Japón y 31 de diciembre son sinónimo de boxeo. El país asiático tiene habitualmente un gran evento de este deporte para despedir cada curso. En los últimos cinco años esa cita tiene un mismo protagonista: Kazuto Ioka (30-2-1, 15 KO). El nipón, de 34 años, es una de las grandes estrellas del boxeo de ese país. Es campeón mundial en cuatro divisiones (mínimo, minimosca, mosca y supermosca) y una referencia. Su presencia en la velada del 31 de diciembre delata su status. Este 2023 será la sexta vez consecutiva (undécima en su carrera) que pelea ese día. En 2018 el pleito lo disputó en Macao, las otras cinco, incluida la de este domingo, han sido en Tokio.
Ioka es el púgil con mayor repercusión del momento por detrás de Inoue. El Monstruo peleó este 26 de diciembre e Ioka se pudo quedar así como principal protagonista de su fecha fetiche. En fin de año, el japonés ha disputado diez combates titulares: ha ganado ocho, perdió en 2018 e hizo nulo el pasado 2022. Ese último pleito le costó deportivamente, pero le hizo ganar mayor prestigio internacional. Ioka empató contra Joshua Franco. Hicieron revancha inmediata, lo que provocó que dejase de ser campeón mundial por unos meses al perder su cinturón WBO. No le importó. Volvió a pelear ante el estadounidense, en junio, y le arrebató su corona WBA.
Por tanto, la de este domingo será su primera defensa del Mundial WBA supermosca. Le espera el venezolano Josber Pérez (20-3, 18 KO), quien a sus 28 años vive su segunda pelea mundialista. En 2020 se enfrentó, y perdió, ante Artem Dalakian por el WBA del mosca. Decidió subir de categoría tras ese tropiezo. Viene rodado, ya que ganó el título de su país en su nueva división en septiembre. En forma, pero la sensación que da es que la pelea le queda grande. El ucraniano, en su única vez fuera de su país, le pasó por encima.
Ioka es el claro favorito. La velocidad y la técnica son el principal activo del campeón. A esas cualidades innatas hay que sumarle la mayor experiencia que posee en peleas por títulos. El duelo no debería suponerle un gran esfuerzo. Necesita estar activo y quizá mirar a una unificación. Junto Nakatani (26-0, 19 KO) es el rival que aparece en el horizonte. El japonés, campeón mundial en dos divisiones, es uno de los prospectos que viene en ascenso. Además, es el campeón WBO, cinturón que tuvo que abandonar Ioka. El camino es atractivo, al igual que si piensa en el Gallo Estrada (todo apunta a pelea ante Jesse Rodríguez) o el Puma Martínez… pero antes de eso toca cumplir. La fiesta de fin de año en Tokio la debe iniciar él.
