Lo consiguieron, lo celebraron y, por supuesto, se emocionaron. Los Detroit Pistons se liberaron, probaron lo que parecía haberse convertido para ellos en un placer prohibido después de ganar anoche ante su público a los Toronto Raptors (129-127) después de haberse degradado en el peor equipo de la historia de la NBA en términos de derrotas seguidas. El conjunto de Michigan batió el récord de partidos perdidos consecutivos en una sola temporada con hasta 28 pero pudo llegar a tiempo por lo menos para evitar superar la peor dinámica de toda la historia que compartían con los Sixers, que no llegaron a 28 derrotas consecutivas en un solo curso pero lo hicieron entre las temporadas 14-15 y 15-16.
“Me siento increíble”, dijo, con una sonrisa más de alivio que de felicidad, Cade Cunningham. El número 1 del draft de 2021 ha sido un modélico líder tanto dentro como fuera de la pista durante estos dos meses sin ganar de los Pistons, sangre caliente de estrella -30 puntos ante los Raptors-, discurso templado ante los medios.
“Sólo seguimos luchando. Ha sido una racha de derrotas muy larga, pero estoy feliz de ser parte de un grupo de chicos que no se rinden”, destacó Cunningham, quien, a sus 22 años se ha visto obligado a madurar rápido entre la lesión de menisco que le dejó fuera casi toda la temporada pasada y el soportar ser el hazmerreír de la NBA.
“Los chicos chillaban, yo casi rompí a llorar”, dijo por su parte, con visible emoción, el entrenador de estos Pistons, Monty Williams. “He estado en muchos vestuarios durante mi vida, pero esto es como la primera vez para mí”, advirtió el ex de los Suns, que se sentía como si hubiera logrado su primera victoria.
En todo este tiempo, Detroit ha tenido en contra a su propio público, con el que se reconcilió después de que la semana pasada los fans lanzaran a sus jugadores gritos de “vended el equipo”. Jalen Duren, 18 puntos en el tercer triunfo de la temporada para el conjunto de Michigan, decía todo en pocas palabras: “Hemos peleado duro durante dos meses para lograr una victoria, hemos pasado por mucha adversidad”, resaltaba en declaraciones a la ESPN el pívot de los Pistons, últimos en el Este con 3-29.
Y el deshonor de perder contra Detroit, el que tarde o temprano algún equipo tendría que asumir, recayó en los Raptors, que lo pelearon hasta el final pero no hasta el bocinazo, 129-124 a falta de 7 segundos. El conjunto de Michigan pescó en pleno río revuelto en la primera noche del conjunto canadiense sin OG Anunoby después de que el británico fuera traspasado a los New York Knicks la misma noche junto a Precious Achiuwa y Malachi Flynn a cambio de RJ Barrett, Immanuel Quickley y un pick de draft de segunda ronda.
Los fans de los Pistons no se lo podían creer
Eso conllevó que el entrenador de los Raptors, Darko Rajakovic, tuviera que desplegar un quinteto titular tan inédito como falto de tamaño al tener que alinear juntos al lado de Pascal Siakam, Jakob Poeltl y Scottie Barnes a Dennis Schröder y Gary Trent Jr. El MVP del Mundial, que acababa de perder el puesto de base titular en favor de Trent Jr, se marcó, aunque en vano, su mejor partido con los Raptors con 30 puntos y 9 asistencias.
Trent Jr. anotó 24 y Scottie Barnes 22, mientras que a los 35 llegó Pascal Siakam, con la marcha de Anunoby el único superviviente que queda ya de aquel anillo de 2019 del que fueron también parte importante Marc Gasol y Serge Ibaka. Un Siakam al que se le veía algo molesto tras perder contra el peor equipo de la NBA:
Los Raptors, abatidos
“¿Es eso no? Tenemos que ser robots y sólo pasar página. Porque es lo que es. Nos pagan por ello, ¿cierto? Así que tienes que pasar página”, dijo el camerunés en declaraciones recogidas por Savannah Hamilton.
Para poner un sello de oro a la noche, los Detroit Pistons presumieron de equipo con dobles dígitos también para Bojan Bogdanovic (19), Kevin Knox II (17), Alec Burks (16) y Jaden Ivey (12). Siguen en el infierno pero casi que pasaron por primera vez por el cielo.
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