Oier Lazkano, el campeón de España que esquiva la libertad: “No tengo autoridad, prefiero dejarme aconsejar” – Relevo
En San Lorenzo del Escorial, a algo menos de una hora del kilómetro cero peninsular, Oier Lazkano se proclamó este verano campeón de España de ciclismo en ruta. Dos días antes, el 23 de junio, y también bajo un calor sofocante, el vitoriano había logrado la medalla de plata en la prueba de contrarreloj. Sin embargo, el puñetazo sobre la mesa, su ‘aquí estoy yo’ particular, llegó antes, mucho antes, cuando finalizó segundo en la exigente A través de Flandes, solo por detrás de un Christophe Laporte que más tarde se proclamaría campeón de Europa en Países Bajos.
“Es bonito que te reconozcan, pero ni un día eres tan bueno ni al siguiente eres tan malo“, valora el vitoriano en Madrid, donde atiende a Relevo junto al resto de compañeros del Movistar Team antes de afrontar un ilusionante curso 2024, donde defenderá el maillot rojigualda. “No siento presión, para ser sincero“, asegura. “Corro igual que antes de ganar el Campeonato de España“.
Cierto o no, a sus 24 años recién cumplidos, Lazkano goza de contrato con el conjunto telefónico hasta el término de la próxima campaña. Es decir, bien sea para renovar con el cuadro telefónico o bien sea para completar un hipotético salto a otra escuadra WorldTour, su nombre aparecerá en las quinielas del próximo mercado.
“No me preocupo por todo aquello que no depende de mí“, sentencia él sin darse importancia, convencido de no haber hecho nada del otro jueves y enfocado en los “muchos factores” en los que puede evolucionar su rendimiento. “Yo creo que puedo dar un salto en todo“, admite, tímido. “Al final, las mejoras se consiguen en casa, en cómo te alimentas, en cómo entrenas, poco a poco, cuidándose, yendo a trabajar en altura. Así se mejora, no hay otra forma“.
Tan cristalino lo tiene, que su principal objetivo para el curso 2024 es ese, mejorar. “En todo lo que esté en mi mano”, aclara, ya sin los molestos puntos que le suturaron en la rodilla tras caer en la Clásica de Ordizia y que, infortunio irresoluble, le dejaron sin competir en los Campeonatos del Mundo celebrados en Glasgow dos semanas después. “Los resultados no dependen solo de mí“, explica. “No están solo en mi mano, así que no me preocupan demasiado“.
Lo que sí resulta innegable es su gusto por las carreras de un día, terreno en el que ya ha saboreado las mieles del éxito en A través de Flandes (segundo) o los Campeonatos de España (campeón). “Las clásicas me gustan mucho, son carreras muy bonitas y durísimas. Sin duda, correrlas es especial“, reconoce con cierto sonrojo al valorar una hipotética libertad con el cuadro telefónico. “Puede ser que me la haya ganado, pero tampoco lo he hecho nunca y no sé muy bien… Es que no tengo esa autoridad aún. Prefiero escuchar los consejos de la gente que sabe“.
Para ello, claro, cumple un rol fundamental Eusebio Unzué, mánager general del equipo Movistar. “Él sabe más de ciclismo que yo“, sentencia el joven corredor alavés. “Al final, me tengo que dejar aconsejar y si Eusebio cree que este u otro calendario va a ser el mejor para mí, seguro que tiene sus razones, así que estaremos de acuerdo pase lo que pase”.
Así, el vigente maillot rojigualda, reacio a comparaciones con Chente García Acosta, director también del equipo Movistar, comenzará su temporada a orillas del Mediterráneo. “Primero haré Castellón [21 de enero], luego el Challenge de Mallorca [24 – 28 de enero], Vuelta a la Comunidad Valenciana [31 de enero – 4 de febrero] y ya luego tocará hacer altura para preparar la primavera“, asegura.
Será entonces, al tiempo que broten las primeras flores del año, cuando volveremos a escuchar eso de Oier ‘van Lazkanen’, apodo que muchos le han asignado al vitoriano tras su gran campaña en el llano. “¿Quién me llama así?“, pregunta él con una sonrisa, extrañado por el mote. “Ah, ¿la gente en Twitter? Buah, ¡no me meto nunca! Es mejor no meterse ahí [ríe]”.
