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«Un partido que no debió jugarse» con un despliegue policial sin precedentes: «El silencio es brutal» – Relevo



Noelia Gómez Mira

Valencia/Madrid.– Cualquiera diría que lo que se juega hoy en la Fonteta es un simple partido de baloncesto. Un juego que a ojos de muchos quizá no debiera haberse llevado a cabo, pero que las exigencias de la competición ha hecho que se mantenga. Valencia Basket recibe a Maccabi Tel Aviv en el que es el primer partido que disputará el conjunto israelí desde el estallido de la guerra con Hamás el pasado 7 de octubre. Una cita que debía haber tenido lugar en Israel, pero que finalmente se ha trasladado a la ciudad del Turia. Y lo hace envuelto en un aura en la que se respira, durante la previa de la cita, de todo menos lo que suele ser una fiesta del baloncesto.

De hecho, mientras que una hora antes de los partidos, los aledaños de la Fuente de San Luis suelen empezar a teñirse de taronja, el color que predomina este miércoles es el azul oscuro. El tono que muestran los cientos de agentes de Policía repartidos por Valencia para una cita considerada de alto riesgo y que ha suscitado entre incertidumbre y críticas por llevarse a cabo. Alrededor de 700 agentes hay desplegados por la zona donde a las 20:30 horas Valencia Basket y Maccabi se miden en un partido que ha hecho a la ciudad elevar la alerta terrorista al nivel 4.

Creo que en estas circunstancias no se tenía que haber celebrado y más cómo está la situación. Hay que tener en cuenta que el partido en origen estaba programado para jugarse en Israel y lo lógico hubiese sido de primeras que no se hubiese hecho el cambio de sede. Por otra parte, que quizá se paralizase el partido hasta que se normalizase la situación”, explicaba Álex Martín, un aficionado taronja que reconocía que nunca había visto “tal despliegue policial”.

Dudas de si acudir o no a la Fonteta y un control policial nunca visto

El temor a posibles represalias por la guerra ha hecho a algunos aficionados dudar de si apuntarse o no a la cita. Al menos, con la anterioridad que se acostumbra. Por eso, la llegada de los equipos ha sido tan extraña como imponente. Primero, por la hora. Si lo normal es que los equipos lleguen una hora y cuarenta y cinco minutos antes de la cita deportiva, esta vez Valencia Basket lo ha hecho faltando más de dos horas para el inicio y, eso sí, en coches particulares sin demasiado revuelo. Todo lo contrario que Maccabi.

El conjunto israelí, en el que milita el base internacional con la Selección, Lorenzo Brown, o los exjugadores taronja Jasiel Rivero y James Webb III, ha llegado a la Fonteta pasadas las seis y media de la tarde en un autobús con los cristales tintados y con una comitiva policial hasta ahora no vista en un evento deportivo como este. Ni siquiera hace unos meses, cuando el Real Madrid visitó Belgrado tras la pelea que hubo en el WiZink Center entre el conjunto blanco y el Partizan, el autobús del equipo llevaba tanta seguridad. No es para menos. Una guerra son palabras mayores.

Cuatro motos policiales, un coche y dos furgones han precedido al autobús de Maccabi, tras el que la escolta seguía con otras dos motos a los lados y tras él, dos furgones, con el portón lateral abierto y agentes armados vigilando el trayecto desde dentro, y otros dos coches policiales. Todos ellos apoyados además por aire con el helicóptero de la Policía.

Y si los aledaños ya imponían, el interior de la Fonteta tampoco se quedaba atrás. La petición a los aficionados era que se llegara con la máxima antelación posible porque se iban a hacer controles exhaustivos para entrar. Y así se vio. Escáneres y controles incluso mayores que cuando se va a coger un vuelo y registros a todo aquel que vaya a entrar en el pabellón, sea aficionado, prensa o familia.

Por eso, cuando sobre las ocho menos cuarto, a 45 minutos del inicio, los aficionados valencianos han ido llegando al pabellón, las colas de los pocos que se han acercado al pabellón no han tardado en formarse aunque la realidad es que las gradas de la Fonteta dejan una imagen desangelada. Y, eso sí, el silencio era lo más llamativo de todo. Porque pese a la afluencia de gente, que aguardaba a pasar el control y entrar, no había ruido ni bullicio alguno. “El silencio es brutal”, decía Álex Martín.

“La verdad es que se podían haber tomado las dos decisiones. Por un lado, porque la competición tiene muchos partidos, pero por otro está la salud y todo lo demás. Entonces tengo mis dudas. Yo en principio he dudado un poco si venir o no con las noticias que han salido, pero bueno, confío plenamente en las medidas de seguridad del club y la Policía. Y hay que apoyar al Valencia. Sí que he visto a mucha gente por redes sociales que ha decidido quedarse en casa”, explicaba mientras hacía cola Eduardo, otro aficionado taronja.

Se ha desplegado un dispositivo policial que yo no había visto aquí en los 10 o 15 años que llevo viniendo a la Fonteta. Si las autoridades y el club consideran que el partido se puede celebrar en condiciones seguras habrá que hacer caso”, explicaba por su parte Álex Martín. Mientras que otro aficionado del Valencia consideraba que “si el Maccabi quiere jugar por qué vamos a decirle que no, pero no se debería de haber jugado”.

Ese era el sentir general de la gente. El hecho de que quizá en unas circunstancias como estas no debería haber tenido lugar el partido. Pero que a pesar de todo, la confianza en el control policial, desplegado en 400 metros a la redonda de la Fonteta, era plena.

El interior de la Fonteta ha sido totalmente desolador. Gradas prácticamente vacías, silencio antes del inicio, más allá del minuto guardado por las víctimas de la guerra, ropa negra por parte del Maccabi en señal de luto -han pedido permiso a la Euroliga para jugar con un color distinto a su amarillo y su azul- y una frase en las camisetas de calentamiento: “Bring them home” (“traedlos a casa” en español), como alegato para que Hamás devuelva a los israelíes secuestrados. “Al final tenemos que normalizar esto. Es un partido de baloncesto y debe imperar la cordura. Al final es deporte“, decía Álex Martín. Y eso trata de imponerse ante lo extraño de jugar en estas circunstancias aunque sea complicado.

Nacho Sanchis

Nacho
Sanchis
es
el
corresponsal
de
Relevo
en
la
Comunidad
Valenciana
y
cubre
la
actualidad
y
el
mercado
de
fichajes
de
sus
equipos
principales,
con
especial
atención
al
Valencia,
Villarreal

Noelia Gómez Mira

Noelia
Gómez
Mira
es
especialista
en
baloncesto
para
Relevo,
donde
repasa
lo
que
ocurre
en
competiciones
como
la
ACB
y
la
Euroliga.
Ha
sido
la
segunda
mujer
speaker
de
la



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Rohit Palit

Periodista deportivo y graduado en Ciencias de la Comunicación de Madrid. Cinco años de experiencia cubriendo fútbol tanto a nivel internacional como local. Más de tres años escribiendo sobre la NFL. Escritor en marcahora.xyz desde 2023.

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