ganar se hace mandatorio. Es el proceso natural de todo juego. Al menos, hasta que llegue un nuevo elemento disruptor y halle una manera más eficiente de conseguir el objetivo final: ganar el partido.

En el pádel actual, ganar la red se ha convertido en algo indispensable. Es habitual ver a ambos jugadores del equipo subir a la división de la pista nada más sacar con el fin de hacerse con la zona. La idea es mantener una actitud ofensiva, que lleve la iniciativa del punto. Desde arriba es más fácil mandar la bola al fondo, obligando a los contrarios a jugar con la pared o realizar golpes puramente defensivos y de supervivencia, mucho menos dañinos.

Una vez en la red, varios son los golpes que pueden ejecutar los jugadores para dominar el punto. De todos ellos, el más frecuente es la volea. No obstante, cabe remarcar que no se ha de confundir con la bandeja o el remate. Aunque todos ellos se puedan ejecutar sin que la bola bote en el suelo, se hacen de forma diferente y, más importante, con intenciones diferentes. El remate es el golpe ofensivo por excelencia. Aquel que busca terminar con el punto. El objetivo es que el rival no pueda alcanzar la bola, por ello en muchas ocasiones se busca incluso sacarla de la pista o, directamente, que regrese al campo propio.

La bandeja, por contra, es un golpe eminentemente defensivo. Aunque con una función muy específica: mantener la posición de ataque ante el globo de un rival. Debe ser un globo a media pista, claro. Lo suficiente para poder interceptarlo y poder regresar a la red nuevamente. Se trata por ello de un golpe muy común a lo largo de los partidos, ya que en la batalla por llevar la iniciativa el globo es uno de los recursos más habituales a la hora de separar al contrario de la red.

Qué es la volea en el pádel

La volea sería el golpe intermedio. No se trata un golpe definitivo o necesariamente ganador, pero sí que permite llevar la iniciativa del juego y, aunque parezca una contradicción, logra una gran cantidad de puntos si se ejecuta bien. El objetivo principal es descolocar al rival, llevarle a un sitio en el que no se sienta cómodo o impedirle ejecutar un buen golpe en la devolución. Por ello, se busca mucho tirar la bola a contrapié del rival, así como mandarla a la esquina de la pista, lo más cerca de la pared posible.

En el World Padel Tour, Alejandro Galán es el maestro indiscutible de la volea. Lo es, sobre todo, por su altura, 1,86 metros, que le permite tanto controlar el juego aéreo como llegar sin dificultad a otro tipo de golpes más cortos. De hecho, su forma de jugar, que le ha llevado al número 1 del mundo, es muy ofensiva, subiendo a la red constantemente y, desde ahí, sometiendo a sus rivales con facilidad.

Formalmente, la volea es un golpe que se ejecuta sin que la pelota toque el suelo. Por definición, muy cerca de la red. Se trata, por tanto, de un golpe que no posee una gran preparación, básicamente porque no hay tiempo material para ello. Para ejecutar la volea correctamente es necesario conectar con la pelota por delante del cuerpo. El golpe se realiza con el centro de la pala, ya que el control es necesario para poder dirigir la trayectoria con precisión. Además, el movimiento termina con la punta de la pala hacia el lugar donde se quiere dirigir la bola.

No obstante, la volea no es un golpe uniforme. No hay una única manera de ejecutarla y, ni siquiera, una única intención. Se puede utilizar la volea como un golpe defensivo, de transición y, como decíamos, también puede ganar puntos. Como regla general, si se realiza por debajo de la red, el objetivo es colocarla, mientras que si se hace por encima de la red, se puede buscar una mayor potencia.

Volea cortada, profunda y a los pies

Si lo que se busca es ganar el punto, hay tres factores combinados entre sí, que resultan clave a la hora de hacer peligrosa una volea. La intención es clave aquí ya que requiere un ethos profundamente ofensivo, alejándose del estereotipo del jugador pasabolas que únicamente busca situar la pelota en el campo contrario. De esta manera, la profundidad es indispensable si se quiere ejecutar una volea realmente dañina para el rival. Especialmente, porque contra más pegada a la pared vaya, más difícil resulta devolverla.

Aunque esto no es suficiente. Obviamente, en el circuito del World Padel Tour, todos los jugadores saben jugar con la pared. Por ello, el golpe cortado es imprescindible en el pádel. Al final, el cortado es un bote bajo que dificulta la devolución. La suma de cortado y profundo envenena la volea. Como poco, resulta muy complicada de devolver.

Finalmente, el combo se completa con al dirigir la pelota a los pies del jugador contrario. La lógica diría que, en un deporte de espacios como es el pádel, lo primordial es buscar el hueco. Sin embargo, hay que tener en cuenta que, además, se trata de un deporte muy rápido. Por ello, en muchas ocasiones, cuando una bola va a los pies, se convierte en una pequeña trampa, ya que debe moverse de la posición para, acto seguido, regresar a ella con la pala.

Javier Mercadal

Javier
Mercadal,
natural
de
Zaragoza,
se
licenció
en
Periodismo
por
la
Universidad
San
Jorge.
Dio
sus
primeros
pasos
en
el
Heraldo
de
Aragón
cubriendo
la
información
del
Real
Zaragoza
y



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Rohit Palit

Periodista deportivo y graduado en Ciencias de la Comunicación de Madrid. Cinco años de experiencia cubriendo fútbol tanto a nivel internacional como local. Más de tres años escribiendo sobre la NFL. Escritor en marcahora.xyz desde 2023.

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