Luka Doncic es más de medio Mavericks. El esloveno está firmando un arranque de temporada histórico (33.7 puntos, 8.4 rebotes y 9.3 asistencias por partido) y se postula como uno de los grandes candidatos al ‘MVP’. Sin embargo, aunque está mejor acompañado que en las temporadas pasadas, Luka Doncic sigue estando solo en Dallas.
Pese a que Kyrie Irving lleva diez partidos ausente, estos Mavericks están demostrando que han dado un pase al frente en la presente campaña. Los fichajes de Derrick Jones Jr. y Dante Exum en las alas han reforzado la consistencia del equipo. Además, Dereck Lively también está siendo una pieza importante del equipo cumpliendo en el interior. Prueba de ello es el balance positivo que están consiguiendo en la presente campaña (18-13).
Sin embargo, da la sensación de que los Mavericks siguen sin ser un equipo capaz de llegar lejos en los playoffs. Una temporada más, parece que la franquicia de Dallas es incapaz de ganar sin Luka Doncic. La dura derrota de los Mavericks ante los Cavaliers (110-113) en la madrugada del miércoles al jueves fue el claro ejemplo de ello. La franquicia de Dallas y los Cavaliers son equipos parejos sobre el papel, pero las bajas de Evan Mobley, Darius Garland y Donnovan Mitchell señalaban el partido con un claro favoritismo para los Mavericks.
Sin Doncic no hay paraíso
Aunque Doncic no estuvo especialmente acertado desde el perímetro (3 de 10), el esloveno brilló una vez más con su juego y lideró a los Mavericks con 39 puntos, 7 rebotes y 6 asistencias.
Y es que el gran nivel de la estrella de Dallas no sirvió para evitar la derrota de su equipo ante los Cavaliers. Pese a que los Mavericks fueron por delante en el marcador durante todo el partido, estuvieron casi seis minutos sin anotar en el último periodo, una sequía que se transformó en un parcial de 0-15 favorable a los Cavaliers.
Solo Doncic intentó llevarse la victoria tras esa debacle final. Gracias a sus últimos cinco puntos, los Mavericks pudieron mandar el partido a la prórroga en la última posesión de ocho segundos. Sin embargo, la premisa de Cleveland era clara: evitar el triple de Doncic con un dos contra uno formado por Caris LeVert y Jarrett Allen. Y así fue. El esloveno no tuvo otra que pasarle el balón a un Seth Curry que falló el triple final a la desesperada. Sin Doncic no hay paraíso.
